SATHYA SAI ANANDAM
SATHYA SAI ANANDAM: ¿Qué podemos aprender de los antiguos textos?

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lunes, 30 de mayo de 2022

¿Qué podemos aprender de los antiguos textos?

¿Qué podemos aprender de los antiguos textos?



Podemos referirnos a los antiguos textos egipcios, sumerios, y especialmente a los Vedas y a las antiguas epopeyas de la India, como el Mahabharata y el Ramayana, en lo que respecta a antiguos vehículos volantes. En ellos podemos leer complejas descripciones de la alta tecnología de que se disponía muchos eones antes de nuestra época, lo que implicaba una serie de habilidades en aerodinámica y armamento.



 Algunas referencias las podemos ver en películas como Star Wars. Como los Vedas dicen de su historia: «Incluso cuando todos los sentidos descansan en el trabajo múltiple de la mente, entonces todas las obras y virtudes descansan sobre esta narrativa. No se encuentra ningún relato en la Tierra que no descanse en esta épica que perdura sin vivir de su alimento. Incluso como sirvientes que luchan por la vida más elevada de un maestro ascendido, como todos los mejores poetas viven de sus epopeyas». Actualmente algunos de estos «poetas» los encontramos en escritores como Eric von Daniken y Zecharia Sitchin, o bien en visionarios como Heinrich Schliemann, que encontró la antigua Troya guiándose por lo indicado en antiguos textos, como la Biblia. En el año 1891, en Saqqara, fue encontrado un objeto parecido a un pájaro, hecho de sicomoro, que estaba datado en el 200 a.C. Ochenta años más tarde, en 1971, se comprendió que en realidad parecía ser un avión. Un equipo de expertos en aeronáutica en la década de 1970 reveló que el objeto era aerodinámico y comentaron que su aspecto se parecía a un vehículo aéreo que la NASA había planificado. Incluso las espadas laser utilizadas en Star Wars están bien representadas a través de estas descripciones de «rayos» y su utilización en batallas. Los actores de Star Trek pueden pensar que ellos solo están actuando cuando ellos hablan en sus pulseras transmisores, pero un pictograma sumerio parece apuntar a esta función en una supuesta pulsera ornamental. En antiguos textos vemos referencias a «pájaros brillantes«, a «armas celestiales» y a carros que llevan al cielo, «Estos eran rápidos como el pensamiento siguiendo la dirección del Sol hacia donde estaban los dioses«. Y en una de las más curiosas líneas en relación a los famosos «Barcos de Ra«, que parecen ser aeronaves, se indica que cuando un barco de Ra pasaba «se levantan los cabellos al paso de los remos… «. Este relato parece indicarnos que fue utilizado algún tipo de energía electromagnética.



Las embarcaciones de los Pandava parecían estar hechas de cristal, mientras que las de sus oponentes utilizaban el «Elixir«, aparentemente algún tipo de combustible. Pero todos ellos parecían utilizar aeronaves dotadas de energía electromagnética. Incluso las puertas que se abrían automáticamente en Star Trek se pueden leer en los textos egipcios. Los cinco hermanos Pándava eran los cinco hijos conocidos del rey Pandú con sus dos esposas Kuntí y Madrí. Su leyenda se cuenta en el texto épico hindú Mahabharata. En un pasaje de los Vedas se dice que: «Astaka dijo, '¿quiénes son estos cinco carros dorados que hemos visto antes, que están allí brillando en lo alto, ardiendo como cimas llameantes?' Yayati dijo, 'Ellos pueden llevaros a estos carros dorados, que están allí brillando en lo alto, ardiendo como cimas llameantes'. Astaka dijo, 'Rey, tu subes a tus carros y vuelas al cielo. Nosotros vendremos tras de ti cuando llegue nuestro tiempo'. Yayati dijo, 'Ahora nosotros tenemos que ir juntos; nosotros hemos conquistado el cielo juntos. Mira como nuestro camino va más allá del cielo al lugar de los dioses'». Otras referencias a «corceles» son bastante extrañas: «El rayo de la baronía son sus corceles, siendo considerados los corceles como indestructibles. Vadava dio a luz a los corceles de los carros, por consiguiente el nombre de suta (nombre de mujer hindú), para aquellos que conducían los caballos. Gandharva crió caballos de cualquier color y velocidad; ellos podían ser abordados por cualquier capricho, y ellos cumplían cualquier deseo«. Estos animales tal vez eran una insignia o un simbolismo militar de la época. Amón-Ra, dios egipcio de la creación de los textos egipcios, era también llamado el «Viajero» que «volaba y viajaba a través de ignotos espacios requiriendo millones y cientos de miles de años para alejarse; pasaba por ellos en paz, y tú empinabas más tu camino a través del abismo acuático hacia el lugar que tu más amas; hundiéndote y alcanzando el final de los tiempos«. Tenemos que alejarnos de nuestras opiniones de que algunas representaciones de estos animales implican extrañas adoraciones. Nosotros tenemos en las unidades militares a través de la historia nombres como el Zorro del Desierto, en referencia al mariscal alemán Rommel, los Lobos de Mar, los Tigres Volantes, etc… En el futuro alguien podría decir: «Los primitivos de la década de 1970 eran tan ignorantes que creían que un 'águila' había aterrizado en la Luna«.

 

Por ejemplo, dioses egipcios con cabeza de halcón parecen implicar unidades volantes. El dios egipcio Geb, dios que representa el principio de vida y fertilidad, fue representado como un ganso llamado Geb, ya que se dice hizo su camino a través del cielo en esta forma. Debemos ponderar si los doce símbolos del zodíaco simplemente representan unidades que fueron desplegadas en distintas secciones del espacio. Hay embarcaciones descritas como que pueden venir del agua o del aire. «Lo trajiste de vuelta, Asyins, en embarcaciones que estaban vivas, que nadó a través del reino del aire, así como del agua«. ¿No son tal vez los caballos que vuelan de los que proviene el mito de Pegaso? Los místicos nos han dicho que los animales en la historia de Egipto son simbólicos, pero los Vedas son más directos y nos dicen lo que realmente son. El buitre, los simios, los monos, los leones, los toros, los cocodrilos y los halcones son símbolos de determinada gente o grupos, principalmente unidades militares. Los buitres, halcones, son seguramente comandos aéreos, no símbolos místicos. Los simios y monos probablemente son grupos de infantería y artillería. Las serpientes son probablemente ingenieros eléctricos, de comunicación, etc… Los cocodrilos de los jeroglíficos egipcios están representados en los Vedas como las legiones de Rama enarbolando sus banderas con cocodrilos, que, «sus fauces ampliamente abiertas, terror de peces, ondulando brillantemente en el carro, sembrando miedo ante la completa armada de la tribu de Salva«. Animales también representan condiciones físicas, como los babuinos, que representan a aquellos con prominentes mandíbulas y teniendo débiles glándulas pineales, como se sabe tienen los babuinos. Una madre espera de su hijo que «se volverá un Indra para reinar solo sobre los pájaros. Un Pájaro heroico, estimado por todo el mundo, él tendrá todo el poder a su alcance«. En otras palabras, la madre espera que su hijo formará parte de la flota estelar, para alcanzar las estrellas. En la religión hinduista, Rama es un avatar de Visnú, que nació en la India para librarla del yugo del demonio Rávana. De acuerdo con el Garuda-purana (siglo IV d. C.), Rama es el séptimo avatar de Visnú, pero un milenio después, el Bhagavata-purana (siglo XI) afirmó que es el decimoctavo avatar. Su vida se cuenta en el Ramayana de Valmiki, y en el Rama-charita-manasa de Tulsi Das. En el Bhágavata-purana (siglo XI) se dice que el dios Rama vivió nada menos que a principios del treta-iugá. Ese yugá se inició 864 000 años antes del kali-iugá, que comenzó en el 3102 a. C.

 

Algunos dioses, como Krishna, fueron llamados el «dios pájaro emplumado«, mientras que otros tenían la señal de la familia de Nibiru, el león dorado. En su libro El 12º planeta, Zecharia Sitchin narra la llegada de los Anunnaki a la Tierra procedentes de un supuesto planeta llamado Nibiru hace unos 450.000 años. Es interesante observar que, tanto en los textos egipcios como en los Vedas, los dioses siempre navegaban en sus embarcaciones antes de despegar. En los Vedas, el ser humano algunas veces daba vueltas antes de sentarse como hace un perro, lo que se cree debía ser hecho para sincronizarse ellos mismos con las fuerzas magnéticas de la Tierra. Algunos «carros» parecen ser vehículos transparentes, a los que se conoce como Vimanas: «El generoso Matali, un experto en la ciencia de los caballos, puso en marcha los corceles, que aceleraron como el pensamiento y el viento, en su propia manera. Los aurigas me miraron como yo estaba de pié en el carro que se balanceaba, oh rey, y él se sorprendió. Esto pareció más maravilloso hoy que no has movido un pié mientras montabas en el carro celestial. Entonces el rey de los dioses, que yo siempre he encontrado que se tambaleaba, primero comenzó a ascender del caballo, toro de los Bharatas. Pero tú estabas parado a la derecha, allí en el carro que se balanceaba, vástago de Kuru, y yo pienso que tu brío sobrepasa a los Sakra, gobernante del paraíso trāyastriṃśa de la cosmología budista«. La misteriosa «sangre» de estas embarcaciones aéreas la encontraremos a menudo en los textos y parece ser simplemente la pérdida de algún tipo de combustible a consecuencia de las muchas batallas que se llevaron a cabo. Las «naves» en llamas de los dioses, como se explica, parecen ser resultado de un ataque. «Cuando este gran Pájaro les había librado de toda la vida, él los atravesó para mirar por el Elixir. Él vio fuego por todas partes; ardiendo ferozmente, llenó todo el cielo con llamas, con rayos afilados y que quemaban, y la maldad bajo la agitación del viento. Luego Garuda, feroz y con gran espíritu, tomo en noventa veces noventa bocas, bebió con estas bocas el agua de los ríos, retornando con gran velocidad y conduciendo el carro de sus alas, el abrasamiento de sus enemigos rociándolos con los ríos con un fuego abrasador. Entonces, después de quitar el fuego, él asumió otro cuerpo diminuto para hacer su entrada» .

 

Hay muchos paralelismos en las historias de Egipto, la Biblia, Sumer y los Vedas, de tal manera que el Enoc bíblico tiene su contrapartida, tal como podemos ver en los Vedas, cuando fue llevado a lo alto en un «gran carro celestial cristalino en el cielo, que es el privilegio de los dioses disfrutar; este carro volador vendrá a ti como mi regalo. Entre todos los mortales solo tu estarás sobre un grande y volador carro, y en efecto, tu lo montarás allí arriba, igual que un dios se vuelve carnal«. Algunos consiguen un pequeño viaje por el espacio como un privilegio: «Por anticipado, cuando yo monté alrededor del cielo en un carro celestial, estaba tan embriagado con la propia grandeza que no pensé en nada más«. Un texto egipcio dice: «Trasládame velozmente al lugar de aterrizaje de este campo que los dioses han hecho, en el que los dioses tienen sus juergas en estos días de los festejos anuales«. Los Vedas describen templos y cúpulas que se mueven por el cielo, que fueron «mansiones hechas a imagen de los carros celestiales, llenas de colores, tachonadas de gemas, opulentas y con soberbia riqueza«. En los textos sumerios, los Edenes fueron creados no como jardines sino como áreas restringidas donde sus habitantes podían residir fuera de las impurezas del entorno. ¿Tal vez debido a graves problemas ecológicos o por algún tipo de virus? Los Vedas también se refieren a ellos y a los que pueden volar: «esta encantadora ciudad aérea, con el esplendor de buenos trabajos, en que se amontonan las piedras preciosas, e inexpugnable incluso para los inmortales, las bandas de Yaksas y Gandharvas, y Serpientes, Asuras, y Raksasas, llenos con todo los deseos y virtudes, libres de dolor y enfermedad, fue creado desde los Kalakeyas por Brahma, lo mejor de los Bharatas. Los inmortales rehuían esta ciudad celestial volante. Oh héroe, que tal con Pauloma y los Asuras Kalakeyas. Esta gran ciudad es llamada Hiranyapura, la ciudad de oro, y es defendida por el gran Pauloma (un asura que quedó exhausto en Amṛtamathana) y los Asuras Kalakeya. Ellos están siempre felices y no pueden ser asesinados por ninguna de las deidades. Oh Indra de los reyes, y ellos vivían aquí sin preocupaciones, con nada dejado al deseo. Pero Brahma de viejo ha decretado que un humano debería morir«.

 

Uno de los distintivos de los dioses fue su inclinación por las banderas. En los jeroglíficos egipcios el símbolo de los dioses normalmente son alguna bandera. Y en los Vedas los dioses son descritos como agitando el mástil en sus naves volantes. Los seres humanos tenían la inclinación de tallar las cabezas y cuerpos de sus enemigos en mangos de caña y en flechas, tal como los egipcios hacían con un determinado rey. Se encontró que Tutankamón lo tenía en una de sus bastones, o en sus alimentos, e incluso en sus sandalias. En cuanto a sus arsenales, tanto los egipcios como los Vedas se refieren al «mazo terrible» que «brillaba como un rayo en el cielo, con muchas flechas que han sido hechas con piedra. El misil silbando terriblemente«. En jeroglíficos egipcios se muestra de esta manera. En la historia egipcia había un «Castillo del Mazo«, que podría haber sido un misil de algún tipo. Ciertos informes culturales conservados en la antigua literatura histórica y religiosa, parcialmente confirmados por algunos curiosos descubrimientos arqueológicos, parecen indicar que algo parecido a bombas atómicas se emplearon en las guerras en este planeta miles de años antes de que empezara la actual historia escrita. No hemos reconocido esas detalladas referencias a la guerra nuclear en las leyendas antiguas hasta que no hemos desarrollado nosotros mismos la fuerza atómica. La mayor parte de esas referencias proceden del Mahabharata, el Ramayana, los textos puránicos y védicos, el Mahavira Charita y otros textos sánscritos, que, libres de los incendios y destrucciones sufridos por tantos libros de la antigüedad mediterránea y del Medio Oriente, nos han llegado directamente desde tiempos antiguos. Las referencias "atómicas" se observaron desde la primera traducción completa del Mahabharata,. en 1843. Originalmente se escribió en sánscrito hacia el 1500 a. C., sobre leyendas que databan de 5.000 años antes. Al principio parecían sólo ejemplos de la imaginación oriental, sobre guerras de dioses y antiguos héroes. Mahabharata significa, en sánscrito, Gran Bharata; y es el más extenso poema épico de la literatura india antigua, mientras que el segundo es el Ramayana. Aunque ambos son básicamente obras profanas, se recitan de manera ritual y confieren supuestamente méritos religiosos a quienes los escuchan.

 

Antes de conocerse los efectos de la bomba atómica estos poemas carecían de sentido, pero ahora no, al igual que el tema de los carros de fuego que los llevaban por los aires: «Era un solo proyectil cargado con toda la fuerza del Universo. Una columna incandescente de humo y llamas, brillante como diez mil soles se elevó en todo su esplendor… Era un arma desconocida, un relámpago de hierro, un gigantesco mensajero de muerte, que redujo a cenizas a toda la raza de los Vrishnis y los Andhakas. Los cadáveres quedaron tan quemados que no se podían reconocer. Se les cayeron el pelo y las uñas: los cacharros se rompieron sin motivo, y los pájaros se volvieron blancos. Al cabo de pocas horas todos los alimentos estaban infectados. Para escapar de ese fuego los soldados se arrojaban a los ríos, para lavarse ellos y su equipo». Las dimensiones de esa arma legendaria tienen cierta semejanza con los proyectiles tácticos nucleares de hoy día: «Un tallo fatal como la vara de la muerte. Medía tres codos y seis pies. Dotado de la fuerza del trueno de Indra, la de mil ojos, destruía toda criatura viva». Los poderosos efectos de la explosión y el calor producidos por esa arma se describen de una manera imaginativa y lírica, pero una manera que se podría aplicar (salvo por los elefantes) al lanzamiento actual de una bomba atómica: «Entonces (el dios de esa poderosa arma) se llevó por delante multitudes de Samsaptakas con corceles y elefantes y carros y armas, como si fueran hojas secas de los árboles. Llevados por el viento, oh Rey, parecían hermosos allá arriba como aves en vuelo arrancando de los árboles». Y más adelante dice: «Vientos de malos auspicios llegaron a soplar. El Sol pareció dar la vuelta, el Universo, abrasado de calor, parecía tener fiebre. Elefantes y otras criaturas de la tierra, abrasados por la energía del arma, huyeron corriendo, las mismas aguas al calentarse, las criaturas que vivían en ese elemento empezaron a arder». Y continúa con: «Hostiles guerreros caían como árboles quemados en un fuego furioso. Enormes elefantes quemados por esa arma, caían por tierra. Lanzando terribles gritos, otros abrasados por el fuego corrían de acá para allá mientras, en medio de un incendio de bosque, los corceles y los carros también quemados por la energía de esa arma, parecían como copas de árboles quemados en un incendio de bosque».

 

En el Ramayana se lee: «Tan poderoso que podía destruir la tierra en un momento: un gran ruido que se elevaba en humo y llamas, y sobre él está sentada la Muerte«. El Mahabharata refiere la historia de un señor feudal llamado Gurkha con estas palabras: «Venía a bordo de un vimana, y sació su ira enviando un sólo y único rayo en contra de la ciudad. Una enorme columna de fuego diez mil veces más luminosa que el Sol se levantó, y la ciudad quedó reducida a cenizas en el acto». El Libro de Krisna relata: «Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad«. El Ramayana relata: «Las Vimanas tienen la forma de una esfera y navegaban por los aires a causa del mercurio (rasa) levantando un fuerte viento. Hombres a bordo de los Vimanas podían así cubrir grandes distancias en un espacio de tiempo sorprendentemente corto, pues el hombre que conducía lo hacía a su voluntad volando de abajo arriba, de arriba abajo, adelante o atrás«. En el Saramangana Suttradhara se lee: «Estaban hechos con planchas de hierro bien unidas y lisas y eran tan veloces que casi no se los podía ver desde el suelo. Los hombres de la tierra podían elevarse muy alto en los cielos y los hombres de los cielos podían bajar a la tierra«. En el Ramayana se nos dice: «Debe haber cuatro depósitos de mercurio (rasa) en su interior. Cuando son calentados por medio de un fuego controlado, el vimana desarrolla un poder de trueno por medio del mercurio. Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, es llenado de mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia, con el rugido de un león e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo«. El Mahavira Charita dice: «Un proyectil, cargado con la fuerza del universo, produjo una inmensa columna de humo y llamas deslumbrantes. Tan brillantes como 10.000 soles en todo su esplendor. Era una arma desconocida, un trueno de hierro, un gigantesco mensajero de la muerte, que redujo a cenizas a la totalidad de la raza enemiga. Los cuerpos quedaron irreconocibles, sus cabellos y uñas se caían, la loza se rompía espontáneamente y las aves vieron decolorados su plumaje… Después de unas cuantas horas, todos los alimentos quedaron contaminados. Para poder escapar de ese fuego, los soldados se arrojaron a los ríos para lavar su equipaje y lavarse ellos mismos. El Sol pareció temblar, y el universo se cubrió de calor. Las aguas hirvieron, los animales comenzaron a perecer y los guerreros hostiles cayeron derribados como briznas. Grandes proporciones de vegetación quedaron desiertos, y hasta el metal de las carrozas se fundió ante esta arma«. Se considera en la India, por parte de los entendidos, que los primeros cronistas diferenciaron en sus relatos lo real de lo ficticio.  Las historias de imaginación, o cuya veracidad no había sido comprobada, entraban dentro de la categoría «Daiva«.  Los hechos reales, cuya autenticidad estaba fuera de toda duda, eran conocidos como «Manusa«. El Mahabharata, Ramayana, Mahavira, y otros textos tenidos por fantasiosos, pertenecen a la categoría «Manusa«.

 

Algunos de los Edenes parece que estaban totalmente cerrados, como ciudades burbuja, que habían sido construidas para mantenerlas en un entorno cerrado. ¿Por alguna razón ecológica, por algún virus o ante posibles amenazas? «Después de los invictos Pandavas, dirigidos por Krishna, habían ido allí y ellos construyeron una hermosa ciudad como un nuevo cielo. Dirigidos por Dvaipayana, los héroes realizaron el rito de apaciguamiento en un lugar auspicioso y sagrado del país, en que tenían una gran fortificación. Fue fortificada mediante fosos que eran como océanos y rodeado por un muro que tapaba el cielo, blanco como las nubes, o igual a una montaña de nieve. Esta gran ciudad brillaba como Bhogavati brilla con sus Serpientes y ella estaba protegida por un aspecto terrible, con puertas de doble guillotina al igual que dos Garudas alados, con puertas en torres que se encumbraban como nubes picadas, igual que muchos montículos Mandaras«. Como vemos, estaba protegido de manera muy similar al Edén bíblico, aparentemente mediante espadas giratorias, y «cubiertas con lanzas y jabalinas de muchos tipos, incomparablemente afiladas y hábilmente transformadas, como serpientes de doble lengua. Guardadas por guerreros, ello estaba espléndido con torretas en espiral y resplandecían con puntas afiladas y cientos de fosos asesinos y movibles«. Incluso en la Epopeya de Gilgamesh encontramos obstáculos muy similares. Ellas fueron ciudades bien planificadas que «soportaban enormes ruedas de hierro y un buen plan de calles que evitaban colisiones con el Destino«, lo que indica que ellos despreciaban a aquellos que cayeron en el Destino, mientras que ellos tenían gran intuición y previsión. Indraprastha (Ciudad de Indra), que se menciona en la literatura India antigua como una ciudad del Reino de Kuru, fue la capital del reino liderado por los Pandavas en la epopeya del Mahabharata: «Así Indraprastha brillaba largamente en la imagen del cielo, creciendo enormemente como una masa de nubes compactas, que estaban envueltas en relámpagos. En este encantador y hermoso lugar estaba el magnífico asiento de los Kaurava, lleno de joyas, que eran como los eruditos más sabios de los Vedas«. Todos los dioses intentaron estar en estos 'Edenes' que estaban «libres de dolor y enfermedad«.

