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Esta pregunta le fue hecha a Swami durante el encuentro publico que tuvo lugar en Bariloche el 18 de Octubre de 2016, en ocasión de Su Divina Visita a Argentina...
Pregunta : Swami, sabes en Tu corazón cuáles son las preguntas que todos tenemos y sé que Tú nos escuchas cada día. Te ruego que escuches al corazón de la Argentina en cada uno de nosotros, y que nos des Tus bendiciones para que podamos respondernos a nosotros mismos cada una de nuestras preguntas y nos convirtamos en Tus mejores hijos e hijas. ¿Nos bendecirás para que, de ahora en adelante, podamos hacer avanzar a este país y al mundo, como se nos dijo hoy, brillando y siendo Tus mejores ejemplos en esta vida?
Swami: Si examinas la historia del mundo, todas las grandes revoluciones han comenzado con una sola persona. El mundo siempre espera a esa única persona que puede cambiarlo, y tú puedes ser esa persona. (Indicando a varias personas) También puedes serlo tú y tú y tú y todos. ¡Sean desinteresados! Eso es todo lo que se necesita. Piensen en otros antes que en sí mismos: ese es el modo de cambiar. ¿Cuál es la diferencia entre ustedes y Yo? Yo pongo a los demás antes que a Mí mismo. Es en la alegría y en el bien de otros que pienso todo el tiempo. Si cada uno de ustedes empieza a pensar primero en los demás antes que en sí mismos, el país entero cambiará. La termita de «yo» y «mío» se ha comido las raíces del país. Usen la medicina de «nosotros» y «nuestro», para que el árbol de la divinidad crezca y florezca. Así es como Yo pienso y ahora también ustedes deben pensar como Yo. Lentamente, lentamente todo cambiará. Todo viaje largo comienza con un solo paso. Paso a paso, pueden alcanzar la meta. Tienen mayor responsabilidad
porque son Mi gente, pues muchos otros están viviendo en la ignorancia; ellos no han tenido la
oportunidad de aprender cosas buenas. Ustedes son los afortunados y bendecidos, los que saben qué es correcto y qué no lo es. ¿No sería una gran desgracia que, sabiendo todo esto, no lo practicaran? Es comprensible que una persona ciega choque contra un árbol, porque no puede ver; pero si ustedes tienen una colisión, teniendo una visión perfecta, entonces es su error. ¡Vuélvanse desinteresados! No le tengan miedo a nada. El miedo a su propia vida los hace egoístas. «Yo», «Yo», «Yo», «Mío», «Mío», «Mío»: esa es la naturaleza del temor de ustedes. «¿Qué me pasará a mí? ¿Qué pasará con mi futuro? ¿Qué hay de mí?» No sean así. Si ayudan a otros, Dios los ayudará. Crean en eso y, si hacen un poco por los demás, Dios hará mucho por ustedes. Esa es la diferencia entre el infierno y el cielo. En el infierno, todos están pensando «yo», «mío»; «yo», «mío». En el cielo, «nuestro», «nuestro», «nuestro». No teman compartir, no teman servir, no teman hacer sacrificios por los demás. No piensen en sí mismos; piensen en los demás y Dios pensará en ustedes. Verán que la vida se vuelve una gran aventura, porque a cada instante sentirán la presencia de Dios, verán las manos de Dios en cada cosa que ocurra; pero tienen que dar el primer paso, entonces Yo daré cien pasos. Tienen que dar el primer paso...