 

La figura del bastón está muy bien representada en Egipto, Sumer y en la literatura de los Vedas, mucho antes que Moisés lo utilizase, según la Biblia. En una parte de los Vedas, cuando los dioses batallan en la orilla del mar, con espadas que parecen de tipo laser, se dice que algunos de ellos han sido «señalados por el bastón de Brahman en la orilla del océano«. Para «empuñar el bastón» había que «ser temido y dispuesto a proteger al pueblo«. Cuando en los Vedas alguien está enojado, ellos «queman como el bastón de Brahman«. Dependiendo de quién lo tenía, por supuesto tenía un impacto sobre el pueblo. «Toma mi arma, el bastón irresistible, héroe fuertemente armado, que con esta gran arma podrás hacer grandes andanzas«. Aparentemente, ello era peligroso para Rama. En la Eneida se dice que de camino a Italia, a Eneas se le aparece el alma de su padre Anquises y le pide que vaya a verlo al Averno: Eneas cede y, acompañado de la Sibila de Cumas, recorre los reinos de Plutón, y Anquises le muestra toda la gloria y la pompa de su futura estirpe: los romanos. Cuando Anquises fue visitado por su hijo en los cielos tenía una «mano que estaba llena de cicatrices a causa de sostener el rayo«, pero esto suena más como si él estuviese usando una de sus famosas espadas laser. Parece que estaban hechas de hierro, cobre y oro, los últimos dos elementos excelentes conductores eléctricos, el primero especialmente para la energía electromagnética. Un pasaje de los Vedas se refiere a ello como «bastón de muerte» y estaba recubierto de oro. También tenemos el bastón tridente que era más que el símbolo de Indra, ya que también se convirtió en el famoso símbolo del diablo. Sin embargo, ambos bandos parece que lo usaron varias veces en las epopeyas de la India. Algunos bastones fueron como varillas, otros con extremos enganchados. A menudo fue utilizado junto con el famoso 'disco' visto a menudo en los pictogramas egipcios y sumerios flotando en el cielo, así como veremos cómo Moisés utilizó estos artilugios para ayudarle, de la misma manera en que pareció a menudo recibir ayuda de «carros celestiales«. Aquellos bastones tenían gran poder y aquellos que sabían cómo utilizarlos fueron muy temidos: «cuando yo escuche que la divina lanza, que había sido dada por el rey de los dioses había sido hecha y entregada por Madhava al abominable demonio Ghatotkaca, luego Samjaya, yo perdí la esperanza en la victoria«.

 

Cuando el actor Charlton Heston, en la película Los diez mandamientos, blandía el bastón como Moisés, seguramente apenas se daba cuenta que estaba recreando el uso de una antigua arma muy poderosa. De acuerdo con el cuento de Aqhat sumerio, el bastón pudo provocar, igual que una varita mágica, que el portador pudiese desaparecer y reaparecer en distintas ubicaciones. Al igual que la serpiente de la Biblia, parece que las «serpientes» de los Vedas podrían ser una unidad entrenada en tecnología de resonancia electromagnética y en comunicaciones. Es difícil entender los Vedas y otros textos sin tener conocimientos en biomagnetismo, que permiten reconocer los efectos patológicos que acompañan al electromagnetismo, tal como puede verse en la antigua literatura. Lo que los historiadores catalogaban como mitos, ilusiones, etc.. no eran sino manipulaciones bien planificadas y ejecutadas: «la maldición del rey, ahora dos veces pronunciada contra él,  actuaron fuertemente, y él se volvió completamente poseído por el poder de los Raksas y perdió su juicio«. Sus «sentidos fueron anulados por los Raksasa«. Las «serpientes«, ¿son emanaciones eléctricas,  representadas por las ondas y los movimientos erráticos, como una serpiente? Aquellos que podían dominarlos fueron llamados «comedores de serpientes«. Había algún tipo de relación entre la serpiente y el bastón, pues el dios egipcio Ra es mostrado teniendo una serpiente al igual que Moisés. Sin embargo, la gente veía imágenes y formas extrañas que son fácilmente producidas mediante resonancia electromagnética. En la batalla se engañaban unos y otros, debido a que cambiaban en diversas formas, tal vez mediante el uso de hologramas. La teoría de la reencarnación echó raíces desde aquellos tiempos: «Por mi hechicería yo me dividí en muchas partes y residí en muchas encarnaciones». La imagen de la serpiente también fue utilizada para la función de transmitir y recibir. Las serpientes guía representadas en las frentes de un dios o un faraón en los textos egipcios parece ser justo un transmisor y receptor. Sin embargo, es tanto en los textos hebreos como en los egipcios que nos explican más sobre lo que era la «serpiente«, que significa «palabra«, «cosa» y «materia«, equivalente el sonido «tchet» de los egipcios. Se dice que cuando el dios Ra habló a sus ayudantes, su voz era como el «zumbido de abejas«, ¿qué mejor referencia a una voz transmitiendo? Ellos respondieron en una voz que se parecía a «mujeres llorando» y de «hombres que gimen» y otros sonidos como «toros» o «rugido de los vivos» o «grito del divino halcón de Horus«, todos muy reminiscentes de transmisiones confusas. Actualmente pueden ser escritos varios volúmenes sobre los Vedas, especialmente los que nos dan más detalles sobre el uso de una supuesta tecnología.



En los Vedas podemos leer: «El dios que tuvo la visión del momento en que nació, el primero que protegió a los dioses con el poder del pensamiento, ante cuyo aliento caliente que hacen temblar las dos mitades del mundo ante la grandeza de sus grandes poderes. Él, mi pueblo, es Indra. Él, quién hizo rápido la tambaleante Tierra, quién hizo todavía las temblantes montañas, quién midió y extendió la expansión del aire, quién apuntaló el firmamento, él, mi pueblo, es Indra». En el supuesto inicio de todo ya tenemos nuestro primer dilema, ya que cada uno tiene su propia versión. Uno querría lógicamente asumir que, cuanto más lejos retrocede en el tiempo, uno va lo más cerca posible en la concreción de estas historias. La Biblia es una tardía explicación de la historia y es una mescolanza de hechos confusos obtenidos de previos textos egipcios, sumerios y védicos. La Biblia está ocultando la mayor parte de los componentes de nuestra historia. El Génesis es una compilación de muchos eventos y, separándolos, podremos ver una entera nueva historia. Por ejemplo, en el libro egipcio Libro del derrocamiento de Apepi, encontramos dos distintas versiones del Génesis. La teoría de los antiguos sobre el origen del cosmos concuerda bien con la teoría del Big Bang propuesta por la ciencia. De acuerdo con la Biblia, a Dios le tomó 6 días para crear la Tierra, algo que cualquier buen egipcio y sumerio discutiría fuertemente, ya que ellos creían en la generación espontánea o abiogénesis. La Biblia describe hasta el resto del séptimo día, la reestructuración de la Tierra después del Diluvio, de acuerdo con los textos egipcios, excepto en la parte sobre la creación del ser humano. Esta es la razón por la que la Biblia es tan difícil de descifrar como muchos antiguos textos similares y concordantes entre ellos, obviamente desde una misma fuente común. Pero en la edad oscura del ser humano aparece un libro, la Biblia, una conglomeración de diversos textos más antiguos, intentando una imposible suma global, que es por lo que este libro es tan contradictorio.

 

De acuerdo con los Vedas, los relatos sobre la historia presente del ser humano vienen del tiempo antes y después del Diluvio, ocurrido seguramente hace unos 12.000 años, justo cuando finalizó la última glaciación, y que parece similar a otros antiguos relatos. Según los Vedas, hay que notar la referencia al Big Bang como algo que ya ocurrió. La pregunta es: ¿fue causado por la naturaleza o por los dioses?: «En el inicio, después de la destrucción de todo el universo, ¡oh tigre entre los hombres! fueron en la edad o yuga Krta que, ellos dicen, tuvo una duración de 4000 años, precedida por un amanecer y seguida por una oscuridad de 400 años. Se dice que la edad o yuga Treta tuvo una duración de 3000 años, precedida por un amanecer y seguida de una oscuridad de 300 años cada una. La edad Dvapara tuvo una duración de 2000 años, con un amanecer y oscuridad de 200 años cada una. La edad de Kali se enseña que tiene una duración de 1000 años, con 100 años de amanecer y oscuridad cada una (notar que el amanecer y la oscuridad tienen la misma duración). Cuando la era Kali termina empieza de nuevo la era Krta. Este período total de 12.000 años es llamado Eón. La unidad de un millar de tales eones es citada como el Día de Brahma. Cuando el universo entero vuelve a su hogar en Brahma, ¡Oh tigre entre los hombres! el sabio conoce esto como la reabsorción de los mundos«. Hay que tener en cuenta que los años se refieren a años de Dioses, en que cada año se considera serían 3600 años humanos. ¿Hubieron amaneceres y oscuridades de 300 años, entre uno y otro, en un determinado tiempo? Hay un largo discurso sobre los signos reveladores de que todo esto es cierto. Pero un extracto para los escépticos es el siguiente: «Al final del Eón creció la población, tigre entre los hombres, y el olor se convirtió en hedor y sabores a podrido. Cuando el Eón estaba declinando, las mujeres tenían demasiados hijos, oh rey, eran bajos de estatura, prescindían de toda moral, y tenían relaciones sexuales a través de la boca. Al final del Eón el campo se llenará con torres, los cruces de caminos con chacales, y las mujeres con odio«. Según Lana Cantrell, actualmente estamos dentro de una época de alimentos refinados y artificiales. Esta menor sensibilidad de los alimentos ha ocurrido lentamente en aproximadamente los últimos 2000 años. La gente actualmente es odorífera, o que desprende olores agradables, debido a sus pobres dietas en nuestra perfumada y desodorante sociedad, mientras que la población mundial se está incrementando interminablemente. En 1988, Lana Corrine Cantrell, en quién me he inspirado para escribir este artículo, escribió The Greatest Story Never Told: A Scientific Inquiry into the Evidence of the Fall of Man from a Higher Civilization in Antiquity, un libro que combina múltiples historias de antiguas civilizaciones convertidas en mito. Lana Cantrell tiene un doctorado en las áreas de nutrición clínica, bioquímica, paleopatología, antropología física, egiptología y medicina holística. Además es un miembro del American Association of the Advancement of Science, American Institute of Biological Science, American Holistic Medical Foundation, Palepathology Association, y The Ancient Astronaut Society.

 

El supuesto contenido monoteísta de la Biblia es contradictorio ya desde el inicio, ya que dice, en plural: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza«. El hebraico «Elohim» sirve al mismo propósito, ya que traducido significa «un dios entre muchos«. La Biblia ofrece otras referencias: «Yo te alabaré, oh Señor, con todo mi corazón; ante los dioses«, o «Yo sé que el Señor el grande, que nuestro Señor es más grande que todos los dioses«, o «Dar gracias al Dios de los dioses«, o «Dios preside en la gran asamblea: él da juicio entre los dioses«. Vemos que hay más de un dios, justo como los hebreos proclamaban en sus relatos iniciales, ya que «Yahveh» originalmente significa «dioses«, pero luego asumió un significado singular, de un solo dios. Durante un largo tiempo la gente se aferró a la creencia en la abiogénesis, el nacimiento espontáneo de los seres vivos a partir de materia inorgánica. Diordorus Siculos (siglo I a.C.) nos dice que: «los caldeos dicen que la substancia del mundo es eterna y que ni tuvo un primer inicio ni en los últimos tiempos sufrirá destrucción«. Como generalmente encontramos en los textos antiguos y en las mitologías de todo el mundo, hubo una fuerza en que no estuvo implicada ninguna deidad. El Libro de los Muertos egipcio, escrito por un sacerdote de la Universidad de Anu en tiempos de una gran convulsión teológica, pasó por una completa reescritura. La mayoría de las versiones originales han desaparecido. El libro nos habla de días de oscuridad en la Tierra cuando la gente gritaba: «No puedo estar encerrado en la tumba, no puedo ser volteado, puede la flacidez de mi cuerpo renovada de nuevo cuando yo vi tus bellezas incluso como todos tus favorecidos porque yo soy uno de estos que adoran tres mientras ellos viven en la Tierra«. Lo básico en el texto del Libro de los Muertos egipcio, supuestamente precede al período del rey Menes, el primer monarca histórico, que reinó aproximadamente en el 5867 a.C., que son nada menos que unos 8000 años antes de la fecha actual. De acuerdo con las escrituras egipcias, los dioses poseían el «Cuerpo del Mundo«, la suma total de constituyentes del universo, a los que los humanos caídos intentan volver. Los Vedas nos dicen que en el tiempo de la caída del ser humano, hace miles de años, las básicas leyes primarias e instintivas del ser humano cambiaron progresivamente, alterando supuestamente su composición genética: «Algunas personas conocían cuatro Vedas, otros tres, dos o uno, mientras que algunos no tenían ningún himno. Mientras se acababa con las Escrituras, el ritual se convirtió en multitudinario; y fue torcido en la austeridad y los dones; las criaturas cayeron bajo la influencia del Constituyente de la Pasión. Debido a que el único Veda no es actualmente conocido, los Vedas se multiplican; y porque hay ahora un colapso de la verdad, pocos acatan la verdad. Muchas dolencias golpean a aquellos que se han alejado de la verdad, y surgen lujuria y desastres causados por el destino sufrido, por lo que algunos humanos padecen austeridades muy severas, mientras otros, motivados por anhelos o por el deseo del cielo, llevan a cabo sacrificios. Entonces, habiendo llegado al Dvapara yuga, las criaturas perecían por el desenfreno«.

 

Lo que estos textos nos dicen es que cuando se pierden los instintos primarios, entonces entramos en la era dominada por la religión. En muchas culturas alrededor del mundo, la gente todavía creía en los cielos y en que la Tierra era creada a partir de un huevo. Los egipcios creían en cualquier cosa que envolviese espontáneamente, fuera de toda limitación, una masa acuosa, un plasma germinal como tal, y ellos también declararon que fue en la forma de un huevo, llamado el Paut. Los Primitivos Seres creados de esta manera fueron los Neteru, que corresponden al nombre sumerio de Nibiru. Las leyendas, folclore, y la más importante literatura en Egipto, Sumer y en los textos de los Vedas, no hablan de evolución. Los Vedas hablan del «Embrión dorado«: «Cuando todo estaba sin luz y en todos sus lados cubierto por la oscuridad, surgió un gran Huevo, la gran inagotable semilla de todas las criaturas. Ellos dicen que esta fue la gran inagotable semilla de todas las criaturas. Ellos dicen que esto fue la gran causa divina, al inicio del Eón; y en lo que resta es revelado como la luz verdadera, el eterno Brahman. Fue maravilloso y revelado como la verdadera Luz, el eterno Brahman. Es maravilloso más allá de lo que podemos imaginar, en perfecto equilibrio en todas sus partes, esta sutil causa no manifestada de que eso es lo que es y lo que no es. Agua, Cielo y Tierra, Viento, Atmósfera y Espacio, el año, las estaciones, los meses, las quincenas, y días y noches turnándose, y cualquier otra cosa, todo ello ha venido adelante y atestiguado por el mundo. Cualquier cosa que encontramos que existe, moviéndose o sin moverse, todo es realizado rápidamente de nuevo, todo este mundo, cuando la destrucción del Eón ha golpeado. Justo como con el cambio de la estación aparecen todas las diversas señales de la estación, así también estos seres al inicio de cada Eón. Entonces, sin principio ni fin, gira la rueda de la existencia alrededor de este mundo, causando origen y destrucción, sin principio y sin final«.

 

Todos los textos hablan de una Caída del ser humano desde una forma anterior más pura. Los Vedas se parecen a los textos egipcios, y en uno de sus pasajes proclama que ellos no saben de qué manera vino a ser el universo, pero los dioses fueron creados de «ello» y no por un «Él«; La última línea diciendo que incluso los mismos dioses no lo saben: «No hubo existencia ni no existencia, entonces no hubo ni el reino del espacio ni en el firmamento lo que hay más allá. ¿Qué es lo que se agitó? ¿Dónde? ¿En cuya protección? ¿Había allí agua; sin fondo profundo? No había ni muerte ni inmortalidad entonces. No había signos distintivos de la noche ni del día. Ese respira, sin viento, por su propio impulso. Aparte de esto no había nada más allá. La Oscuridad fue ocultada por oscuridad en el inicio; sin signo distintivo, todo esto era agua. La fuerza de la vida que fue cubierta con el vacio, surgió a través del poder del calor. El deseo vino al inicio; siendo la primera simiente de la mente. Los poetas buscaban en su corazón con sabiduría para encontrar el vínculo de la existencia en la no existencia. Su cable se extendió por doquier. ¿Estaba debajo? ¿Estaba arriba? Hubieron colocadores de semillas: hubieron potestades. Hubo impulso debajo, que fue actuando progresivamente arriba. ¿Quién lo sabe realmente? ¿Quién lo proclamará? ¿De dónde se produjo? ¿De dónde viene su creación? ¿Los dioses vinieron después, con la creación de su universo? ¿Quién entonces sabe de dónde ha surgido? ¿De dónde ha surgido esta creación?; quizás se formó ella misma o quizás no. El que lo mira hacia abajo en lo más alto del cielo, solo él lo sabe, o quizás él no lo sabe«. Incluso los mismos dioses no sabían si estaban en la «pecera» de otra entidad. La gente de la antigüedad debatía, como ahora, con respecto a ello. Hoy, nosotros teorizamos sobre como algo como el Big Bang pudo haber venido de la «nada», como se decía en este texto gnóstico: «Si cada uno, los dioses del mundo y los seres humanos, dice que no existe nada antes del Caos, yo demostraré que todo ellos están errados, puesto que ellos no saben la estructura del Caos y su raíz. Aquí está la Demostración: Si hay acuerdo por parte de todos los seres humanos en relación al Caos en que ello es una oscuridad, entonces es algo derivado de una sombra. Fue llamado oscuridad. Pero la sombra es algo derivado del trabajo, existiendo desde el inicio. Por ello es obvio que el primer trabajo existió antes que el Caos existiese«.

 

¿Podemos esperar algo que venga de la nada? En realidad no existe realmente tal cosa a la que llamamos nada, ya que cuando nosotros decimos que una caja está vacía nosotros despreciamos el caótico juego de moléculas que circulan dentro y que incluso el mismo aire es una sustancia como el agua. Se dijo que los dioses se fueron lejos para tomar prestado este huevo cósmico, moldeando y usando su forma geométrica para configurar algunas de sus aeronaves: «Actualmente, en lo que concierne a la noche de la batalla, cuando ellos entran en la parte oriental del firmamento, allí directamente tuvo lugar una batalla en el cielo y en la Tierra en toda su extensión. Saludando en su huevo, brillando desde su disco, elevándose desde su horizonte, brillando arriba en el cielo sin su segundo entre los dioses, navegando sobre los pilares de Shu, saliendo vientos de fuego de su boca, haciendo brillar las dos tierras con su resplandor «. Nosotros vemos aquí una referencia a una guerra titánica que iba a estallar en Egipto. Hasta que no nos aventuramos en el espacio no descubrimos que la Tierra tiene actualmente forma de huevo, no exactamente redonda, pero estrecha en un lado y bastante abultada en el otro lado. La Tierra es como un macrocosmos, con un núcleo magnético como la yema de un huevo. Tanto los textos egipcios como los Vedas hablan de las «generaciones no nacidas«. En los Vedas, Krishna es el «no nacido«, uno de los más grandes dioses. Estos fueron todos los dioses primarios, a diferencia de aquellos que nacieron, conocidos por los egipcios como los Henmemet, el nombre egipcio antiguo para el «pueblo real del Sol» o «generaciones de no nacidos«. Para los griegos había los dioses mayores y los menores, los de nivel más alto y bajo entre los dioses, respectivamente. Si miramos a través de un microscopio todas las miríadas de células y estructuras microscópicas, ellas tienen un sorprendente parecido a las estrellas del firmamento. Todas las propiedades minerales y químicas del espacio las llevamos en nuestros cuerpos. Los antiguos llamaban a la sabiduría y  conocimiento del cuerpo de uno mismo, en relación a los antecedentes de la Tierra y Cielo, «consciencia cósmica«. Los antiguos sintieron que era la pérdida de los instintos y una adecuada combinación de bioquímica y tejido a través de la gestación, maduración, nutrición y aprendizaje, lo que había causado la caída del «Divino» o «Supremo Ser«. Algo ocurrió que rompió esta homeostasis, o conjunto de fenómenos de autorregulación, conducentes al mantenimiento de una relativa constancia en la composición y las propiedades del medio interno de un organismo, y destruyó los linajes divinos, llamados por los egipcios los «Enéadas«, un grupo de nueve deidades de la mitología egipcia adorada en Heliópolis, mientras que por los sumerios eran llamados los «Nibiru«, posteriormente traducidos como «Nefelim» en la Biblia, como si este nombre significara «los caídos«. Nosotros encontraremos que la Biblia, ¿tal vez a propósito?, fue totalmente mal interpretada.

 

La vida puede ser tan larga como tuvieron los antiguos, pero ellos tenían la posibilidad, además, de ser inmortales, tal como nos dicen los Vedas, porque ellos eran «los maestros de sus sentidos«. Voltaire dijo que «la Antigüedad está llena de alabanzas de otra antigüedad todavía más remota«. El ser humano quiere guiar su destino, pero en realidad los dioses tienen el control (¿aún?) de un cosmos que se volverá entrópico, dicen los antiguos, sin que ellos y su perfección lo prohíban. Pero la inherente cualidad del ser humano está quedándose corta, ya que ha perdido sus sentidos primarios. Los Vedas está construidos sobre este precepto. Los griegos, como los egipcios, los sumerios y los de la India, creían firmemente que los dioses no crearon el mundo pero fueron una consecuencia de ello y lo gestionaron, como un jardín. El ser humano tiene un potencial latente para guiar la Naturaleza, pero aunque muestra su inclinación para la ciencia, ha perdido sus instintos. De acuerdo con la entropía, la cantidad de energía en el universo es siempre la misma, pero siempre está tratando de volver a su estado original. Los científicos nos dicen que el cosmos está corriendo hacia su final desaparición cuando colapse sobre sí mismo. ¿Es ello verdad o están simplemente reflexionando sobre lo que está sucediendo en sus propios cuerpos cuando decaigan las células dándonos un proceso entrópico al que llamamos envejecimiento? Pero estamos aprendiendo a través de la sitología y la gerontología que el envejecimiento puede enlentecerse y, si esto es así, entonces es muy probable que pueda ser detenido. Los textos antiguos nos dicen que cuando el ser humano vuelva a recuperar su conocimiento primario, el deterioro finalizará. ¿No es la evolución entonces un estado permanente sino una progresiva degeneración, una involución de las estructuras moleculares intentando volver a sus estados originales, pero a ciegas, actuando sin cesar, aparentemente, como un castigo hasta que no haya más linajes?

 

Es curioso como una palabra o palabras, mal interpretadas, pueden cambiar el entero sentido de un texto. Con el primer relato de la Creación tenemos que: «ahora la Tierra estaba sin forma y vacía«. Sin embargo, «estaba» en la versión de la Biblia del Rey James se traduce actualmente como «se convirtió» y ello nos ofrece otra pista. Si «se convirtió» es correcto, la Tierra ya estaba formada y algo la apartó de su previo estado. Entonces Dios intervino y la devolvió a su estado normal. ¿Fue el mundo desarrollado completamente y tecnológicamente hace 450.00 años y antes, cuando ocurrieron estos eventos?, ¿tenemos alguna prueba material? En efecto, algunas huellas y un martillo. El martillo en cuestión fue hallado en London, Texas, el mes de junio de 1934, incrustado en una roca con una antigüedad de 400 millones de años. Los Laboratorios Batelle han efectuado una investigación extensiva del martillo, concluyendo que se produjo mediante un proceso de producción de acero desconocido, siendo el mango de madera. Sin embargo, el hierro necesario para el acero no contiene silicio o carbono, que son utilizados en el proceso actual para hacer acero. Un microscopio electrónico de exploración reveló que se componía de un 96,9% de hierro, un 2,61/2 de cloro y un 0,74% de sulfuro, lo que es extraordinario, ya que sin carbono no es acero y sin silicio implica que no se ha utilizado un horno. Pero, ¿a qué es debida la gran cantidad de cloro que resulta de tal tipo de producción? Es un acero sin carbono y su fortaleza viene de la gran concentración de hierro. Ello causaría que hubiese muy poca corrosión. El mango de madera parcialmente se ha convertido en carbón, lo que significa su enterramiento bajo sedimentos en algún momento empapados en agua. Este ejemplo parecería una buena y suficiente razón para declarar su existencia antes del Diluvio. Los fósiles de conchas alrededor del martillo tienen una datación de una antigüedad de 400 millones de años. Sin embargo, las técnicas de datación pueden estar muy erradas debido a las condiciones atmosféricas y posiblemente eones pueden ser simplemente miles de años.

 

Las antiguas huellas se prestan mucho a la imaginación. William J. Meister sénior, en junio de 1968 descubrió una sandalia humana impresa e incrustada con trilobites en Antelope Springs, Utah. También en Texas se encontraron trazas de sandalias junto a huellas de dinosaurio. Las huellas de las sandalias aquí tenían una longitud de 38 cm, ya que, en efecto, habían gigantes en estos días como muchos textos antiguos nos dicen. Estas huellas  se han encontrado en todo el mundo, por lo que no son coincidencias geológicas. Es en los Vedas y en la literatura japonesa donde encontramos menciones a estas huellas. Veamos dos versos de los Vedas: «Uno debería ir al monte Udyanta, que es ruidoso con la canción: Allí uno puede ver la huella de Savitar. Un hombre que visitó el Estanque de Loto de los Celestiales no sufre reveses y encuentra una ofrenda de una carrera de caballos. Casto y atento, debe ir a la huella del Gran Señor y mediante un baño allí obtiene el fruto de una ofrenda de un caballo«.  Justo como llegaron allí lo podemos leer a través del texto japonés Una crónica de dioses y soberanos, un completo tratado geológico sobre las relaciones de los seres humanos con los dioses, tal como se dice: «En los primeros tiempos, cuando el Cielo y la Tierra se habían separado, pero el barro húmedo debajo todavía no se había coagulado, la gente solo se podía mover en las montañas. Las huellas que dejaron en este tiempo fueron llamadas yama-ato«. Debe haber sido algo peculiar para haber dejado huellas alrededor del planeta. Ello puso en una entera nueva perspectiva la datación y la fiabilidad de cualquier intento para juzgar la historia de la Tierra. Nosotros no podemos hacer suposiciones temerarias. En un artículo sobre ello en la Associated Press, del 3 de febrero de 1985, el antropólogo Ronald Clarke, investigador sénior de anatomía en la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburg, decía que un «tacón artificial» había sido cincelado en el lecho de rocas. Esperemos que miles de años en el futuro alguien no recoja las huellas fosilizadas del pueblo avestruz de África, una tribu que tenía una mutación que hizo que sus pies se parecieran a los de una avestruz.

 

Si los dinosaurios fueron contemporáneos de los seres humanos, quizás la Biblia tiene razón: «Mira al gigante, al que hice junto a ti y que se alimenta de hierba como un buey. ¡Cuánta fuerza tiene en sus lomos, qué poder en su barriga! Su cola se balancea como un cedro; los músculos de sus muslos están muy unidos. Sus huesos son tubos de bronce, sus extremidades como varillas de hierro. Él ocupa el primer lugar entre las obras de Dios«. Esto es parte del libro de Job y el origen de este libro lo podemos encontrar hace unos 4000 años en la literatura sumeria. Alguien ha establecido esto como una referencia a elefantes e hipopótamos, pero relatos sobre balanceándose como cedros no parecen referirse a ellos, pero si nos podemos imaginar un Brachiosaurius o un Diplodocus. Es especialmente remarcable la referencia a los huesos como «tubos de bronce«, ya que en muchos dinosaurios se ha hallado que tenían una osteología neumática. La literatura esotérica parece hacer referencia a un pterodactyl: «criaturas voladoras, maravillosas y extrañas en apariencia, con las patas y colas de leones, y las cabezas de cocodrilos; su apariencia es de un color púrpura como el arco iris; su tamaño novecientas medidas«. Su referencia a la piel es esclarecedora, ya que se ha encontrado piel fosilizada con los colores del «arco iris» en muchos reptiles actuales. No necesitamos remontarnos a la antigua literatura para encontrar que la caída de los de Nibiru fue una guerra. Con quiénes exactamente, probablemente nunca lo sabremos. Pero todos los relatos nos llevan a una guerra tumultuosa y trágica, de proporciones cósmicas, y como los Vedas parecen revelar, con el uso de armas de tipo nuclear. Sea lo que sea que ocurrió, dejó a la gente en una malsana condición, inferior a la que una vez habían tenido. La historia de los de Nibiru es complicada y larga, y podrían escribirse muchos volúmenes sobre ella. Es triste y valerosa, es la historia de un pueblo desesperado luchando por mantener su estabilidad biológica, y por devolver a su gente la capacidad de adquirir la posibilidad de la inmortalidad.

 

Todos los antiguos textos parecen claros en que después de la Caída, miembros de la misma familia se enfrentaron entre ellos y en que dos personajes principales, Rama e Indra, estuvieron en desacuerdo. A pesar del hecho de que ellos parecen haber ganado una anterior guerra, y durante cierto tiempo estuvieron en términos amicales, esta situación pronto se deterioró. La principal familia en que se centra la historia parece que estaba formada por siete hijos y una hija. Todo indica que la Tierra probablemente sufrió algún tipo de inversión magnética y que los de Nibiru fueron capaces, junto con otros, de escapar de la Tierra. Una inversión magnética, geomagnética o de polaridad, lo que produce es el traslado de los polos y el flujo magnético, dando como resultado un cambio en la orientación del campo magnético terrestre de tal modo que la posición del polo norte y sur magnético se intercambian. Estos eventos, los cuales duran de cientos a miles de años, a menudo implican un descenso prolongado de la fuerza del campo magnético seguida por una recuperación rápida después de que la nueva orientación se ha establecido. Por largos períodos, las inversiones magnéticas parecen haber ocurrido con una frecuencia de 1 a 5 eventos por millón de años. No obstante esta duración es altamente variable. Durante algunos períodos de tiempo geológicos se observa que el campo magnético terrestre se mantuvo estable durante decenas de millones de años. Otros eventos parecen haber ocurrido muy rápidamente, con no más que una inversión en 50.000 años aunque, a decir verdad, se ignora cuando hubo la última inversión magnética, que yo creo fue hace unos 12.000, durante el período posterior al final de la última glaciación. Sin embargo, parece que hubo otros que no pudieron escapar a la posible inversión magnética. De acuerdo con los egipcios, el Sol subió dos veces en el oeste en dos ocasiones y entonces fue corregido por los dioses, una vez en los tiempos de la Caída y otra en el tiempo del Diluvio. Si esto fue así, podemos explicar mucho sobre los gigantes de la Biblia, en base a las extrañas formas hibridas de animal y humana que se extinguieron. ¿Fueron los homínidos?



Parece que a la Caída se llevó a cabo un proyecto de restauración, que fue otorgado al Indra de los Vedas, cuyo equivalente era el Enki en los textos sumerios. Indra junto fuerzas con un grupo llamado los Asuras, presumiblemente parientes cercanos, pero sin embargo pronto surgieron disputas: «Entre los Dioses y los Asuras surgió una gran pelea sobre la soberanía del universo con todo tipo de criaturas, en movimiento y a pié«. Sin embargo, antes de esto, ellos parecieron haberse enfrentado a un mutuo opresor, iniciándose una guerra atronadora, que sonaba como si fuesen empleados misiles. Tal como leemos en el Mahabharata: «En seguida los dioses fueron al monte Mandara, adornado con picos altísimos como nubes altísimas, las más destacadas de las montañas, que, cubierto de matorrales de enredaderas y haciendo eco con los cantos de todo tipo de pájaros y lleno de bestias de presa con colmillos (¿tigres?), es igual al jardín de los Kimnaras, los Apsaras y los Dioses. Once mil leguas sube al cielo y otras tantas miles de leguas sus bases se extienden en la Tierra. En efecto, los Dioses, con todos sus anfitriones, entonces no pudo desarraigarlos: y ellos remontaron juntos a donde Visnú y Brahma (creador de Indra) estaban sentados y les dijo: ustedes señores, fijen sus mentes en nuestro final bienestar. Que haya un esfuerzo, por el motivo de que todos nosotros remontemos el monte Mandara. Qué así sea, dijo Visnú, y así hizo Brahman, ¡oh Bharogava!. Ananta Shesha, rey de los Nagas, la raza serpiente, se alzó a requerimiento de Brahma, y a la poderosa serpiente se le ordenó la tarea por parte de Narayana, aquel que está en un sueño yóguico en las aguas celestiales, refiriéndose al Señor Maha Visnú. Y la poderosa Ananta, con todo su poder, sacó al soberano de las montañas, con todos sus bosques y juegos del bosque. Entonces los Dioses marcharon con la montaña al Océano y ellos le dijeron: Por el bien del Elixir tendremos que agitar vuestra agua. El Señor de los Ríos replicó: 'Guárdame una porción, entonces resistiré el poderoso golpe de la agitación del monte Mandara'. Entonces los Dioses y Asuras dijeron al Rey de las Tortugas, Akupara: 'Ora, sé tú el fundamento para el monte Mandara'. La tortuga consintió y prestó su caparazón a la montaña: e Indra apretó la espita de la montaña con su herramienta».

 

«Entonces los Dioses convirtieron el monte Mandara en el bastón batidor: y usando la Serpiente Vasuki como cuerda giratoria, empezaron a batir el océano, tesoro de las aguas. Así, por el bien del Elixir, los Asuras y todos los Danavas se apoderaron de un extremo del Rey de las serpientes, y los Dioses se colocaron juntos en la cola. Ananda se quedó con el bendito Narayana y siguió subiendo la cabeza de la Serpiente y arrojándola hacia abajo de nuevo. Y como Vasuki fue arrastrado por la fuerza arriba y abajo por los Dioses, lanzó bocanadas de fuego y eructó humo de su boca. Las nubes de humo se convirtieron en nubes enormes con relámpagos y llovieron sobre las tropas de los Dioses, que fueron debilitados con la calor y la fatiga. Desde la cima de la montaña fueron soltados lluvias de flores y guirnaldas que estaban esparcidas todas alrededor de los anfitriones de los Dioses y los Asuras. Entonces los Dioses y los Asuras agitaron el océano con el monte Mandara, Un rugido poderoso se levantó como un trueno retumbante en las nubes. Todo tipo de criaturas que habitaban las profundidades fueron aplastadas y despedazadas por la gran montaña y por cientos fueron a su perdición en el salado océano; y la montaña condujo animales del mar de todo tipo, como los que habitaban en los abismos submarinos, a su destrucción. Mientras el monte Mandara estaba siendo conducido, grandes árboles se estrellaron uno contra otro y se desplomaron desde la cima con sus nidos de pájaros. La fricción de los árboles comenzó un fuego tras otro fuego, cubriendo la montaña con llamas como una negra nube de monzón con rayos. El fuego expulsó a los elefantes y leones y los quemó, y todas las criaturas de muchos tipos encontraron su muerte. Entonces Indra, el Señor de los Inmortales, inundó el fuego, que estaba furioso por todas partes, con lluvia torrencial desde las nubes. Muchos jugos de hierbas y múltiples resinas de los árboles floridos cayeron en el agua del océano. Y con la leche de estos jugos es como se tiene el poder del Elixir, y con la exudación del oro molido los Dioses obtuvieron la inmortalidad. El agua del océano ahora se convirtió en leche y de esta leche flotó mantequilla, mezclada con las más finas esencias. Entonces los Dioses hablaron a Brahma, Otorgador de Bendiciones, que había permanecido sentado: 'Nosotros estamos muy cansados, oh Brahma, todavía no ha aparecido el Elixir, y así son los Daityas y las grandes Serpientes. Sin la ayuda del dios Narayana, todos los Dioses y Danavas no tendrían poder. Y este batir del océano ha sucedido durante mucho tiempo'».

 

«Brahma entonces dijo al Dios Narayana: ¡Dales fuerza, Visnú. Eres en éste el último recurso! Y otorgo una batalla más horrible y descomunal que cualquiera anterior, entre los Dioses y los Asuras, cerca de la orilla del mar. Grandes alabardas afiladas golpeaban la morada por miles, y jabalinas de punta afilada y todo tipo de armas de mano. Cortados por el disco y vomitando mucha sangre, heridos por espadas, lanzas y los mazos, los Asuras caían en el campo de batalla. Como pepitas de oro derretido, cabezas cortadas por lanzas de tres hojas rodaban sin cesar en la batalla sin clemencia. Los grandes Asuras, sus miembros ungidos con su sangre, yacían derribados como picos de montaña de color mineral. Gritos brotaban por todas partes por parte de los miles. Ellos se acuchillaban uno al otro con sus espadas y el Sol brillaba en sangre. El ruido de ellos luchando unos con otros con cachiporras con púas o con sus puños, de tal manera que si se estuviese cerca parecerían alcanzar el cielo. ¡Acuchíllalos! ¡Apuñálalos! ¡Apresúrate! ¡Derríbalos! ¡Sigue adelante!, estos eran los horrendos gritos que fueron escuchados por todas partes. Entonces el terrible tumulto de guerra estaba desenfrenado cuando los Dioses Nara y Narayana se unieron a la batalla. El bendito Señor Visnú, al ver el divino arco en la mano de Nara, convocó con su mente a su Danava, uno de los hijos de Danu, asociado con las aguas primordiales y sin forma que existían antes de la creación, a fin de que destruyera el disco. Tan pronto como pensó en ello, el disco que quemaba a los enemigos apareció en el firmamento en un resplandor de luz a juego con el Sol, con su borde circular afilado, disco Sudarsana, terrible, invencible, supremo. Y cuando el arma ferozmente ardiente, que esparcía el terror, había llegado a su mano, el Dios Acyuta (creado por Visnú), con brazos como troncos de elefante los soltó, y ellos zigzaguearon rápidos como un relámpago en una bruma de luz, arrasando las fortalezas del enemigo. Refulgente como el Fuego del Día del Juicio Final, derribó enemigo tras enemigo, despedazando impetuosamente en pedazos a miles de Danavas y Daityas como cuando la mano de los más grandes seres humanos la dejaron ir en la batalla. Aquí estaba entre llamas como un fuego, allí acuchilló con vehemencia las fuerzas de los Asuras. Ahora fue lanzado hacia el firmamento, luego en el suelo, y como un demonio necrófago bebió sangre en la guerra».

 

«Desanimados, los golpes martillados de los Asuras a los anfitriones de los Dioses con montañas y con los poderosos guerreros, su brillo se desvanecía como nubes destrozadas, tomado por los miles en el cielo. Entonces como nubes iridiscentes, montañas gigantes de madera con picos truncados bajaron sembrando el terror y chocaron rugiendo contra otros. La Tierra con sus bosques fue machacada por todos lados por la caída de las grandes montañas y comenzó a temblar como el campo de batalla de los guerreros, que tronaron unos sobre otros, con furiosa rabia. Ahora Nara oscureció las sendas del firmamento con sus flechas doradas, hendiendo con astas emplumados los picos de las montañas volantes en el horrible embate de los ejércitos Asura. Presionados por los Dioses, los grandioso Asuras cavaron en la Tierra y se sumergieron en el mar salado, cuando ellos escucharon en el firmamento el furioso disco Sudarsana que resplandecía como un fuego rugiente. Y habiendo amanecido, los Dioses volvieron al monte Mandara por los cielos, y las nubes se fueron como ellas habían venido. Los Dioses escondieron el Elixir de forma segura y se la ofrecieron a ellos mismos con la alegría más exultante. Y el Asesino de Vala, con los otros Inmortales, dieron el tesoro del Elixir al Dios coronado para que lo mantuviese seguro«. Parece que la batalla fue por el combustible que ellos consideraban tan valioso: el «Elixir«. También suena como si se hubiesen utilizado armas nucleares. El disco suena más como un arma que podía aniquilar a miles de personas.

 

Pero también hubo más en esta historia, porque como ellos tenían control del «Elixir«, el «Soma» estaba a salvo: «Es a través de tu propio fallo, Señor de los Dioses, y tu propia negligencia, tú, el de los cien sacrificios, que los Valahilyas se han armado ellos mismos con el poder de sus austeridades y engendraron una maravillosa criatura. Es un Pájaro, hijo de Kosyapa el sabio y Vinata, poderoso de muchos disfraces; y él ahora ha venido a robar el Soma. Este Pájaro, el más fuerte de los fuertes, tiene el poder de robar el Soma. Yo creo cualquier cosa de él; él ha logrado lo imposible. Indra, escuchando esto, dijo a los guardianes del Elixir: 'Un pájaro de gran poder y fuerza está preparado para robar el Soma aquí. Os aviso de que él fallará en tomarlo por la fuerza. Aunque su fuerza sea incomparable, Brhaspati me lo dijo'. Al escuchar esto, los Dioses se asombraron y minuciosamente tomaron posición alrededor del Elixir, y así hizo el majestuoso Indra de los cientos sacrificios. Sabiamente ellos llevaban armaduras doradas, preciosamente estampadas e incrustadas con berilio, y entre sus multitudes blandían una gran cantidad de terribles armas, los bordes y agujas afilados como una navaja, lanzando chispas y llamas en una nube de disco de humo, porras, tridentes, hachas de batalla, jabalinas afiladas de todo tipo, inmaculadas cimitarras, armas que equipaban sus cuerpos y garrotes de feo aspecto y esplendidos con sus armas resplandecientes, y centelleantes con gemas divinas, los huéspedes de los Dioses, puros de corazón, hicieron guardia. Fuerza, poder y resplandor sin parangón, mentes empeñadas en la custodia del Elixir«. El «Soma» parece que se refería a unas mujeres muy especiales. Leyendo este relato, parece que el Satán de la Biblia estaba en una misión para rescatar a mujeres secuestradas. Él sería conocido por muchos nombres, como veremos. Los nombres, como la mayoría que encontramos en los antiguos textos, parecen ser más bien títulos para Indra en su rango de comandante, justo como sucedió con Brahma.

 

Todo indica que los Asuras fueron una vez como los Dioses, tal como los Vedas nos dicen: «Estos antiguos seres humanos nunca fueron frustrados en fuerza y resolución, ellos observaron buenos juramentos, ellos decían la verdad, ellos eran santos y como Brahma, Oh alegría de los Kurus, ellos todos han sido olvidados en el cielo con los dioses como les agradaba, entonces volvieron de nuevo a la Tierra, como un capricho. Estos seres humanos murieron apresados, libres de sufrimiento, realizados y sin bloquearse. Ellos vieron claramente ante ellos mismos la multitud de los Dioses, los profetas de espíritu elevado, y todas las Leyes. Ellos tenían auto control y no conocían enemigos. Ellos vivían por miles de años y tenían miles de hijos«. Pero, como con todos los demás, algo sucedió que parece altero su bioquímica. De los Asuras nacieron muchos mortales, en que todos vinieron de un «fuego«: «El fuego Gavampati engendró los terribles Asuras, y los mortales de distinto tipo«. Parece que todo el mundo enseguida sufrió la cólera de los Asuras y su subsecuente descendencia: «Ahora algunos de ellos nacieron reyes, dotados con gran fuerza, hijos de Diti y Danu, que ahora habían caído de su mundo a la Tierra. Poderosos, insolentes, teniendo muchas formas, ellos pululaban sobre esta Tierra, aplastando a sus enemigos. Ellos apresaron los Brahmins, los barones, los agricultores, incluso los siervos, y otras criaturas que ellos apresaron con su poder.  Sembrando miedo y muerte entre todas las razas de la creación, todos ellos vagaron sobre la Tierra, oh rey, por los centenares de miles, amenazando por todas partes los grandes profetas en sus ermitas, impíos, ebrios de poder, insensatos con la bebida. Cuando la Tierra fue tiranizada por los grandes Asuras, hinchados con poder y fuerza, la Tierra se dirigió a Brahma como un suplicante. Ni el viento, ni los elefantes, ni las montañas, oh rey, fueron capaces de soportar la Tierra, invadida de una manera tan impostora por los Danavas«. En la mitología hinduista, los danavas eran una clase de demonios frecuentemente identificados con los daitias o los asuras. Los danavas eran los hijos de Danu, quien a su vez era hija del patriarca Daksha. Danu está relacionada con las aguas del cielo y posiblemente está asociada con las primordiales aguas sin forma, que existían antes de la creación. Los danavas se rebelaron contra los dioses, bajo la dirección del rey Balí y otros, pero fueron derrotados.

 

Lana Cantrell opina que el plasma germinal, alterado mediante hibridación, creó una miríada de pueblos, todos ellos condenados a la mortalidad. Lo que sea que ocurrió afectó a Indra, así como se convirtió con el tiempo, en «pálido, amarillo, atrofiado«, que es una de las excelentes guías forenses de lo que ocurrió. Aparentemente, Indra no pudo realizar lo que él había sido enviado a hacer, restaurar la Tierra y traer luz a un mundo en una atmósfera con un fuerte efecto invernadero. Lucifer, el equivalente de Indra, actualmente significa «El Que Trae la Luz«, que tiene bastante sentido aquí. El Príncipe de la Oscuridad era literalmente esto y, por lo tanto, no es difícil comprender porque las «Hijas de la Oscuridad» perdieron fetos, según dicen los textos hebreos, cuando fueron lanzados a un entorno pernicioso. Y aquellos que a pesar de todo nacieron fueron aberraciones: «Ahora escucha de los compañeros impresionantes y de forma maravillosa de Skanda, el menor de los Kumaras, que nacieron del impacto de un rayo sobre Skanda, y que cruelmente robó bebés, tanto recién nacidos y todavía en el útero. Desde el impacto del rayo, poderosas doncellas nacieron de él. Los Kumaras hicieron a Visakha su padre, El bendito señor, habiéndose convertido en cara de cabra, hacía guardia en la batalla rodeado por multitudes de las doncellas y todos sus propios hijos, y un Bhadrasakha les ayudó mientras las Madres miraban. De esta manera la gente de la Tierra llamó a Skanda el padre de los niños: gente que deseaba hijos o para tener hijos siempre adoraban en diferentes regiones a Rudra, Agni, y al poderoso Uma como Svaha. Deberían ser de diferentes tipos, propicios y no propicios«. Skanda es otro nombre para Indra y fueron los Asuras quienes intentaron secuestrar a las mujeres. Sin embargo, estos pasajes nos hablan de un gran pacto secreto, así como de explosiones radioactivas que dañaron fetos y recién nacidos, y que aterrorizaron al pueblo. Pero una de las más llamativas e indicativas pautas aquí es que Skanda se volvió un «cara de cabra» en los Vedas, como la esfinge de Karnak, en Egipto, que es de línea caprina, y cómo podemos ver en antiguos textos, en que siempre observamos la supuesta marca del maligno, justo como la mitología nos explica.

 

Los linajes desde Indra fueron todos dolicocéfalos mientras que los originales de Nibiru tuvieron cara de león, o mesocefálicos. Según Lana Cantrell, nuestro Satán de la Biblia, o Indra, parece que estaba sufriendo de un trastorno patológico agudo, probablemente de acromegalia aguda. En los adultos, la causa más común de la producción excesiva de la hormona del crecimiento es la presencia de un tumor. La mayoría de los casos de acromegalia son causados por un tumor benigno en la glándula pituitaria. Esto implica que su tiroides y pituitaria han estado o bien en contacto con elementos radioactivos y/o bien afectadas por una inversión magnética de la Tierra. Indra, como Satán, siempre es representado con cuernos deformes  como una cabra, sin duda la más identificable marca, en que sus descendientes son andróginos. Para este pueblo fue un desastre. Estas «madres diosas» volvieron a la Tierra para dar a luz, solo para sufrir el ataque de los Kumaras y a los niños que nacieron les afectó la acromegalia y otras patologías. La lucha para defender a estas «diosas» parece que fue todo lo que Skanda esperaba conseguir, pero, al igual que los Asuras, su metabolismo estaba perturbando su proceso de pensamiento: «Kaki, Halima, Rudra y Brhan, Arya, Patala y Mitra fueron las siete madres de los hijos recién nacidos, cada una de ellas tenía un aterrador, de ojos rojos y espantoso, hijo por la gracia de Skanda, llamados los «Recién Nacidos»; los Ocho Héroes son llamados los que nacieron de la banda de las Madres de Skanda; y ellos eran llamados los Nueve junto con el conocido como Cara de Cabra, que es la sexta cara, rey, y es adorado por la banda de las Madres. La más destacada entre sus seis cabezas es una llamada Bhadrasakha, a través de la que él creó el divino Sakti«.

 

Estas siete diosas se convirtieron en bastante relevantes. Un texto gnóstico indica las dificultades que estaban teniendo con los nacimientos: «Estas Hijas de la Oscuridad, antes quedaron embarazadas a causa de su propia naturaleza. Como resultado de la belleza de las formas del emisario, a quién ellas habían visto, ellas tuvieron abortos, y los frutos de su cuerpo cayeron sobre la Tierra y consumieron las flores de los árboles«. Sobrevino una «feroz guerra» que duró hasta el sexto día y en el séptimo (¿no suena familiar?) Skanda rechazó a los Asuras. Skanda es el del «color dorado«, con su piel amarilla probablemente a causa de los primeros efectos del dióxido de carbono (CO2) al que se había expuesto, porque era de Nibiru. Vemos el color de su piel y ropa en los siguientes pasajes del Mahabharata: «A este Skanda, que estaba sentado en su cota de malla dorada, con un penacho dorado con joyas y diademas, ojos dorados y gran lustre, vestido en ropajes rojos, con colmillos, y encantador, dotado con todas las marcas de la excelencia y querido por todos los tres mundos«. Todos estaban satisfechos de haber rescatado a las mujeres y los «grandes profetas» le asignaron la tarea de restaurar la Tierra: «¡El de color dorado, sala para ti! Tú has venido a ser el salvador de los sometidos, y tú les has restaurado libertad de sus temores, el más grande de los Dioses. Por lo tanto tú te convertirás en Indra, liberando los tres mundos de los temores. Replicó Indra: ¿Qué hará el Indra de todos los mundos, ascetas? ¿Cómo hará el señor de todos los Dioses para siempre proteger a los anfitriones de los Dioses? Dijeron los profetas: Indra asigna a les criaturas su fuerza, esplendor, descendencia y felicidad. Cuando satisfecho, el señor de los Dioses dedica todas las contribuciones de los hacedores del mal, él los abandona y al bien los convierte. El Asesino de Vala ordena a las criaturas sus tareas de que si no hubiese Sol él se convertiría en Sol, si no había Luna él se convertiría en Luna. Él se convierte en fuego, viento, tierra y agua con sus causas. Esta es la tarea de Indra, muy grandes fuerzas residen en Indra; tú, héroe, eres el más grande en fuerza, por lo que tú eres nuestro Indra. Dijo otro profeta, llamado Sakra: Se tú, importante dador de felicidad, el Indra de todos nosotros. Tú serás ungido en la actualidad, porque eres apto para la tarea, grandísimo. Dijo Indra: Tu mismo reinarás sobre estos tres mundos, resueltamente empeñado en la victoria. Yo soy tu servidor, Sakra, yo no aspiro a ser Indra«.

 

«Replicó Sakra: ¡Tu poder es una maravilla, héroe, que hiere a los enemigos de los Dioses! Asombrado por tu destreza, los mundos me despreciarán, a pesar de que yo soy titular como Indra, puesto yo soy de menor fuerza y vencido, oh campeón. E incansables, ellos se esforzaran por provocar una división entre nosotros. Cuando tú hayas sido escindido, oh señor, la gente se separará en dos grupos, y cuando la gente se hayan dividido en sus decisiones sobre los dos de nosotros, resultará en lucha como consecuencia de la división de la gente, oh poderoso. Entonces tu me vencerás en la batalla, créeme, mi hijo, por lo tanto debes ahora convertirte en Indra, ¡no vaciles! Dijo Indra: Tu eres el rey aclamado de los tres mundos y de mí. ¿Qué puedo hacer por ti, Sakra? ¡Declara tu orden sobre mí! Dijo Sakra: Si tú has dicho la verdad por tu propia decisión, y si tu deseas obedecer mis órdenes, Skanda, entonces escúchame: Sé ungido a la capitanía de los Dioses, oh poderoso campeón, y a tu requerimiento yo seré Indra. Dijo Indra: ¡Entonces, para la destrucción de los Danavas, para el avance de la causa de los Dioses, para la protección de las vacas (¿mujeres?) y brahmins, úngeme en la capitanía!«. Lo malo es que ellos maquinaban separar la gente en dos facciones opuestas y ellos querían tomar ventaja de ello. Lo bueno, supongo, fue que las mujeres fueron salvadas: «Así que él fue ungido por Maghavat y todos los anfitriones de los Dioses, y mientras los grandes profetas le adoraban, él brilló sin medida. La sombrilla dorada que llevaba brillaba como el núcleo de un fuego bien encendido«.

 

Querría añadir algo concerniente a la «sombrilla», ya que vemos su uso por parte de los seres humanos a través de los Vedas, e incluso en los textos egipcios, donde hay un signo jeroglífico para ello. ¿Estamos viendo más evidencias de radioactividad? ¿Estamos tomando los indicios de parasoles para evitar la excesiva radioactividad? Esto es justamente una pista para eventos de esos tiempos. Según Lana Cantrell, la «dorada cota de malla» parece referirse a la piel de Indra que posiblemente era ictioideo, bien a causa de su patología o bien de un edema post radiación que se parecía mucho a una «malla«. Los diversos grupos de gente entonces lo reconocieron como el auténtico Indra: «Luego todas las tropas de los Dioses vinieron por miles hacia él, diciendo por todas partes, '¡Tú eres nuestro maestro!'. Rodeado de todas las razas de criaturas, el bendito señor los recibió y, cuando él había sido adorado y alabado, les dio consuelo«. La Tierra tenía un nuevo señor. «Indra, tú te volviste el pelo de una cola de caballo cuando Vrtra te atacó en la comisura de la boca. Tú, el único dios, el único bravo, tu ganaste las vacas; tu ganaste el Soma; tu soltaste las siete corrientes para que pudieran fluir (la leche materna). No sirvieron de nada los relámpagos y truenos y granizo que se habían esparcido, cuando el dragón e Indra lucharon. Indra el Generoso se mantuvo victorioso por todo el tiempo por venir«. En Ezequiel, sobre el tema de Lucifer podemos leer: «Tú eras perfecto en las formas desde el día en que tú fuiste creado, hasta que iniquidad se encontró en ti«. Por otro lado, en la Leyenda de Sargón podemos leer: «Sargón, el más poderoso rey, rey de Agade, soy yo. Mi madre fue una mutante, mi padre no lo sé. Mi madre mutante me concibió, en secreto me perforó«. Lo que sea que Indra trató de hacer, no tuvo éxito en ello, ya que un grueso dosel de vapores rodeaba la Tierra, borrando el Sol, tal como leemos en los Vedas: «Cuando los dioses ocuparon sus lugares allí en el agua con vuestras manos juntas unidas, una gruesa nube de niebla surgió de ti como polvo de bailarines. Cuando vosotros dioses, como magos, causasteis que los mundos creciesen, sacasteis adelante el Sol que estaba oculto en el océano«.

 

Un excelente relato de lo que ocurrió viene de el siguiente extracto de una historia de la creación Babilónica que debemos a un monje de Constantinopla, Jorge Sincelo, que deriva de la perdida Crónica del historiador de la iglesia, Eusebio de Cesarea (260 – 340 d.C.), que a su vez derivó de las obras de Alexander Polyhistor (siglo I a.C.): «Él dijo que hubo un tiempo en el que todo era oscuridad y agua, donde vinieron a la vida extrañas criaturas peculiarmente conformadas; que allí nacieron hombres con dos alas, algunos incluso con cuatro alas y dos caras; algunos también teniendo un cuerpo pero dos cabezas, una de un hombre y la otra de una mujer, siendo asimismo en sus genitales tanto hombre como mujer; y que habían otros seres humanos con patas y cuernos de cabra; que algunos tenían patas de caballos; que otros tenían extremidades traseras de caballo, pero delante estaban hechos como hombres, pareciendo hipopótamos; que, asimismo, toros con las cabezas de hombre fueron criados; y perros con cuatro cuerpos y colas de pez; también caballos con las cabezas de perros; y hombres y otras criaturas con las cabezas y cuerpos de especies de animales; que además de esos habían peces, y reptiles, y serpientes, y aún otras maravillosas criaturas, que tenían una apariencia derivada uno de otro; que de estos están configuradas imágenes en el templo de Bel; y que sobre todas estas criaturas gobierna una mujer llamada Omorka. Omoroca, Omorōka u Omorka, es el título que recibe la diosa sumeria Tiamat en la versión del mito de la creación realizada por el historiador babilonio Beroso, hacia el siglo III a.C.. En su Historia de Babilonia (Babyloniaca), escrita entre el 290 y 278 a.C. en griego koiné, el sacerdote de Bel-Marduk, Beroso, sigue en términos generales la narración de la creación del Enuma Elish pero con diferencias significativas. Esa porción de la obra no se conserva original, sino que solo se conoce por la transmisión de otros historiadores y escritores.



El monje Jorge Sincelo en el siglo VIII d.C., a través de su Ekloge chronographias, nos dice: «Él [Beroso] dice que había un tiempo en el cual todo era oscuridad y agua, dónde nacieron extrañas criaturas de peculiar forma […]; sobre todas estas regía una mujer llamada Omorka. Esto en caldeo es thamte, que en griego significa 'el mar', pero que en su valor numérico es igual a 'luna'. Él dijo que estando todas las cosas en esta condición, Bel vino y dividió la mujer en dos; y que con la mitad de ella formó la Tierra, mientras con la otra mitad el firmamento; y que él destruyó las criaturas dentro de ella; pero que esto era una descripción alegórica de la naturaleza; por un tiempo todo el universo consistía en humedad y tales criaturas vivientes habían nacido aquí. Bel, que es identificado con Zeus, dividió la oscuridad en dos, separando cielo y tierra una de otra, y poniendo orden en el universo; pero como las cosas vivas, no siendo capaces de soportar la fuerza de la luz, perecieron; que este Bel, al percibir que la tierra estaba desolada y sin producir frutos, mandó a uno de los dioses que cortasen esta cabeza que él también había comandado, de los otros dioses, para mezclar la sangre que fluyó adelante con tierra, y para formar hombres y animales capaces de soportar aire; que este Bel también formó las estrellas, el Sol, la Luna, y los cinco planetas. Estas cosas, de acuerdo con Alexander Polyhistor, Beroso lo explicó en su primer libro: que este dios cortó su propia cabeza, y que los otros dioses mezclaron la sangre que fluía adelante con tierra y formaron a los hombres; que en este relato ellos son racionales y participan de la comprensión divina«.

 

Según Lana Cantrell, lo que se ha registrado aquí es un ejemplo de desórdenes patológicos congénitos, como fibromas, cuernos de cabra; pié equino, patas parecidas a las de caballo donde el pié se extiende y la persona camina sobre sus dedos; uno u otro pié de panadero, con rodillas separadas, o pié bayoneta, con desplazamiento hacia atrás de los huesos de la rodilla, en que probablemente esta última da una apariencia de pié de caballo. Las alas serían el desplazamiento de la escápula, probablemente una escápula alada, un desorden en el que el borde medial del hueso es prominente debido a la parálisis del músculo trapecio, conocido como 'alas de ángel'. Seres de dos cabezas, tanto de hombre como de animal, no habrían sido raros. De todos modos yo creo más en mutaciones genéticas, tal vez producidas de manera artificial. El mundo debió haber estado en total oscuridad hasta que Indra decidió romper algo el velo. Con todo, estas criaturas, incapaces de soportarlo, perecieron. El aire debía ser hecho más soportable, como dicen los textos. Nosotros leemos a menudo sobre los dioses cortando sus cabezas. ¿A qué se referirían? ¿ Fue una mutación a causa de un holocausto nuclear? Pero también ocurrirían más espantosas consecuencias. Según la mitología hebrea, en el tercer día de la Creación, el arcángel jefe de Dios, un querubín de nombre Lucifer, hijo del Alba («Helel ben Shahar«), se paseaba por el Edén en medio de joyas ardientes, su cuerpo ardiendo con cornalina, topacio, esmeralda, diamante, ónix, jaspe, zafiro y carbunclo, todo incrustado en puro oro. Shahar es el dios del amanecer en el panteón de Ugarit, en el norte de la actual Siria. El libro de Isaías 14 ha sido el origen de la creencia de que Satanás fue un ángel caído, al que también se le conocía como Lucifer. Se refiere al ascenso y desaparición de la estrella de la mañana Venus en la frase «Oh, portador de luz, hijo del amanecer«. Helel ben Shaḥar es traducido como Lucifer en la Vulgata y conservado en las primeras traducciones inglesas de la Biblia. Esta comprensión de Isaías 14 parece ser la interpretación más aceptada en el Nuevo Testamento, así como también entre los primeros cristianos, como Orígenes, Eusebio, Tertuliano y Gregorio el Grande. Puede considerarse una vuelta al mito cristiano de Isaías 14, ya que el versículo originalmente usaba la mitología cananea para representar la arrogancia de un gobernante histórico, «el rey de Babilonia«. Es probable que el papel de Venus como estrella de la mañana fuera asumido por Athtar, en este caso conocido como el hijo de Shahar. La referencia a Shahar sigue siendo enigmática para los eruditos, que tienen una amplia gama de teorías sobre el marco mitológico y las fuentes del pasaje de Isaías.

 

Durante un tiempo, Lucifer, a quién Dios había nombrado Guardián de Todas las Naciones, se comportaba discretamente, pero pronto el orgullo afectó a su ingenio, ya que Lucifer dijo: «Yo ascenderé sobre las nubes y estrellas, y me entronizaré en Zafón, el Monte de la Asamblea, volviéndome, por lo tanto, igual a Dios«. Dios, observando las ambiciones de Lucifer, le hizo caer del Edén a la Tierra, y de la Tierra a Seol, según el Antiguo Testamento, el lugar de las almas rebeldes olvidadas. Lucifer brillaba como un rayo cuando cayó, pero fue reducido a cenizas; y ahora su espíritu revolotea a ciegas sin cesar, a través de la profunda oscuridad en el Pozo sin Fondo. Shahar se describe como un hijo del dios semítico El junto con un gemelo, Shalim, el dios del crepúsculo. El nombre es un afín de la palabra hebrea Shahar que significa amanecer . En árabe, la palabra para amanecer es Sahar y proviene de la misma raíz semítica. Esta raíz también es visible en Suhoor, la comida que los musulmanes comen antes del amanecer durante el Ramadán. Según Indra/Lucifer: «Es mejor mandar en el Infierno que servir en el Cielo». Aparentemente el Edén no era perfecto. ¿Cómo podía serlo? Supuestamente Indra no tenía la necesaria tecnología ni tampoco parecía tener los necesarios ingredientes para restaurar la Tierra a su original estado ecológico y, debido a ello, todos estaban sufriendo. Incluso Rama estaba tratando de rescatar mujeres y niños, ya que los encontró e intentó parar la «destrucción de las mujeres vrisnis y la no permanencia del poder. La visión le hizo desesperar«. Los vrisnis fueron un antiguo clan indio que se consideraban descendientes del rey Vrisni. Según el Majabhárata, Vrisni era hijo de Sátwata, descendiente del rey Iadu, hijo de Iaiati. A su vez, Vrisni tenía dos esposas, Gandhari y Madri. Con respecto a ellos, Lana Cantrell opina que aquellos que no tuvieron la fortuna de vivir en sus aislados Edenes, se encontraron con que estaban teniendo descendencia con malformaciones. En lo que respecta a Indra, parece que estaba aislado con respecto a la persona que era, a su vez, hermana y esposa suya, pero que ya estaba a salvo con sus hermanos. Estas complicadas genealogías de los textos egipcios, sumerios y de los Vedas han dejado perplejos a los historiadores, que generalmente se dan por vencidos y los relegan a la mitología. Pero es muy claro para los biólogos, como Lana Cantrell, lo que ellos estuvieron haciendo. Se denominan Vedas ('conocimiento', en sánscrito) a los cuatro textos más antiguos de la literatura india, base de la religión védica, después convertida en la religión hinduista. El más antiguo de los cuatro, el Rig-veda, que se cree fue compuesto oralmente en sánscrito a mediados del II milenio a. C. Los otros tres son en gran parte copias del Rig-veda original.

 

En aquella época los matrimonios estaban basados en la poliandria familiar, una forma de poligamia en el que una mujer toma dos o más maridos al mismo tiempo, lo que fue causa de mucha confusión. En este espejismo mental, Indra supuso que su hermana de linaje le pertenecía, ya que presumiblemente él era el hermano mayor. Según el Majabhárata, un amigo le dijo: «Esta doncella, oh el mejor de los Dioses, fue destinada por el Auto existente para ser tu esposa, incluso antes de que nacieras. Por lo tanto toma con tu mano la mano derecha, sonrojado como un loto, de esta Diosa con los hechizos adecuados y en la manera ritual». Ella fue conocida como Devasena, hija de Indra, pero tendría muchos otros nombres, como «Sasthi, Laksmi, Asa, Sukhaprada, Sinivali, Kuhu, Sadvrtti y Aparajitta». Nosotros la conocemos como la Neftis y Nut de los egipcios, así como por varios nombres sumerios, e incluso la Eva bíblica o la Sita del Ramayana. Neftis era la deidad que representaba la oscuridad, la noche y la parte invisible de la existencia terrenal. Además se le conocía como la señora de la casa de Horus. Asimismo esta diosa simbolizaba a la reina del inframundo y la muerte. Sus padres fueron Nut y Geb y sus hermanos Isis, Osiris y Seth. Las mujeres que Indra trajo originalmente a la Tierra parece fueron su propia madre y otras hermanas. Fueron siete diosas, en que todas ellas, o bien tuvieron problemas dando a luz o acabaron preñadas. Tal como explica el Mahabharata, parece que sus propios hermanos no tendrían nada más que ver con ellas entre las diversas facciones casadas: «Hijo, nuestros maridos como dioses se han divorciado de nosotras, enojados sin causa, y ahora, querido hijo, hemos caído desde nuestro estado puro. Alguien ha citado que nosotras, así dicen ellos, te hemos dado a luz. Aceptemos que esto es una mentira y rogamos que nos salve de ello. ¡Pueden los cielos ser nuestros sin fin por tu gracia, oh Señor! Te deseamos para nuestro hijo; y cuando lo hayas hecho así, nos liberaremos de cualquier deuda«. Indra replicó: «En efecto, vosotras sois mis madres, y yo soy vuestro hijo, damas sin reproche. Y todo será para vosotras tal como lo deseéis«. Ellas estaban trastornadas «por ahora una constelación ha caído del cielo» y ello las estaba afectando. Lo que las hermanas estuvieron proponiendo fue permanecer como viudas de su hermano, pero la ley de Nibiru les prohibía la procreación entre madre e hijo o con hermanas más mayores. Esto es probablemente la primera unión polígama que está registrada.

 

Otras facciones del linaje estaban compitiendo por las reglas a imponer en la Tierra mediante el restablecimiento de las líneas familiares, rotas y marchitas desde la Caída. Casi todos los que estaban en la Tierra en el tiempo de la supuesta inversión magnética murieron, y ellos eran ahora la nueva semilla. Mientras caían de esta particular familia, ellos se enfrentaban a la extinción y en su delirio ellos no pudieron hacer frente racionalmente a sus problemas. Suya era la mejor sangre, porque surgió de sus primitivos progenitores. Las hermanas dijeron: «Déjanos mantener el estado de aquellos que antes han sido fabricados como las Madres de este mundo, y no seremos más suyas. Déjanos ser honorables al mundo, y no les dejes a ellos serlo, toro entre los Dioses. Ellos han robado nuestra progenie a cuenta tuya, ¡restáuralo para nosotras!«. Facciones opuestas estaban buscando su destrucción. Las Madres pidieron a Indra y sus tropas destruirlos. Notar en el siguiente párrafo las diferentes semejanzas desde la familia primitiva, así como sobre el enemigo que ellas criticaban: «Nosotros queremos devorar la descendencia de estas Madres. Dánoslos a nosotros, ellos y sus Dioses que son diferentes de tú». Indra sabía que las madres no estaban bien, ya que sus propios hijos habían muerto: «Tú no puedes querer a la progenie que ha sido entregada. Te otorgaré cualquier otra descendencia que desees, pero has dicho una cosa espantosa. Salve para perdonar a la descendencia cuando os honre bien«. Así Indra acordó engendrar hijos con ellas. Un mito hebreo nos da indicaciones de que ellas le incitaron a ello, o al menos su madre lo hizo: «¿Qué tal si todavía tengo que crear otro mundo? (Satán) 'Señor del Universo', ella le respondió: si un rey no tiene ni ejército ni campamento, ¿sobre qué gobernará? Y si no hay nadie para rogarle, ¿qué honor tendrá? Dios escuchaba y aprobaba«. Todas las Madres declararon: «Salve a ti, tenemos que reponer la descendencia, Skanda (Indra), si tú lo deseas así. ¡Deseamos hacer nuestra morada contigo para el bien, Señor Skanda!«.

 

Pero lo que siguió fue un total y violento ataque sobre las otras facciones, a fin de mantener a las madres para la crianza. Ellas se figuraban que si tenían que restaurar la Tierra ellas no querían a aquellos que podían ser competidores. Hubo también gente que tenía tales malformaciones que ellas solo podían engendrar incesantemente y a éstas Indra parecía desear que pronto pudiesen poblar un mundo que solo él pudiese gobernar. Su mundo podía ser uno de nacimientos y muertes sin fin. Lo que sigue es algo que tenemos que experimentar a través de cada texto, que sería lo que Lana Cantrell considera el uso de lo que parece ser dispositivos de resonancia electromagnética. Habiendo llevado a cabo una considerable investigación en este campo, Lana Cantrell se impresionó de ver que lo que se está intentando hacer en el mundo actual se hizo en la antigüedad. El mismo Rama puede haber empleado tal tecnología, ya que la muerte no era parte de las vidas de este pueblo, puesto que ello fue considerado como un fallo orgánico. Ellos sabrían más pronto o más tarde que la Naturaleza tomaría su curso e Indra pareció, en la mayoría de los casos, dejar a los otros solos. Sin embargo, Indra fue un megalomaníaco y usó al «Agarrador«, también llamado la «serpiente«, tan mencionada en todos los antiguos textos y que posteriormente sería adorada como una deidad. Pero parece que no fue otra cosa que un término de jerga para estas radiaciones que ondean y se enroscan como serpientes. Leamos estos relevantes pasajes del Mahabharata: «Luego un espíritu poderoso y de tono dorado salió volando del cuerpo de Skanda para devorar la descendencia de los mortales. Yo caí al suelo, sin sentido y hambriento, y con el permiso de Skanda se convirtió en un Agarrador en una forma parecida a Rudra, deidad rigvédica asociada con el viento, la tormenta y la caza. Los eminentes brahmanes llamaban a este Agarrador Skandapasmoro, la deidad de Skanda. Vinata, la madre de los pájaros, se decía que era el horrible Pájaro Agarrador. Ellos lo llaman Putana, una demonio gigante que trató de matar al dios bebé Krisná, o Roksosi, pero uno debe saber que ella es la Putana Agarradora. Según la literatura kaviá, Putaná es una de las matrís (madres) que crio al dios Skanda, el hijo del dios Shivá. Ella es la terrible Acosadora de la Noche, malvada en su forma horrible. Un terrorífico Pisoci es llamado Sitaputana; este espectro de forma terrible aborta el feto de la mujer».

 

«Ellos dicen que Aditi, una diosa madre, esposa de Kashiapa y madre de los Āditiás y de otros dioses, es realmente Revati, hija del rey Kakudmi y consorte de Balarama, el hermano mayor de Krishna; su Agarrador es Raivata; este horrible gran Agarrador aflige a los niños pequeños. Diti, una diosa de la Tierra, madre de los maruts (con Rudra) y madre de los daitias (con Kasiapa), se dice que es Mukhamandiko; esta demonio que festejaba glotonamente la carne de niños. Los Kumaras y las Kumaris que brotaron de Skanda son también comedores de fetos y muy peligrosos Agarradores, Kouravya; los Kumaras son conocidos como los maridos de las Kumaris, y estos demonios que actúan como Rudra, dios védico relativamente menor y uno de los nombres de Śiva, que roban niños pequeños, mientras ellos permanecen desconocidos. La llamada informada Surebhi, la madre de las vacas; un pájaro se posa sobre ella y se traga los niños en la Tierra, oh Rey. La divina Saroma es la madre de los perros, oh señor del pueblo. Ella también se traga los fetos humanos en todos los tiempos. La madre de las hojas de los árboles en el árbol karanjo; la gente que quiere hijos por lo tanto rinde homenaje a ella en el árbol karanjo. A estas dieciocho Agarradoras, y a otros también, les gusta la carne y el licor fuerte; Ellas siempre están en la habitación del confinamiento por diez noches. Cuando Kudru, en una forma sutil, se introduce en una mujer preñada, ella se come el feto en sus interior y la madre da nacimiento a una serpiente. La madre de los gandharvas, espíritus de naturaleza masculina, maridos de las Apsaras, ninfas acuáticas de la mitología hindú, se quita el feto y se va; así esta mujer por lo tanto es hallada en la Tierra como siendo una cuyo feto ha desaparecido. La progenitora de las Apsaras toma el feto y se sienta, por lo que el sabio llama a este feto el uno sentado. Junto a esto yo he proclamado a los grandes Agarradores de los Kumaras, que son malignos por dieciséis años, volviéndose entonces benevolentes. Las enumeradas bandas de Madres y las Agarradoras son conocidas siempre como criaturas encarnadas, tales como los Agarradores Skanda. Para aplacarlos uno debe utilizar oblaciones, incienso, colirio, ofrendas arrojadas, y regalos, y especialmente el rito de Skanda. Cuando se les propicia así, todos otorgan bienestar a la gente, y larga vida y virilidad, oh Indra de la bondad, si propiamente honrado con un 'pujo'«.

 

«Ahora después de un saludo a Mohesvora, yo anunciaré al Agarrador, que aflige a los seres humanos después de sus dieciséis años. El hombre que ve a los Dioses, sea despierto o dormido, se vuelve rápidamente loco; ellos lo conocen como Dios-Agarrado. Él que, sentado o acostado, ve los Padres, se vuelve rápidamente loco; él es conocido como Padre-Agarrado. Él, que desprecia a los Siddhas y a quién ellos entonces maldicen airadamente, se vuelve rápidamente loco; él es conocido como Siddho-Agarrado. Él, que huele distintos olores y paladea distintos sabores, se vuelve rápidamente loco; él es conocido como Raksoso-Agarrado. El hombre al que los Pisacas cabalgan en cualquier lugar se vuelve rápidamente loco; ellos le llaman Pisaca-Agarrado. Un hombre cuya mente está enfurecida por los humanos y se encuentra confundido, se vuelve rápidamente loco; su cura está de acuerdo a los textos. Él, que se vuelve rápidamente loco debido a la perplejidad, miedo, y la visión de cosas espantosas, es curado mediante la tranquilidad. Los Agarradores son de tres tipos: juguetones, glotones y libidinosos; ellos afligen a los humanos hasta que ellos tienen setenta años; más allá de esta edad la fiebre se vuelve igual al Agarrador para la gente. Los Agarradores siempre evitan a los humanos fieles y de pensamiento correcto, cuyos sentidos no están estropeados; quien está bajo control, es puro y está siempre alerta. Esta es la descripción de los Agarradores de la gente; ningún Agarrador toca a aquellos que son devotos del Dios Mohesvara«. Fetos nacidos como serpientes, desprovisto de brazos y piernas, pueden ser identificados hoy en día, según Lana Cantrell, con la resonancia de campos electromagnéticos, que se vuelven más presentes a causa de las aplicaciones con ondas. Para evitar los «Skanda Agarradores«, la gente hizo algo muy sabio, ya que usaron incienso en sus casas y, lo que es muy revelador, tomaron colirio, un purgante muy fuerte, justo lo que se necesitaría si hubiesen sido golpeados por radiaciones. El colirio es una loción médica de color negruzco, utilizada a menudo como un emplasto, así como para erradicar un veneno. Larga vida y virilidad eran algunas de sus propiedades, pero, a su vez, ello era el problema. Ellos fueron criados y murieron. Aquí vemos que  aquellos a quienes vieron como «Dioses» eran «Dioses Agarradores«, afectados por alguna manipulación mental en ciertas áreas del cerebro, que actualmente sabemos que es posible que fuese efectuada mediante resonancias electromagnéticas.

 

Leyendo la literatura egipcia y sumeria vemos como los Dioses pudieron manejar a seres humanos mentalmente manipulados. Es de notar la referencia a saborear y oler de manera diferente, sentidos que pueden ser alterados mediante el electromagnetismo. Apariciones y visiones también pueden ser inducidas fácilmente en cualquiera no preparado para las resonancias electromagnéticas. Estas resonancias electromagnéticas pueden utilizarse para destruir las células cerebrales que, en cuanto una persona envejece, implican moverse a través de progresivas etapas neuróticas. Estos no fueron gente nacida mentalmente ni engañada, sino que vemos muchas referencias a los efectos de una típica radiación. Ello crea las bases para los miedos de los seres humanos y las mitologías sobre fantasmas y reencarnaciones. Los seres mortales sabían que los dioses lo causaron y se escondieron. Cuando uno empieza a leer sobre fetos abortados, pieles infectadas, distintos estados de enfermedad, como veremos a menudo, hay algo más substancial de lo que no podemos culpar a la locura y al engaño. Ello se parecería más a hablar con «Dios» y ser susceptibles a resonancias electromagnéticas y otras radiaciones, naturales o artificiales, que pueden causar histeria y comportamiento errático, lo que puede hacer imposible revelar lo que es la realidad. Todos los descendientes de la primera familia original fueron llamados los «dos veces nacidos«. Como ellos fueron endogámicos en un entorno de poliandria, ellos llevaron a cabo una primera fundación genética, de tal manera que el hijo de un dios habría nacido del «fuego«. La poliandria es una forma de poligamia en el que una mujer toma dos o más maridos al mismo tiempo. Los padres eran considerados fuego, heraldos de la fuerza de vida primaria, y las madres la matriz, ya que ellas fueron dos veces nacidas.

 

Pero Indra era el único ser al que la naturaleza permitía tener su propia existencia. Sus madres y hermanas lo despreciaban y lo harían por eones, como Davasena, o Neftis de Egipto, o Inanna, a veces Ishtar, o también Ershkigal, de Sumeria, la Eva de la Biblia, o, tal vez, la Sita del Ramayana. En este tiempo se decía que Davasena era la única virgen: «En aquellos días solo una virgen, de nombre Ishtar, permanecía casta. Cuando los hijos de Dios hicieron propuestas lujuriosas, ella gritó: 'Primero préstame tus alas; ellos asintieron y ella, volando hacia el Cielo, tomó el sol en el Trono de Dios, que la transformó en la constelación de Virgo, o, según dicen algunos, en las Pléyades. Los ángeles caídos habiendo perdido sus alas, estaban varados en la Tierra hasta que, muchas generaciones más tarde, ellos montaron la escalera de Jacob y así volvieron de nuevo a casa«. De acuerdo con los Vedas, hay algún tipo de satélite o nave sobre la Tierra, donde moran Rama, sus hermanos y Devasena, «su ermita por el camino del cielo«. Cómo se la llevaron de allí, no lo sabemos. Sin embargo, incluso los relatos sumerios hablan de ello: «Después que el Cielo haya sido alejado de la Tierra, después que la Tierra hubiese sido separada del Cielo, Después que el nombre de hombre ha sido fijado; después que An (Anu) se había llevado el Cielo, después que Enlil se haya llevado la Tierra, después que Ershkigal haya sido llevada a Kur como su precio«. Indra tiene a sus adeptos que le traen a ella, con Rama persiguiéndoles cerca. Hay muchas versiones de esto, e incluso los textos gnósticos le dan relevancia. Es una lástima que la Biblia no lo explique como la historia real de Eva. Ello habría aclarado mucho sobre ella y sobre lo que ocurrió en aquellos tiempos. Parece como, sin embargo, muchas otras mujeres hubiesen sido secuestradas, un tipo de rapto de las Sabinas, al estilo de la serie de películas Star Wars. Una de estas mujeres, Davasena, escapó después de haberse cortado su nariz y labios y ella se apresuró hacia Rama cuando sus tropas la encontraron. Entonces ella: «se desmayó de dolor, fue hacia Ravana y cayó ante los pies de su hermano con la sangre secándose sobre ella«.

 

Rama estaba fuera de sí cuando «la vio tan mutilada que casi se desmayó de furia. Rechinado sus dientes él saltó furioso de su trono, despidiendo a sus consejeros, y le preguntó en privado: '¿quién me olvidó y despreció, mi querida, para hacerte esto? ¿quién se ha encontrado con una punta afilada y la utilizó sobre todo su cuerpo? ¿quién inició un fuego por su cabeza y se ha ido confiadamente a dormir? ¿quién está pateando una espantosa serpiente venenosa? ¿quién ha agarrado al león con melenas por sus colmillos?'. Y mientras él estaba hablando, las llamas brotaron de las aberturas de su cuerpo, como desde el interior de un árbol hueco por la noche«. Él no podía creer que su hermano hubiese podido permitir que el proyecto Tierra saliese mal. «Él confortó a su hermana, y después de tomar medidas para su ciudad, el rey se alejó por el cielo. Él pasó el monte Trikuta y el monte Kala, contemplando el profundo océano donde moran los cocodrilos. El Ravana de las diez caras pasó sobre ello y fue a Gakarna, la ciudad segura y querida del muy enérgico el portador del Tridente. El Ravana de las diez caras se fue a Marica, su anterior ministro, quién, sin miedo de Indra, se había convertido en un ascético«. Rama entonces hizo una inspección de uno de sus puestos. El estado de la Tierra le horrorizó y pronto se hizo evidente lo que estaba sucediendo. Hay que fijarse en los cambios de los tonos de piel debido al ambiente: Dijo Rama a un oficial: «Tú no tienes tu color normal. ¿Es segura tu ciudad?«. La atmósfera había empeorado justo como él había temido. Rama entonces dijo al oficial al cargo que Indra debía ser detenido. Pero ante su asombro el oficial estaba indignado con él: «Deja de acosar a Indra porque yo conozco su valentía. ¿Quién de hecho es capaz de resistir el impacto de las flechas del hombre de gran espíritu? Ese toro entre los hombres es, de hecho, la razón por la que yo me haya vuelto ascético. ¿Qué criatura maliciosa te ha mostrado este camino, que es el inicio de tu destrucción?». Rama no podía creer lo que escuchaba: «¡Si tu no cumples mi orden, puedes estar seguro que morirás!». El proyecto Tierra fue un evento para locos. Él estaba seguro en su Edén mientras el mundo alrededor moría.



Laksmana, hermano menor del dios Rama y su ayudante en la epopeya hindú del Ramayana, fue el primero en rescatarla, pero siendo incapaz de llevarla debido a su estado. Él estaba muy entristecido por su dramática condición. Sin embargo, ella (Sita) se precipitó hacia él cuando escucho su voz y Laksmana gritó: «¡En un tono de dolor, oh Sita, soy Laksmana!«, y añadió: «detén estos miedos, mujer tímida, ¿quién resistirá a Rama? En poco rato verás volver a Rama, el dulce sonriente«.  De repente, ella habló. protestándole: «'Prefiero tomar una espada y matarme o arrojarme de la cima de una montaña, o lanzarme al fuego, ya que nunca quise abandonar a mi marido Rama y quise esperarle, desgraciado, como una tigresa con un chacal'. Cuando Laksmana  escucho esto, él, que amaba a Raghava (un nombre de Rama como rey mitológico de Kosala) se comportó estrictamente y paró de escucharla«. Mientras Laksmana intentaba llegar a ella, vino uno de los soldados de Indra para llevársela ante Indra. Tenemos esta misma versión en textos gnósticos, donde Eva es insultada por ángeles del Señor. Y, como en las últimas interpretaciones, ellos la querían para ellos mismos, tal como dijo Raksasa (Ravana): «Sita, yo soy Ravana, el famoso rey de los Raksasas. Mi querida ciudad, llamada Lanka, está al otro lado del vasto océano. Allí deberías brillar conmigo entre mujeres escogidas. ¡Conviértete en mi mujer, mujer con estas bonitas caderas, deja a Raghava (Rama), el ermitaño!«. Ella pareció recuperar algunos de sus sentidos y le dijo: «¡Cállate! ¡El cielo puede caer con sus estrellas, la Tierra puede astillarse, el fuego volverse frio, antes que yo abandone al vástago de Raghu, un emperador de la Dinastía iksuakú! ¿Por qué cómo pudo una vaca elefante, después de servir a su toro furioso del bosque con icor (mineral presente en la sangre de los dioses) fluyendo, tocar un cerdo? ¿Qué mujer que ha bebido hidromiel y miel tendrá gusto por el jugo de azufaifo?». Nosotros solamente podemos especular con que «jugo de azufaifo» se les dio a los Enéadas porque, tal vez, eran abstemios. Ella entonces entró en el Edén o «ermita» como fue llamada en los Vedas, donde ella (Eva) fue mantenida prisionera.

 

Sin embargo, los Raksasas, siempre sus enemigos mortales (¿tal vez los Annunaki?), siguieron  «abusando de ella con voz áspera«. Ravana entonces agarró a la desmayada Sita por el cabello y la lanzó hacia el cielo (¿en una nave espacial?). Una de las unidades de Rama, los «Buitres«, lo vieron y subieron al cielo para informar a Rama. Su oficial era un comandante llamado Jatayu, que era el jefe de lo que llamaríamos un comando aéreo junto con su hermano Sampati, «rey de los pájaros«. Jatayu, el «pájaro» la vio en «los brazos de Ravana y él se dirigió airadamente al señor de los Raksasas«. Entonces Jatayu intentó rescatarla, por lo que siguió una batalla aérea. «¡Déjalo ir a Maithill, déjalo ir! ¿Cómo te la llevarás, Acosador de la Noche, mientras que esté vivo? ¡No te librarás de mí vivo, si no renuncias a esa esposa! Así él habló al Indra de los Raksasas y lo desgarró poderosamente con sus garras; y dolorosamente lacerado por golpes de alas y picos de pájaro. Ravana derramaba mucha sangre, como una montaña con sus arroyos de color mineral. Cuando él estaba siendo asaltado por el buitre, que deseaba hacerle un favor a Rama, tomo su espada y cortó las alas del pájaro. Habiendo sido derribado el rey de los buitres, como una montaña con nubes destrozadas, el Raksasa se encaminó hacia el cielo con Sita en sus brazos». El maithili es una de la familia de lenguas indo-arias, las cuales son parte de la gran familia indoeuropea. Lo hablan en el estado indio de Bihar y en el este de la región Terai de Nepal, de donde se supone procedía Sita. La «sangre» que a menudo vemos mencionada en los textos, parece que es un tipo de fuel, el «Elixir«, derramado desde las naves volantes. El valiente Jatayu, sin embargo, fue mortalmente herido. Mientras tanto, Laksmana regresó con sus tristes noticias para Rama, que estaba naturalmente enfadado: «¿Por qué dejaste a Vaidehi solo en este desierto infectado de demonios y viniste aquí?«. Laksmana entonces relató la triste condición de Davasena. Apenado, Rama fue llevado hasta Jatayu. Ellos estaban contentos de ver a su «padre» y uno de los oficiales respondió: «Yo soy el rey de los Buitres, salve a ti, amigo de los Dasaratha«. Y Rama replicó: «¿Quién es este? Él menciona a nuestro padre por su nombre». El oficial dijo que había estado intentando rescatar a Sita. Rama entonces lanzó la pregunta pertinente: «¿Qué camino siguió Ravana?». Señalando con su cabeza, el oficial replicó, «Sur«, y después atendieron a los muertos que dejaron en su búsqueda.

 

Mientras se dirigía hacia donde estaba Davasena, Rama vio de primera mano los horrores que su hermano atravesó. Él no podía creer en bestias horribles y pueblos decrépitos, y «el horrible ruido de las criaturas, que rugían como el fuego en un bosque. Pronto, después de esto, ellos vieron el terrible Raksasa Kabandha, enorme como una nube o una montaña, con un tronco como un árbol de sal, que puede alcanzar alturas de 30 a 35 metros y un diámetro de tronco de hasta 2,5 metros, grandes brazos, un ojo ancho en su pecho, y una gran barriga y boca«. ¿Es tal vez una descripción de un dinosaurio? ¿o bien la descripción de otra criatura con un mal funcionamiento endocrino, con un ojo adicional en el pecho? Pero este «ogro«, con gran ira le agarró y dijo lo siguiente : «mira mi condición, el secuestro de Vaidehi, esta calamidad mía, tu propia caída del reino. Yo no presenciaré más tu retorno con Vaidehi a Kosala y tu restablecimiento en el reino ancestral de la Tierra. ¡Afortunados son aquellos que verán tu cabeza consagrada con hierba kusa, arroz tostado y troncos de sami, como una luna con pocas nubes!«. La gente puede no creer en que la estirpe de Nibiru, su propia familia, podría haberlos llevado a esta miserable caída. «No pierdas el corazón, tigre entre hombres, él no es nada cuando yo estoy aquí. Cortad su brazo derecho mientras yo corto su izquierdo«, dijo Rama, que no pudo escapar a su agarre. Utilizando una ilusión mental, él corto sus brazos y mientras el infortunado miraba a Rama, finalizó su vida. Tan mortificado estaba por la criatura mutada, que él no lo pudo dejar vivo. Antes de morir, el «ogro» le había hablado de una base de «monos» que conocerían la ubicación de la ermita, y hasta allí se apresuraron. El «ogro» también le había dicho como él había nacido de un «útero Raksasa«. En otras palabras, como muchos de su especie, su madre había sido afectada seguramente por algún tipo de radiación. El monte Rayanuka «abundante de frutos y raíces» estaba donde se ubicaba el Edén de Indra. Mientras tanto estaban acampados los comandos de «monos«, otra unidad de Indra, en cuevas. Un guía preguntó a Rama sobre su intención. Él entonces lo llevó ante Sugriva, su jefe, que le dijo donde estaba Davasena. Rama entonces le elevó a comandante de «todos los monos de la Tierra«.

 

Entonces Rama juró que mataría a su hermano. La mujer de Sugriva era Tara, una mujer con una «cara de luna» y con un «brillo de la luna«. Esto significa, según Lana Cantrell, que probablemente ellos eran mutantes. Con el cabello amarillo, piel blanca con caras de luna, ello siempre es indicativo de graves disfunciones endocrinas. En el inicio, Dios hizo un desastre total de las cosas. Cuán horriblemente Rama estaba descubriendo esto. La mujer de Sugriva se enamoró de Rama. Ella también parecía haberse casado con sus dos hermanos. Esta adulación de las mujeres con respecto a los dioses es citada a menudo. Pero solo los hombres de la Enéada se habían abstenido, mientras que los hombres de Indra no eran tan respetuosos. El hermano de Sugriva entonces intentó matar a Rama, a quién disparó con una flecha dirigida al corazón. Durante cuatro meses Rama se quedó en la montaña, incapaz de ir a por Devasena. Lo que sucedió a Davasena fue uno de los capítulos tristes de esta historia y es una lástima que la Biblia lo malinterpretase. La Biblia está muy equivocada con respecto a las neurosis sexuales del hombre a lo largo de los años, de manera que el evento fue malinterpretado justo como podemos ver en los textos gnósticos y antiguos. Todos coinciden. No sabemos cuánto tiempo ella estuvo en este Edén, pero es obvio que Rama y Laksmana no pudieron ir a por ella, si Rama tuvo que estar cuatro meses en la montaña. Hay muchos relatos del infortunio de ella en la literatura gnóstica. Es demasiado negativo que la Biblia nunca haya informado al respecto, ya que ello hubiese ayudado a las mujeres en las sociedades cristinas y hebraicas, mientras que otras culturas se han salvado de la confusión. Quizás aprenderemos de porque tal literatura fue ocultada, como sucedió con los manuscritos de mar Muerto.

 

Entonces Davasena (que yo creo es Sita) fue enviada al Edén de Ravana, donde él «después de llegar a Lanka, fue impulsado por la lujuria; él instaló a Sita en su palacio, que era como el paraíso Nandana, cerca de la tumba de Asoka, que era como la ermita de un asceta. Delgada de pensar en su marido, vistiendo el atuendo de un asceta, dedicándose  al ayuno y la mortificación, la mujer de ojos abiertos pasaba allí sus miserables noches, viviendo de fruta y raíces. El rey de los Raksasa consignó a su guardia, los Raksasas, que llevasen lanzas, espadas, picos, hachas, mazas y tizones; uno tenía dos ojos, otro tres, o un ojo en la frente, con una larga lengua o sin lengua, con tres pechos y un pié, tres coronas y un ojo. Estos y otros con ojos flameantes y cabello brillante como un joven elefante sentados ante Sita día y noche, incansablemente. Pisacis con voces terribles y semblante espantoso abusaron de la mujer de los grandes ojos en palabras duramente articuladas: '¡Déjanos comérnosla, destrozarla en pedazos del tamaño de una semilla de sésamo, ya que ella vive aquí despreciando a nuestro amo!'«. Los Raksasas le darían a ella más problemas, ya que ellos eran horriblemente deformes, ciclópticos, sin lengua, o, al menos, sufriendo de microglosia o macroglosia, con grandes pechos, etc…, todo ello, según Lana Cantrell, desequilibrios endocrinos. De hecho, ella se refiere a los Raksasas como mujeres: «Así la injuriaron una y otra vez; y, completamente asustada, ella suspiró de dolor por su marido y les dijo: 'amables mujeres, comedme pronto, yo no tengo más deseos de vivir sin mi hombre de ojos de loto'«. Ellos intentaron violarla y ella gritó: «Pero yo no iré con ningún hombre sino Ravana. Sabed que esto es la verdad y hacedme lo que siga«. Entonces ella fue llevada a Indra: «Sita, tú has mostrado suficientemente a tu marido tu favor, ahora ten gracia para mi, mi esbelta mujer, tú ahora debes ser adornada. Ámame en costosos ornamentos y batas, mujer de las hermosas caderas, sé mi más selecta profeta; yo tengo hijas de los Danavas y mujeres de los Daityas. Catorce millones de Piscocas esperan mi palabra, dos veces este número de nuevo de Raksasas comedores de hombres de hechos terribles, y tres veces de muchos Yaksas vendrán a mis demandas, mientras algunos de ellos se han unido a mi hermano, el Dios de la Riqueza. Cuando estoy en mi salón para beber, Los Gandharvas y Apsaras me esperan como le hacen a mi hermano, buena mujer de los muslos bien formados. Yo soy el hijo del vidente brahmán y ermitaño Visravas mismo, y Se ha transmitido una glorioso marea de que soy el quinto de los Guardianes Mundiales. Yo tengo alimentos y viandas celestiales, y muchos tipos de licores. Deja que los males provocados por tu vida en el bosque sean borrados. Conviértete en mi vida, la de las caderas perfectas, una reina como Mandodari«.

 

Todo lo que Indra podía procrear eran seres andróginos. Pero él debía tener hijos para retener los linajes y el poder. No obstante, Lana Cantrell opina que su plasma germinal no era suficientemente potente por más tiempo y tampoco lo fueron los de sus madres y hermanas. Solo a través de una hermana él pudo generar seres masculinos o femeninos. Esto es un punto que los textos gnósticos tratan profundamente. Sita solo pudo rechazar al «Acosador Nocturno«, uno de sus muchos nombres, e Indra finalmente la miró con lástima cuando ella lloró: «mostrando sus más hermosos muslos y sus pechos caídos con lagrimas poco propicias, ya que ella sostuvo a su marido como un Dios«. Ella le dijo a él: «¡tan a menudo tengo yo, para mi desgracia, que escuchar esas desesperadas palabras de ti, señor de los Raksasas!  Salve para ti que disfrutas con tu placer, rechaza estos pensamientos«. Entonces él respondió: «El Dios con la cresta de cocodrilo puede quemar mis labios a voluntad. Sita, pero no te importunaré a ti, mujer de las hermosas caderas y encantadora sonrisa, si no estás dispuesta. ¿Qué puedo hacer realmente, cuando incluso ahora estás solo dedicada a Rama, un humano y nuestro alimento básico?». Indra entonces la abandonó a la clemencia de los Raksasas, sabiendo que él no podría implantar una semilla germinal saludable en alguien tan poco dispuesto como ella. Él pudo haber comprendido, como se dijo, que el «Dios con la cresta de cocodrilo»  se lo habría desayunado si lo hubiera hecho. Lana Cantrell nos dice que los Sumerios eran bastante conscientes de ello debido a la caída bioquímica que se había producido. El ser humano era resultado de una amplia gama de desviaciones desde la aparente normalidad. El hombre fue llamado un «lulu«, mientras aquellos híbridos entre un dios y un humano fueron considerados un poco inferiores a los ángeles, con el nombre de «Nam-lulu«. Adán no fue el primer hombre, ya que el hombre era considerado como una degeneración biológica que estaba ampliamente implantada  en la Tierra, pero Adán estaba entre los primeros de la familia original primaria en volverse un Nam-lulu.

 

Indra y los Raksasas sabían que todos los de sus linajes morirían después de muchos años debido a que sus líneas germinales eran defectuosas. Los Raksasas parecían saber que la ignorancia significaba muerte y que tener a la gente que fracasó darse cuenta de ello, implicaba que fueran fácilmente gobernados. Esta debilidad biológica llamada muerte fue considerado una vergüenza para ambas facciones de los de Nibiru. La muerte no era natural. Según la Leyenda de los Judíos: «El hombre siguió a la Tierra, la mujer siguió al hombre, y el matrimonio siguió a la mujer, y la reproducción siguió al matrimonio, y la muerte siguió a la reproducción. Después de Eros la vid brotó de la sangre que se derramó sobre la Tierra. Por lo tanto, quienes beben el vino adquieren el deseo de tener relaciones sexuales. Después de la vid, una higuera y una granada brotaron en la Tierra, junto con el resto de los árboles, de acuerdo con su tipo, habiendo derivado su semilla de la semilla de las autoridades y sus ángeles«. Fue lo que se estaba reproduciendo lo que fue causa de muerte, como formas de demencia, débil y lastimosa, incapaz de luchar y triunfar sobre las fuerzas negativas de la vida. Sita era muy competente y comió un tipo de frutos y raíces especiales, sin duda consciente de que la atmósfera era peligrosa. De acuerdo a los Vedas, Sita fue visitada por un simpatizante de los Raksasas que deseaba ayudarla y que conocía la alianza de Rama con los «monos«: «No tengas miedo, mujer temerosa, de Ravana, que es execrado por el mundo, ya que tú estás protegida por la maldición de Nalakubara, mujer inocente. Porque de antaño el malvado ha sido maldecido, cuando él pidió a Rambha ser su esposa, ya que él sería impotente con la mujer a su merced y fuera de control de sus sentidos. Tu marido pronto estará aquí, bajo la protección de Sugriva y en la compañía de Laksmana, y él te liberará de aquí con inteligencia. Porque ese malvado Acechador de la Noche de los hechos innobles es aterrador y aumenta el miedo de todos por su naturaleza y su carácter vicioso. La Tierra con sus océanos será rodeada por los proyectiles de Rama, y tu marido llenará toda la Tierra con gloria. Yo vi a Laksmana de pié sobre una pila de huesos, comiendo miel y arroz hervidos en leche, y mirando en todas direcciones«. Aquí hay una afilada referencia a la impotencia de Indra con su madre, que tiene un directo paralelo en la Biblia.

 

Sin embargo, Rama y su hermano Laksmana no tuvieron éxito con Sugriva para conseguir entrar en el Edén: «Desanimado, el hombre de leyes Rama le dijo por la mañana al valiente Laksmana, mientras pensaba en Sita cautiva en la morada de Raksos: 'Ve Laksmana, yo sé que el rey de los monos está en el Kiskindha, distraído por temas vulgares, desagradecido y perspicaz en su propio provecho. Este loco, el más bajo de su raza, yo le había consagrado a ser el rey de todos los monos; monos de cola de caballo y osos lo aman, porque yo he matado a Valin, junto a ti, fuerte vástago armado de Raghu, en el bosque de Kiskindha. Yo considero a este mono paria un ingrato en la Tierra; para Laksmana, este loco, situado como está, ya no piensa en mí. Yo creo que él no sabe cómo mantener un pacto, y en su mente mezquina seguramente me sostiene, a su benefactor, con desprecio. Si se acuesta perezosamente complaciéndose en el placer, debes enviarlo por el camino de Valin al destino final de todas las criaturas. ¡Pero si ese toro entre los simios actúa en nuestra causa, entonces tráelo aquí, Kakutstha, rápido y sin demora!«. Laksmana fue al campamento de los monos y fue contestado por Sugriva diciendo que ellos estaban haciendo lo más que podían: «Yo he enviado monos entrenados a todos los cuarteles y les he dado a todos una fecha de retorno en un mes. Ellos deben buscar la entera tierra que rodea el mar con bosques, montañas, y ciudades, pueblos y minas«. Después de una búsqueda por todo el mundo por «jefes de monos por miles«, todos volvieron excepto aquellos del sur. Uno de aquellos hombres, Hanuman, vino con estos monos más tarde y el siguiente pasaje es muy indicativo de los problemas aquí, ya que «cuando Rama vio los andares y complexión de Hanuman, él estuvo convencido de que Sita había sido encontrada«. Después de ver a Hanuman, Rama dijo en referencia al corazón que le habían arrancado: «¿Me puedes devolver la vida?». El enviado dijo que la había visto después que: «buscando en el sur con sus montañas, bosques y minas. Nosotros estábamos cansados, pero después de algún tiempo nosotros vimos una gran cueva. Entramos en la cueva, que tenía una longitud de muchas leguas, oscura, llena de matorrales, y profunda, e infestada de gusanos. Nosotros seguimos un largo camino hacia la luz solar, y allí vimos cerca un palacio celestial. Era, ellos dijeron, la morada de el Daitya Maya, Raghava. Una mujer asceta de nombre Prabhavati estaba efectuando austeridades allí. Ella nos ofreció toda clase de comidas y bebidas, y cuando nosotros hubimos comido y recuperado nuestras fuerzas, nosotros nos fuimos por el camino que ella nos había indicado fuera de aquel lugar, y en la costa del océano vimos los montes Sahya y Malasia, y vimos el reino de Varuna. Y nosotros estábamos abatidos, angustiados y fatigados, y sin ninguna esperanza de vivir«.

 

Allí ellos se encontraron con el hermano de Jatayu y su patrulla de buitres que habían observado a Sita en la gran ciudad de Lanka, situada en un valle en la costa del océano . El enviado dijo que había visto a Sita allí: «Yo vi a Sita; ella estaba en los alojamientos de las mujeres de Ravana, ayunando y realizando austeridades, anhelando ver a su marido, peinando su cabello en un mechón, su cuerpo sucio, delgado y miserable. Habiendo reconocido a Sita por sus varias marcas, Yo me aproximé a ella y hable con la señora en secreto: '¡Sita, yo soy el mono que es el hijo del Viento, el enviado de Rama! Yo he venido aquí a través del cielo, esperando tener noticias de ti. Los dos príncipes, Rama y el hijo de Sumitra, Laksmana, disfrutan de buena salud y están bajo la protección de Sugriva, el rey de los monos. Ellos preguntan por tu salud, y así, por amistad, hace Sugriva. Tu marido vendrá con los monos, tened confianza en mí, reina, yo soy un mono, no un Raksasa'. Sita pensó durante un rato y entonces ella me contestó: 'A partir de las palabras de Avindhya yo sé que tu eres Hanuman. Avindhya es un Raksasa fuertemente armado, respetado por los ancianos, y él me habló sobre Sugriva, rodeado de consejeros como tú'. Vete ahora, me dijo Sita, y dame esta joya por la que la inocente mujer ha sido sostenida todo este tiempo«. Seguramente nunca sabremos que era aquella joya que la mantenía con salud, pero si ella estuviese utilizando las propiedades de mineralogía, ya que ella era conocedora de herboristería, ella ciertamente conocía cómo manejarlo. El ejército entonces ponderó como ellos podían «saltar el océano«. Ellos necesitaban cruzar el océano pero no sabían cómo hacerlo rápidamente. Se reunió un ejército tumultuoso, «monos» de todas partes, leonados y con la «cara roja como el bermellón molido» y otros. Ellos fueron hacia un «océano salado» y acamparon.

 

Lo siguiente lo veremos a menudo en todos los textos, siendo el más renombrado el de la Biblia. Se trata del poder de dividir las aguas. En el Ramayana leemos:: «Entonces el ilustre hijo de Dasaratha dijo a Sugriva, en medio de los jefes de los monos, estas oportunas palabras: '¿Sabes de qué manera podemos saltar el océano? Este ejército es inmenso y el océano difícil de cruzar'. A algunos monos, de mente perspicaz, les dijo: 'los monos son incapaces de saltar toda la distancia del mar». Otros decidieron ir en botes, mientras que otros decidieron usar varios medios para atravesar el mar. Pero Rama dijo, apaciguándoles: 'No, todos esos monos no son capaces de saltar las cien leguas de anchura del océano, héroes. Esta no es vuestra visión final. ¿No hay suficientes botes para trasladar este enorme ejército, y por qué gente como nosotros debería hacer daño a los comerciantes? Además, el enemigo podía atacar a este vasto ejército si estuviese roto. Cruzando, ya sea saltando o en balsas, no me parece apropiado. No, yo debo atacar el océano con un ardid y presionarlos hacia atrás; y el que habita abajo se me mostrará. Y si él no nos muestra el camino, le prenderé fuego con un misil poderoso e irresistible, de tal manera que arderá ferozmente con fuego y viento'«. ¿Fue esta la base para la leyenda del dios Neptuno? ¿O más bien de alguien que patrulló y controló los océanos? Nosotros lo encontramos a menudo en textos antiguos. Pero veamos más: «Habiendo hablado, Rama y el hijo de Sumitra tocaron el agua ritualmente sobre la hierba kusa extendida y presionaron el océano hacia atrás. El Océano aparecía en el sueño de Raghava (Rama), el ilustre Dios, que es el marido de ríos y corrientes; él estaba rodeado por los monstruos del agua. 'Hijo de Kausalya?, él se dirigió a él y en medio de cientos de minas de perlas, siguió diciéndole amablemente: 'Dime qué puedo hacer para ayudarte, toro entre hombres'. Rama contestó: 'Yo soy un Iksvaku, tu pariente. Quiero que hagas un camino para mi ejército, señor de los ríos, por el que pueda ir i matar al Ravana de las diez caras, profanador de los Paulastyas. Si tu no haces el camino a mi orden, yo te secaré con flechas que han sido encantadas con hechizos divinos'. Habiendo escuchado las palabras de Rama, el Océano cruzó las manos y dijo, apenado: «Yo no quiero entorpecerte. Yo nos estoy poniendo obstáculos en tu camino. Escucha lo que digo, Rama, y haz lo necesario. Si yo hago un camino para tu ejército en movimiento a tu petición, otros me ordenaran igualmente ante la amenaza de sus arcos. Pero hay un mono aquí, llamado Nala, que es respetado por los artesanos, que es el poderoso hijo de Visvakarman, el Dios Carpintero. Si él me lanza madera, paja y roca dentro de mí, yo lo soportaré todo, y ello se convertirá en una calzada elevada'. Habiendo hablado, desapareció«.

 

Dividir las aguas puede hacerse mediante fuerza electromagnética. Un puente debía construirse en lugares donde ellos no podían pasar. Dijo Rama: «'Haz un camino elevado en el océano. Tu eres capaz de hacerlo, yo creo'. De esta manera Kakutstha construyó un camino elevado, con una anchura de diez leguas y una longitud de cien, que incluso ahora es famoso en la Tierra como el Puente de Nala, y existe por orden de Rama, alto como una montaña«. Tomó un mes atravesarlo y «cuando él pasó por el puente y llegó a los jardines de Lanka, que eran muchos y grandes, los hizo arrasar por los monos«. Algunos de los hombres de Indra se disfrazaron de monos pero fueron capturados y aquellos «Acosadores de la Noche» asumieron sus formas reales y Rama les dejo irse. Aquí tenemos que detenernos un momento y observar más esta ciudad del océano que parece haber existido. Se dice en las escrituras hebreas que una serpiente gigante estaba en el mar para morder a los malvados que lo traspasasen, de nuevo una referencia a la fuerza electromagnética. y ciertamente tenemos referencias de esto en la historia de los Vedas y en las historias hebreas, como la Biblia: «¡Despierta, despierta, ponte fuerte, oh brazo de Yavé! ¡Despierta como en los tiempos antiguos, en la generación de los ancianos! ¿No eres tú quien mató al monstruo Rehab y hirió a la serpiente tanino?». ¿Es Nala, Rahab, «Príncipe de los Mares«, como se dice en hebreo, el guardián de los océanos?: «En los días antes de la Creación, Rahab, Príncipe de los Mares, se rebeló contra Dios. Cuando se le ordenó: 'Abre tu boca, Príncipe de los Mares, y trágate toda el agua del mundo', él gritó: ¡Señor del Universo, déjame en paz! Después de lo cual Dios le golpeó hasta la muerte y hundió su cadáver bajo las olas, ya que ninguna bestia terrestre pudo soportar su fuerza«. Rahab ayudaría de nuevo a Rama, como en otro tiempo, cuando le ayudó a dividir las aguas para él en el Éxodo, así que la historia continúa. «Por esta razón él es llamado el Celestial Príncipe de Egipto«.

 

Él también tiene un arca, tal vez un sumergible, ya que la palabra es actualmente traducida del hebreo (ver Sitchin: Las crónicas de la Tierra). Este fue quizás el monstruo Leviatán, cuya descripción suena como el Nautilos del capitán Nemo: «Los colmillos del monstruoso Leviatán propagaban el terror, de su boca salía fuego y llamas, de sus fosas nasales, humo, de sus ojos, un feroz rayo de luz; su corazón no tenía piedad. Él vagaba a su antojo sobre la superficie del mar, dejando una estela resplandeciente; o a través de su inferior abismo, haciéndolo hervir como una olla. Ningún arma en el arsenal de la humanidad podría hacerlo, ¿no es así? Los mismos habitantes del Cielo le temían. Sin embargo, Dios atrapó a Leviatán con un gancho, lo sacó de las Profundidades, ató su lengua con una cuerda, metió una caña en sus fosas nasales, y traspasó sus mandíbulas con una espina, como si hubiera sido un pez de río. Entonces él arrojó el cadáver al fondo de un bote y se lo quitó de encima, como si fuera a comercializar«. Imagínate un tipo de submarino nuclear y aparentemente ahí lo tienes. El rayo de luz es la misma luz que la literatura gnóstica nos cuenta sobre lo que tenía el arca, ya que ella transportaba gente y era mediante ella con la que el Señor podía ver a su pueblo a través de la corriente. Rahab debe haber sido la base del mito de Neptuno, que regentaba una vasta ciudad sumergida. Su submarino también soltó «serpientes, posiblemente misiles, o algún tipo de energía, como se indica en ¿Evolución o Degeneración?, de H.R. Siegler: «Cuando Dios creó peces y bestias marinas a partir de luz y agua, Él permitió a Leviatán, que era más largo que todos sus compañeros puestos juntos, gobernarlos desde un trono construido sobre una colosal roca submarina. Algunos dicen que él tenía muchas cabezas, o que había dos Leviatán, la Serpiente que Huye y la Serpiente Torcida, ambas a las que Dios destruyó. Otros, que Él salvó Leviatán ya que era una de Sus criaturas, pero completamente domesticado (o se ofreció el arcángel Jahoel a hacerlo), y todavía planea jugar con él en los grandes mares durante tres horas completas al día. Grandes dragones marinos sirven de alimento para Leviatán. Él bebe de un afluente del Jordán, ya que fluye hacia el interior del océano a través de una canal secreto. Cuando está hambriento, lanza un vapor humeante que agita una inmensa extensión de agua; cuando tiene sed, causa tal trastorno que deben pasar setenta años antes de que la calma regrese a las Profundidades, e incluso Behemoth en las Mil Montañas muestra señales de terror. Pero Leviatán solo tiene miedo de una única criatura, un pequeño pez llamado Chalkis, creado por Dios con el único propósito de mantenerlo bajo control«.



Debe haber sido todo un espectáculo ver a este «monstruo» mientras navegaba sin ser desafiado por los mares. Lo que sea «Chalkis» es algo con lo que solo podemos especular, Pero Rama estaba seguro que tenía a alguien a quién soltar ante Leviatán si se le iba de las manos. Aparentemente Leviatán era un tipo de conductor electromagnético para mantener el núcleo magnético de la Tierra funcionando correctamente. Tehom, literalmente el Abismo (ábyssos), se refiere al Gran Abismo de las aguas primordiales de la creación según la Biblia. Tehom es un cognado de la palabra acadia tamtu y el ugarítico t-hm, que tienen un significado similar. Como tal, se equiparó con la palabra sumeria anterior Tiamat. En árabe moderno, Tihamah se refiere a una llanura costera del Mar Rojo. «Otros mantienen que Leviatán ha sido confinado por Dios en una cueva marina, donde el peso de todo el mundo está sobre él. Su enorme cuerpo yacente presiona a Tehom, lo que evita que inunde la Tierra. Todavía, puesto que el agua del mar es demasiado salada para el gusto de Leviatán, la sed a menudo lo obliga a levantarse; las dulces aguas de Tohom surgen y él bebe un rato, luego suelta la aleta de nuevo. Algunos dicen que Leviatán tiene tantos ojos como el año tiene días, y escamas radiantes que oscurecen el mismo Sol; que se agarra la cola entre los dientes y forma un anillo alrededor del Océano. La banda inferior del firmamento, que lleva los signos del Zodíaco, es por lo tanto también llamada 'Leviatán'«. Aquí tenemos una referencia al núcleo magnético que influencia en los océanos y una referencia a Leviatán rodeando la Tierra, tal como los egipcios nos dicen, que lo representan como una serpiente mordiendo su cola. En la Biblia, Rahab es el profundo que ayudó a los egipcios. Pero, ¿a qué egipcios? Rahab parece haber sido el comandante de los «cocodrilos«, una unidad marina a menudo dibujada en los jeroglíficos egipcios, como podría ser la forma de sus barcos o sumergibles, que parece tenían formas de cocodrilo. En Isaías, Salmos y Job lo vemos de otra manera. En Isaías 51: «¡Despierta, despierta, ponte fuerte, o brazo del Señor! ¡Despierta como en los días de los antiguos, como en las generaciones de los tiempos antiguos! ¿No fuiste tú quien cortó a Rahab en pedazos, que perforaste el tanino del cocodrilo? ¿No fuiste tú quien secó el mar, las aguas del gran abismo; que hiciste de las profundidades del mar un camino para que pasaran los redimidos?«.  En Salmos 89 leemos: «oh Señor, Dios de los hospedadores, ¿quién es tan fuerte como Tú, oh Señor? Y tu fidelidad te rodea. Tú gobiernas sobre el furor del mar; cuando sus olas se elevan, las callas. Aplastaste a Rahab como a un muerto, con tu fuerte brazo tu dispersaste tus enemigos. Los cielos son tuyos, la Tierra también es tuya; el mundo y su plenitud, los encontraste«.  En Job 9 leemos: «Dios no reprime su ira, debajo de Él se postraron los ayudantes de Rahab; cuanto menos debo responderle, o elige mis palabras para razonar con Él«. En Job 26 leemos: «Por su poder el mar está en calma, y por su comprensión Él golpea a Rahab; por su aliento el cielo se aclara, su mano atraviesa la serpiente que huye«. En Isaías 27 leemos: «En ese día el Señor castigará con su espada, que es dura, grande y fuerte. Leviatán, la serpiente que huye, y Leviatán, la serpiente tortuosa, y Él matará al cocodrilo tanino que está en el mar«.

 

Indra naturalmente había «fortificado Lanka tal como prescribía la ciencia; la ciudad era naturalmente inexpugnable, con muros gruesos y torres de vigilancia«. Rama envió un emisario para negociar. Debe haber usado una especie de traje protector, que nosotros encontramos a menudo como los «vestidos celestiales de Dios«, ya que él «brilla como el Sol, rodeado de vestidos de nubes«. Él relató a Indra las palabras de Rama: «Padre, Raghava, el gloriosos rey de Kosala, te envía estas oportunas palabras: '¡Acéptalo y llévalo a cabo!' Los países y ciudades que incurren en un rey de alma deshecha que está empeñado en una mala política, siendo ellos mismos las víctimas de tal política, y son destruidos. Eres tu solo que ha cometido un crimen, mediante el secuestro de Sita a la fuerza. pero esto dirigirá a la matanza de otros que son inocentes. Antes de esto, has poseído el orgullo y la fuerza, has hecho daño a los videntes que viven en el bosque y has mostrado incluso a los dioses tu desprecio. Has matado a videntes reales y tomado a sus esposas que lloraban. Ahora el fruto de tu maldad ha madurado. Yo te mataré con tus ministros. ¡Sé un hombre y da batalla! Contempla el poder de este arco mío, un Acosador de la Noche humano. ¡ Deja libre a Sita Janaki! Si tu fallas en hacer esto, yo libraré al mundo de Raksasas con agudas flechas«.

 

Ahora vamos a ver porque este ejército fue llamado  «de los monos» como un término de argot. Indra estaba indignado y había ordenado a sus «Acosadores de la Noche» apoderarse de las tropas de Rama, mientras que este último tenía algunos aparatos que le permitían escalar enormes alturas o, al menos, desafiar la gravedad. Rama había empleados los servicios de aquellos que tenían la piel blanca y que solo podían vivir por la noche. Esta puede ser la razón por la que ponderasen saltar el océano. Ellos eran una rama especializada del servicio, como los buitres y los cocodrilos, la fuerza aérea y naval respectivamente. Los «monos» eran soldados de asalto: «Anagda saltó hacia arriba a una terraza con los Raksasas colgando de sus extremidades, y la velocidad de su salto hizo que los Acosadores de la Noche cayeran al suelo, con el corazón roto, tambaleándose bajo el golpe. Salió y saltó de nuevo desde el techo del palacio y, tras cruzar la ciudad de Lanka, regresó con sus tropas. Anagda fue al rey de Kasala e informó de todo, y luego el espléndido simio descansó, felicitado por Raghava. Entonces, el vástago de Raghu hizo que el muro de Lanka se rompiera por el ataque total de los veloces monos. Laksmana, asignando el liderazgo a Vibhisana y al rey de los osos, derribó la puerta sur de la ciudad que estaba cerrada e inexpugnable. Cayó sobre Lanka con miles de monos rojos bermellones experimentados en la guerra. Con los monos saltando, volando y saltando, el Sol se volvió invisible y su luz se oscureció por el polvo. Asombrados, los Rakshasas en todas partes con sus mujeres y ancianos, Oh rey, vieron su pared volverse naranja con estos monos que parecían brotes de arroz, con el color de flores sirisa, de color como el sol de la mañana y blanco como las cañas. rompieron los pilares enjoyados y las torres de catapulta y dispersaron las máquinas cuyos poderes fueron rotos y destruidos. Tomaron los cien asesinos, las ruedas, las torres y las rocas y los esparcieron con la velocidad de sus brazos en el centro de Lanka. Las hordas de Raksasas que defendían el muro volaron por cientos cuando fueron atacadas por los monos. Entonces, por orden de su rey, Raksasas de aspecto feroz que podían cambiar sus formas salieron por cientos de miles, y cayendo una lluvia de armas, pusieron en fuga a los habitantes del bosque, limpiando el muro con una muestra de extrema valentía. El muro estaba una vez más libre de monos por los Acosadores de la Noche de aspecto terrible, que se parecían a montones de frijoles. Muchos toros de los monos cayeron, sus cuerpos atravesados por púas, y también los Raksasas cayeron, rotos, de los pilares y las murallas de la puerta«.

 

Rama, sin embargo, hizo llover flechas sobre Lanka, «como una nube«, y los Raksasas fueron expulsados. Mientras acampaban, los Raksasas utilizaron un aparato de invisibilidad para atacar, pero Rama: «Puso fin a su invisibilidad; y una vez fueron avistados, los poderosos y saltadores a distancia monos los mataron a todos, oh Rey, y ellos cayeron sin vida en el suelo«. Le siguió una batalla cuerpo a cuerpo y «Ravana y Rama se enzarzaron en una batalla, y de esta manera Laksmana igualmente luchó con Indrajit, Sugriva con Virupakas, Nikharvata con Tara, Nala con Tunda, y Patusa con Panasas. Sea lo que sea que uno considere su partido, se enfrentó y luchó contra él en la hora de la batalla, confiando en la fuerza de sus brazos. no había habido una guerra como esta desde la que hubo entre 'los Dioses y los Asuras', que fue tan feroz por 'el choque de poderosas grandes armas, con los tres mundos angustiados, tanto en movimiento como estáticos«. La parte frontal del vehículo aéreo de los Raksasas fue derribado por un «arma voladora«, y «se levantó un tumultuoso y espeluznante ruido de los ejércitos de Rama y Ravana, que se atacaban mutuamente«. De nuevo los monos fueron rechazados, pero Hanuman se reforzó y rechazó a las tropas de Indra y las hizo retroceder hacia Lanka. Cuando relató las noticias, Indra «suspiró profundamente y saltó de su hermoso asiento«. Y él dijo: «Ha llegado el tiempo para que Kumbhakarna vaya a trabajar. Después de decir esto, él despertó con todo tipo de ruidosos instrumentos musicales al somnoliento Kumbhakarna, que estaba durmiendo; y cuando él lo hubo despertado con gran dificultad y el poderoso Kumbhakarna estuvo sentado feliz y ocioso, pero ya no dormido, El Rey de las diez cabezas de los Raksasas le dijo: ¡Tu eres afortunado de poder dormir tan bien, Kumbhakarna, y no sabes cuan espantoso y peligroso tiempo tenemos! Este Rama ha cruzado el océano con sus monos mediante una calzada elevada, y en absoluto desprecio por todos nosotros está realizando una gran matanza. Porque yo secuestré a su esposa Sita Janaki, y él cruzó el vasto océano con una calzada elevada y ahora ha venido a liberarla. Ha matado al gran Prahasta y a otros, nuestros parientes. Nadie más que tú puedes matarlo, arador enemigo«. Kumbhakarna era una máquina de algún tipo que combatió a los monos y tomó a Sugriva hasta que «Laksmana cortó sus brazos levantados con dos cuchillas afiladas. Las otras se convirtieron en cuatro brazos armados. El hijo de Sumitra cortó todos los otros brazos de soporte de roca con navajas, mostrando su hábil arma. Él entonces se convirtió en un gigante con muchas piernas, manos y brazos, y Laksmana lo quemó, por lo que se parecía a una masa de montañas, con el hechizo de Brahma. Derribado por el arma divina, el gran héroe cayó en la batalla como un árbol que es quemado por un relámpago. Cuando los Raksasas vieron al impetuoso Kumbhakarna, parecido a Vrtra, caído muerto en el suelo, huyeron aterrorizados«.

 

Indra tenía un hijo, de madre desconocida, llamado Indrajit, a quién ahora envió contra Rama. Su rencor ahora no conocía límites y estaba decidido a matar a su hermano, como le dijo a su hijo cuando estaba frente a él: «¡Asesino de enemigos, mata a Rama, Sugriva y Laksmana! Para ti, mi buen hijo, se han ganado una fama ardiente al vencer al valiente portador del Trueno en la batalla, la Consorte de Saci de mil ojos. Invisible o al aire libre, mata a mis enemigos, asesino de enemigos, con armas celestiales presentadas como bendiciones. ¡Eres el mejor de los guerreros. Rama, Laksmana y Sugriva son incapaces de resistir el embate de tus flechas, y deja solos a sus seguidores, príncipe sin culpa. la venganza de Kharo, que Prohasta y Kumbhakarna han dejado inconclusa, príncipe fuertemente armado sin culpa, tú mismo debes lograrlo en la batalla! Deleitame hoy matando a los enemigos y sus soldados con flechas afiladas, hijo mío, como antes encadenando a Vasava«. La batalla entonces estaba concentrada en el aire cuando desafió a Laksmana a un vuelo aéreo, y «empezó una grandiosa y feroz batalla entre los dos, ya que estaban ambos sedientos de victoria, competentes en armamento divino, y rivales entre sí«. Laksmana le golpeó con «jabalinas de vuelo rápido«, pero Indrajit lo repelió y cayó al suelo. Indrajit entonces apuntó un misil con «muescas doradas» al «pecho» de Lakshmana, pero él también lo rechazó. Entonces Indrajit utilizó la invisibilidad y «al darse cuenta de que el mago Raksasa había desaparecido, Rama fue a ese lugar y vigiló a su ejército. El enemigo apuntó y golpeó a Rama y al gran guerrero Laksmana en todos sus miembros con flechas obtenidas a través de una bendición; con lo cual los campeones Rama y Laksmana lucharon contra el hijo invisible de Ravana, que habían desaparecido por arte de magia, con sus flechas. Enojado, apuntó flechas por cientos y miles a todas las extremidades de los leones, que eran como hombres. Buscando al demonio invisible, que lanza flechas incesantemente, los monos se elevaron al cielo, agarrando grandes rocas, y el invisible Raksasa las atravesó con sus flechas, y envuelto por su magia, el heroico hijo de Ravana los golpeó dolorosamente. Cubiertos de flechas, los dos galantes hermanos, Rama y Laksmana, cayeron del cielo al suelo, como el Sol y la Luna. Entonces Vibhisano capaz en sus hechos, vino a ese lugar y trajo a los héroes de vuelta a la conciencia con el hechizo de despertarlos. Sugriva los liberó instantáneamente de las flechas por medio de la hierba de enjuague de espinas sobre la que se había lanzado un hechizo divino. Volviendo a la conciencia, los grandes hombres se levantaron, liberados de las flechas, y pronto la lentitud y la fatiga de los guerreros desapareció. Al ver a Rama curado de su fiebre, Vibhisana cruzó las manos, oh Partha, y dijo a Rama, vástago de Ikshvaku: 'Este Guhyaka ha llegado a ti desde el monte Sveta, a instancias del rey de reyes, llevando esta agua. El gran Rey Kubera presenta esta agua a ti para permitirte ver criaturas invisibles, quemador de enemigos. Cuando este agua toque tus ojos, tú y quienquiera que se lo dé verá a las criaturas que se esconden'. Qué así sea, dijo Rama, aceptando el agua consagrada, y él se lavó sus ojos con ella. Así hizo el de gran mente Laksmana, así como Sugriva, Jambavat, Hanuman, Angagda, Moinda, Dvivida, Nila, y la mayoría de los jefes de los monos. Y sucedió como había dicho Vibhisana: sus ojos de inmediato se volvieron clarividentes«.

 

¿Pájaros que arrojaban piedras, o eran bombas? Aparentemente, algún tipo de hierba fue utilizada para revivirlo y un agua especial para revelarles al enemigo invisible. Si ellos habían sido golpeados por alguna radiación, esta ceguera pudo haber sido lógica, como lo haría el uso de agua para deshacerse del cuerpo. Sin embargo, Indrajit estaba en su gloria mientras volaba sobre ellos. Ahora que el enemigo podía ver a Rama, luchó con furia. Laksmana e Indrajit batallaron con armas que sonaban a láseres desde sus «carros» y «entonces empezó una batalla entre ambos que buscaba vencer al otro, una extraña y maravillosa batalla, como entre Sakra y Prahlada. Indrajit cortó al hijo de Sumitra rápidamente con flechas afiladas que golpearon los puntos débiles y causaron fuego al contacto, y Laksmana golpeó al hijo de Ravana. Desmayado de rabia por los golpes de las flechas de Laksmana, lanzó ocho flechas como serpientes venenosas a Laksmana. Escúchame mientras te cuento cómo el heroico hijo de Sumitra le quitó la vida al otro con tres flechas emplumadas que producían fuego al contacto.«. Fue una batalla muy feroz cuando los miembros del clan se encontraron en un choque final y Laksmana hubo herido mortalmente a Indrajit en el tronco, cortando brazos y hombros, «una visión terrible«. También mató a los cocheros y los caballos llevaron los carros vacíos de regreso a Indra, quien estaba junto a la cama por el dolor, por lo que decidió matar a Sita, a quien corrió enojado, espada en la mano, y estaba a punto de dar el golpe fatal cuando uno de sus oficiales se apresuró a comentar: «Tú que tienes la gran posición de Gran Rey no debes matar a una mujer. Una mujer ya está muerta cuando está cautiva en tu casa, incluso si ella no está separada de su cuerpo, así pienso. ¡Mata a su marido! Cuando él esté muerto, ella estará muerta. Incluso el dios de los Cien Sacrificios no es igual a ti en valentía, por más que repetidamente haya causado a Indra y los Treinta temblar en la batalla«. Indra entonces recobró el control de sí mismo y envainó su espada para ahora poner su mirada en la batalla, no en el asesinato. Ahora luchó con una de las armas más negras, según Lana Cantrell seguramente empleando resonancia electromagnética y confundiendo a sus enemigos, y «los cientos y miles de los Raksasas que habían salido de sus cuerpos fueron vistos volver con flechas, lanzas y jabalinas. Rama mató a todos los Raksasas con su arma divina. El señor supremo de los Raksasas una vez más recurrió a la magia, Creando formas de Rama y Laksmana, los Acosadores de la Noche cayeron sobre ellos, rey, sosteniendo sus arcos altos«.

 

Los enviados de Rama le dijeron lo que estaba sucediendo y él dijo a sus hombres que no fuesen engañados, de tal manera que matasen a aquellos que se les parecían. Rama los encaminó y «las criaturas chillaron, y en el cielo el león celestial rugió, rugiendo al ritmo de los tambores. El Acosador de la Noche arrojó a Rama una púa terrible como el Rayo de Indra, como si fuera el bastón levantado de Brahma. A mitad de camino, Rama astilló la punta con flechas afiladas. Cuando él vio esta rara hazaña, el miedo invadió a Ravana«. Rama usó una «flecha con muescas doradas» y «lo puso con el hechizo de Brahma. Con esta flecha de elección, Rama encantó con el hechizo de Brahma, y los dioses y Gandharvas dejados por Sakra se regocijaron con el espectáculo. Dioses, Gandharvasy Kimpurusas sabían que al enemigo Raksas ahora le quedaba poca vida, debido a la invocación del hechizo de Brahma. Rama disparó la infinitamente poderosa y terrible flecha, que iba a significar la muerte de Ravana, como el bastón levantado de Brahma. Envuelto en un fuego ferozmente ardiente, prendió fuego al jefe de los Rakshasas con carro, caballos y auriga. Y los dioses, Gandharvas y Caranas se regocijaron, viendo que Ravana había sido muerto por Rama, el de hechos inmaculados. Los cinco elementos salieron del señorial Ravana, porque fue derrocado en todos los mundos por el poder del hechizo de Brahma. Los humores de su cuerpo, su carne y sangre ardieron con el hechizo de Brahma hasta que desaparecieron; y no se encontraron cenizas«. El comandante de los Raksasas de Indra yacía muerto y él rápidamente abandonó Lanka, mientras que «todos los Dioses alabaron a Rama de ojos de hoja de loto, al igual que los Gandharvas y los celestiales, con lluvias de flores y palabras. Cuando ellos hubieron otorgado honores a Rama, volvieron de donde habían venido. Todo el espacio parecía un gran festival, oh rey invicto». Los cielos estaban llenos de regocijo cuando Sita fue rescatada, un Avindhya la presentó a sus hermanos, diciéndole a Rama: «Gran espíritu, recibe a tu reina de conducta casta, la hija de Janaka«. Rama bajó de su carro y «miró a Sita que estaba oculta por las lágrimas. Mientras miraba a Sita de los hermosos miembros, de pie en el carro y demacrada por el dolor, su cuerpo cubierto de tierra, su cabello enmarañado, vistiendo una túnica negra, Rama sospechó que la habían tocado, y le dijo a Vaidehi: 'Ve Vaidehi, tú estás libre. Yo he hecho lo que tenía que hacer. Una vez me has encontrado como un marido, buena mujer, no ibas a envejecer en la casa de un Raksasa, por eso maté al Acosador de la Noche. Porque, ¿cómo podría un hombre como yo, que conoce la decisión de la Ley, mantener aunque sea por un instante a una mujer que ha estado en manos de otro hombre? Tanto si eres inocente como culpable, Maithili (Sita, del estado indio de Bihar), no puedo disfrutar más de ti, no más que una oblación que ha sido lamida por un perro«.

 

La cara de Davasena (supuestamente Sita) cambió de la exuberancia a la pena. Todos estaban atónitos por la declaración de Rama. el bisabuelo mismo apareció, así como sus otros Padres, cuando los barcos descendieron de los cielos. Tan complacidos estaban de haber recuperado a su hija divina como la luz había conquistado la oscuridad, y «todo el cielo lleno de dioses y Gandharvas brillaba como el cielo otoñal salpicado de estrellas«. Rama creía que ella había sido violada, pero ella le suplicó detrás de sus Padres, diciendo: «Príncipe, yo no estoy enfadada contigo, ya que conozco los caminos de las mujeres y de los hombres. Escucha mis palabras. ¡El viento de movimiento inquieto que sopla en todas las criaturas dejará mi espíritu, si yo he hecho algo incorrecto! ¡Fuego, agua, éter, tierra y viento abandonarán mi espíritu, si yo he hecho algo incorrecto!«. No le había ocurrido ningún daño, había ayunado y usado hierbas para limpiarse, y como veremos había usado un poco de su propia «magia». Entonces un  Padre intentó convencerle: «¡Raghava (Rama), oh Raghava, es la verdad! Yo soy el viento del movimiento inquieto. Maithili es inocente, rey, ¡reúnete con tu mujer!», suplicaron sus otros padres: «Yo soy el que habita dentro del cuerpo, vástago de Raghu, Maithili no se ha equivocado en lo más mínimo, Kakutstha«, y «los jugos de todas los cuerpos de criaturas brotan de mi, Raghava. ¡De cierto te digo que recuperes a Maithili!». Su padre biológico se acercó a él con solemnidad y dijo mientras todos miraban: «Hijo, no es extraño que actúes aquí así, ya que obedeces la Ley de los videntes reales y andas por el camino de la buena conducta, buen hombre. Escucha estas mis palabras. Has derribado, héroe, al enemigo de los dioses, de los Gandharvas, Serpientes, Yaksas, Danavas y los grandes videntes. Aquel que por mi gracia se hizo invencible a todas las criaturas. El demonio de espíritu maligno secuestró a Sita para su propia muerte, y la protegí por medio de la maldición de Nalakubara. Una vez le habían dicho que si buscaba los favores de una mujer que no lo amaba, su cuerpo seguramente estallaría cien veces como resultado. No tengas ninguna duda sobre esto. Tráela de vuelta, hombre resplandeciente. Como un Inmortal, has logrado una gran hazaña«. Replicó Rama: «¡Yo te saludo, Indra entre reyes, si tu eres mi engendrador! Yo iré a la encantadora ciudad de Ayodhya a tu orden«. Él entonces tomó las manos de Sita y todos estaban muy complacidos. Su cochero le dijo: « has quitado la infelicidad de los Dioses, Gandharvas y Yaksas, de hombres, Asuras y Serpientes, tú cuya destreza es tu verdad. Todos los mundos con Dioses, Asuras y Gandharvas, Yaksas, Raksasas y Serpientes hablarán de ti mientras la tierra resista«. Entonces Rama abandonó su resplandeciente carro para ir al cielo, «Puspaka que fue a donde quiso, un maestro rodeado por sus principales consejeros«. ¡Qué guerra se había llevado a cabo para recuperar una Reina del Cielo, mientras Indra le daba a su único hijo! Por eso, la Enéada pagaría caro, mientras que la Reina del Cielo se encargaba de que Indra siempre mandara en el Infierno porque el cielo no necesitaba reyes

 

¿Qué hay del Árbol de la Vida y la serpiente, los símbolos más preciados del Edén? El Árbol de la Vida parece haber sido justo esto. Justo como Davasena (supuestamente Sita) dijo, que ella comió raíces y hierbas para sostener su difícil situación. Los hombres de Indra le dijeron que no comiera de ellos, ya que moriría, pero ella lo sabía mejor. Ella tuvo ayuda si hacemos referencia aquí a información del Origen del Mundo, un escrito gnóstico. La serpiente aquí entra aparentemente como un dispositivo de transmisión. Eva tenía algún objeto metálico, o quizás una piedra que podía haber sido un cristal, a través del que Rama o los padres, como acababan de decir que hicieron, la instruyeron. Podría haber sido un pendiente o tocado con forma de serpiente, un dispositivo de escucha como el que tenemos hoy en día, que se asemeja a serpientes enrolladas alrededor de la cabeza. En los Vedas, Rama también envía un supuesto ciervo para avisarle de su llegada. El papiro de Ebers puede decirnos exactamente qué era la serpiente: «Oh Ra, habla sobre la serpiente Urano; Osiris, llama a lo que salió de ti. Ra habla sobre esta serpiente Urano, Osiris llama a lo que salió de él. He aquí, me has salvado de todo lo malo, perverso y vicioso, de las aflicciones causadas por un dios o una diosa, por un hombre o una mujer muertos…». El papiro Ebers es uno de los más antiguos tratados médicos y de farmacopea conocidos. Fue redactado en el antiguo Egipto, cerca del año 1500 a.C. y está fechado en el año octavo del reinado de Amenhotep I, de la dinastía XVIII. Todo indica que Rama se comunicó a distancia con ella para convencerla de que hiciera lo que los Raksasas no querían, según el Mahabharata: «¿Qué es lo que Dios te dijo? ¡No comas del Árbol del Conocimiento!«. Ella dijo: «Él no solo dijo 'no comas de ello', sino 'no lo toques o morirás'». Él le dijo a ella: «¡No tengas miedo! Tú ciertamente no morirás«. Obviamente, según Lana Cantrell, la serpiente malvada en el jardín era uno de sus propios padres que intentaban llegar a ella mediante una transmisión a través de su «serpiente«. A continuación, justo como se infiere en los Vedas, la «serpiente» le dice a ella que coma aquello que le ayudará y que ignorase a Indra, que no quería que ella se despertará de su estupor: «Porque él sabe que cuando comas ello tu mente se serenará y llegarás a ser como Dios, conociendo las distinciones que existen entre los hombres malos y los buenos. Porque os ha dicho esto para que no comáis de ello, ya que está celoso«.

 

Lana Cantrell opina que Rama estaba viendo claramente cómo la atmósfera estaba afectando las respuestas neuronales del cerebro, porque las personas eran incapaces de tomar decisiones correctas y Davasena ni siquiera podía reconocer a su hermano, Laksmana. Abundaba la confusión ya que sus mentes eran un mosaico de angustia y comportamiento impulsivo, que era solo un buen caso de hipercapnia y bioquímicas confusas, que también se conoce con el nombre de pecado. Pero esto fue una bendición para Indra, quien fácilmente podría someter a tales personas mientras estaba a salvo en su autónomo Edén: «Ahora Eva creyó las palabras del instructor. Ella miró al árbol. Y ella vio que era hermoso y magnífico, y ella lo deseaba. Ella tomó alguno de sus frutos y los comió«. Entonces ella «abrió su mente«, porque mientras comía «brilló la luz del conocimiento«, ya que supo que ella estaba «desnuda con respecto al conocimiento«, y ella entonces miró a sus captores y «los detestaba ya que eran formas bestiales«. Al igual que hacen muchos herboristas actualmente, frutos y hierbas particulares pueden abrir los sentidos. Los Raksasas aparentemente participaron de los tesoros del codiciado jardín, ya que estaba fuertemente custodiado, y «llegaron al Árbol de la Vida y le pusieron grandes terrores a su alrededor, seres vivientes ardientes llamados querubines, y dejaron una espada de fuego en medio, girando continuamente con gran terror, para que nadie de entre los hombres terrenales pueda entrar jamás en ese lugar«. Lana Cantrell considera que estas espadas giratorias o querubines están bien representados en la mayoría de estas historias. Estas espadas giratorias se cree que fueron esvásticas, ya que este es un símbolo muy antiguo, desde mucho antes que lo utilizasen los nazis. Pero ninguno de estos símbolos se ha encontrado todavía en las obras de arte egipcias, ni se las ha mencionado tanto como en los Vedas, donde la gente siempre los llevaba cuando aparecían los dioses. Solo la cruz de Malta, uno de los símbolos de Indra, como cualquier cruz, se muestra en los jeroglíficos egipcios. ¿Por qué no vemos la esvástica en el antiguo Egipto?. Al igual que muchas cosas, Hitler simplemente cogió prestado este símbolo ario, usándolo para el mal. Psicológicamente nosotros podemos ver la razón por la que Indra quiso usar la cruz para sus pueblos degenerados, en su uso para una idolatría manipuladora, en lugar de la esvástica, que tendría más sentido.

 

Sin embargo, desde un punto de vista técnico o biológico, la esvástica, en su particular forma, atrae radiaciones favorables a medida que sus alargamientos curvos crean el «círculo del mundo» en el centro, equivalente a la unidad total. La cruz fue temida, como se explica en la leyenda de Drácula. Sin embargo, el real conde Vad Drácula o Vlad el Empalador puede haber tenido la enfermedad de porfiria, al igual que mucha de la realeza que deriva de estos linajes. Porfiria se refiere a un grupo heterogéneo de enfermedades metabólicas, generalmente hereditarias, ocasionadas por un déficit de las enzimas que intervienen en la biosíntesis del grupo hemo, componente de la hemoglobina, parte esencial de los glóbulos rojos. Especialmente ello era cierto para los de los linajes de Nibiru. Lana Cantrell opina que actualmente la esvástica coincide exactamente con las resonancias magnéticas de las cuatro esquinas de la Tierra, de las que hablaban los egipcios. La cruz no produce la unidad circular del cosmos, pero atrae las fuerzas hacia el centro para colisionar atómicamente. Representaba la entropía y la muerte, que simbolizaba el único imperio gobernante de Indra. Él la utilizaba por todo su valor hipnótico. Los egipcios solo representaban la esvástica mediante gesticulaciones de los brazos y piernas, su famosa postura a menudo retratada. La posición cruzada atrae campos electromagnéticos desfavorables, por lo que se usó en la crucifixión para promover la muerte. Las espadas son excelentes para empuñar la muerte debido a su forma de cruz. La cruz se hizo popular en la Caída de Egipto y nuevamente cuando Rama perdió el Imperio. Incluso los amerindios usaron esvásticas en sus obras de arte, ya que no es inusual verlas en los museos y representan los cuatro vientos. Lana Cantrell encuentra estas espadas giratorias intrigantes, ya que esto es lo que se usa como 'electrómetros' de laboratorio, que tienen cuchillas que giran y que interrumpirán un campo estático y amplificarán las formas de onda en lecturas de intensidad y polaridad. Al alimentar a una grabadora, se puede tener una vista bidimensional de personas u objetos que se acercan, tal como se supone sonaban las espadas giratorias del Edén.

 

Las hierbas a las que se hace referencia estarían ocultas al hombre. Incluso la Epopeya de Gilgamesh presenta a Gilgamesh buscando una planta acuosa similar a la planta Buckthorn. Las propiedades de la planta Buckthorn radican en que es purgante, emética y para lesiones cutáneas, lo cual es pertinente aquí si la radiación por lluvia radiactiva fue el problema. Especialmente, según Lana Cantrell, porque la mayoría de las plantas acuáticas tienen yodo, justo lo que estas personas necesitaban para reforzar su tiroides posiblemente enfermo, especialmente por la lluvia radiactiva. Los mitos hebreos dicen que Eva buscó higos. En efecto, ello podría haber sido porque contienen suficiente potasio como para mantener las sinapsis cerebrales funcionando correctamente. Se dijo que le dieron a Adán el don de profecía. ¿Cuál fue la maldición de Nalakubara por la que Sita estaba protegida, como dijo su padre? ¿Fue forzada por los Rakshasas? La literatura gnóstica dice que no, como también hacen los Vedas, y la literatura gnóstica nos dice que ella engañó a sus secuestradores cuando se despertó, mediante el uso de imágenes mentales. «Entonces Eva, ya que ella existía como un poder, gritó ante su falsa intención. Ella oscureció sus ojos y dejó allí su parecido…. «, dice el Origen del Mundo. Ella entonces «entró en el Árbol del Conocimiento«, y permaneció allí. Ellos entonces contaminaron la aparición. En otro texto gnóstico, la Hipóstasis de los Arcontes, Eva toma el lugar de la madre de Indra, mientras que la hija de este último, Norea, es Devasena. Ésta última es: «la virgen a quien las Fuerzas no contaminaron. Los gobernantes fueron a su encuentro con la intención de llevarla por el mal camino. Su jefe supremo le dijo a ella: 'Tu madre Eva viene hacia nosotros'. Pero Norea se giró hacia ellos y les dijo: 'son ustedes los que gobiernan las tinieblas; están malditos. Y tú no conoces a mi madre; en cambio, era tu contraparte femenina a quien conocías. Porque yo no soy tu descendiente; más bien es del Mundo de Arriba de donde vengo'. El arrogante gobernante volvió, con todo su poder, y su rostro llegó a ser como un bloque (?); él le dijo a ella presuntuosamente: 'Tú debes rendirnos servicio, como también hizo tu madre Eva; porque … (?). Pero Norea volvió, con el poder de (?); y en voz alta clamó al Santo, el Dios de la Totalidad: 'Recátame de los Gobernantes de la Injusticia y sálvame de sus garras, de inmediato'.  El Gran Ángel bajó de los cielos y le dijo a ella: '¿Por qué estas llorando a Dios? ¿Por qué actúas con tanta valentía hacia el Espíritu Santo?'. Norea dijo: '¿quién eres?' Los Gobernantes de la Injusticia se habían retirado. ël dijo: 'Soy yo el que soy Eleleth, Sagacidad, el Gran Ángel, que está en la presencia del Espíritu Santo. Yo he sido enviado para hablar contigo y salvarte de las garras de los sin ley. Y yo te enseñaré sobre tu Raíz'».

 

Debería decirse que, aunque Indra y Rama eran hermanos, no lo eran de la misma madre ni de los mismos padres. Pero en el linaje basado en la poliandria las madres eran hermanas y, por lo tanto, sus descendientes masculinos serían también hermanos entre sí, no primos como actualmente los conocemos. La pelea por Devasena probablemente se debió a que Indra había perdido a sus propias hermanas y, en su locura, la consideraba suya, a pesar de que estaba casada con sus propios hermanos. Las siete hermanas de Indra eran de otros linajes. En las uniones basadas en la poliandria, un matrimonio se contabiliza después del nacimiento de varios hijos y luego del nacimiento de una hija, es decir, en uniones familiares de este tipo. Rama o los padres habían ido a su rescate y ellos habían vencido a los Raksasas en su propio juego, porque «la cuarta raza no tiene rey y es perfecta, es una que está por encima de todas ellas«. Según el poeta griego Hesíodo, en su obra Teogonía, basada en la mitología india y persa, Zeus crea la tercera raza, la de Bronce, que no se asemeja en nada a la de Plata. Estos hombres son guerreros única y exclusivamente; en la guerra actúan con violencia implacable y se matan unos a otros porque lo único que les interesa es la guerra. La Tierra sepultó también esta estirpe, y Zeus creó la cuarta raza, de los Héroes. Éstos se pueden dividir en dos tipos: los que su destino es la muerte en la guerra y la gloria eterna, y los que tienen por destino la residencia fija en las islas de los Afortunados con una vida feliz semejante a la del paraíso. A pesar de ellos, todos tienen la característica de ser guerreros pero por una causa justificada, como las guerras míticas. Emplean la violencia para justificar su causa porque la guerra siempre ha formado parte de las ciudades antiguas. La versión de la Biblia que trata este evento es ciertamente resumida, con Eva en el papel de malvada, cuando ella estaba lejos de serlo. Ha habido una terrible mezcla de eventos a lo largo de los siglos para desgracia del ser humano. En cuanto a la desnudez descrita en el Jardín del Edén, lo único que buscaban era el conocimiento, como Davasena.

 

Fuentes:

  • Dr Lana Cantrell – The Greatest Story Never Told: A Scientific Inquiry into the Evidence of the Fall of Man from a Higher Civilization in Antiquity
  • Mahabharata
  • Ramayana
  • Los Vedas (Rig-Veda)
  • Biblia
  • Zecharia Sitchin – El 12º Planeta
  • Alexander Heidel -The Babylonian Genesis
  • E.A. Wallis Budge – El libro egipcio de los muertos
  • E.A. Wallis Budge – The Gods of the Egyptians
  • La leyenda de los Judíos
  • H.R. Siegler – Evolution or degeneration, which?
  • Jinno Shotoki – A chronicle of Gods and Sovereigns
  • Geomagnetobiology – The Geomagnetic field and life
  • Fred Hoyle – Diseases from Space
  • Kenneth D. Karlin – Biological & inorganic copper chemistry
  • Donald C. Johanason – Lucy – the beginnings of Humankin