Hace poco, Swami casó a dos de los hijos de Sus devotos. De repente, un día, Swami me pidió ir a Madurai. Entonces, me tomé un día libre y volé a Madurai. Swami me pidió llevar la tarjeta de invitación de boda y colocarla en el templo y rezar a la Madre, Madurai Meenakshi, para que bendijera este matrimonio en particular y con Su gracia este debería llevarse a cabo. Simplemente obedecí porque no entiendo mucho de lo que Él sigue haciendo y en qué nivel trabaja. Ofrecí esta tarjeta y oré. Vi a Madurai Meenakshi salir de la estatua. Yo estaba en la fila en alguna parte y ella estaba en lo más profundo del sanctum sanctorum. La vi caminar a través de la gente y cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, me preguntó qué era eso. Afirmé que Baba había enviado la tarjeta de invitación para que esta fuera bendecida. Ella dijo de manera casual: "Daré mis bendiciones y enviaré Prasadam". Justo entonces, el sacerdote salió luego de realizar la Puja y ofrecer Kumkum y otros artículos sagrados. Tomé el Prasadam para la pareja y regresé. Swami nunca fue y proclamó que había que eliminar algún obstáculo para la boda con alguna persona. Sin embargo, el día de la boda, Él casualmente le dijo a la novia: "Tienes el mismo dosham (obstáculo) que tenía Meenakshi".
Para aquellos que no lo sepan, Madurai Meenakshi nació princesa. Ella es la reencarnación de Parvathi. Tenía algún tipo de obstáculo, una obstrucción en sus fortunas debido a que no podía casarse hasta que algo en particular sucediera. Cuando esa cosa en particular sucedió, Ella encontró a Sundareswarar (Shiva) y se casó con Él. La nakshatram (estrella) en la que Madurai Meenakshi nació, es la misma nakshatram (estrella) en la cual la hija de este devoto nació también. Por esta razón, incluso ella había contraído el mismo dosham que Madurai Meenakshi. Sin Su gracia y consentimiento, la boda no sería posible. Esto es lo que Swami le explicó a la novia muy brevemente. Pero no mencionó nada de que Él me había enviado a mí a Madurai para hacer esto por ella. Lo hizo en silencio y puso las cosas en marcha. Si hacemos algo por alguien, ¡mi Dios, todo el mundo debe saber que lo hemos hecho nosotros! Él es tan silencioso en cualquier cosa que hace.
La cantidad de dolor que Él asume para enmendarnos y moldearnos a cada uno de nosotros, y continúa haciendo cosas en la mayor de Su sabiduría, para nuestro mejor interés, es indescriptible. Aun así, en nuestro entendimiento limitado, a menudo no comprendemos lo que dice y lo culpamos por lo que está haciendo y luego nos quejamos ante Swami: "Tú no eres justo conmigo, amable conmigo, bueno conmigo", y Él, silenciosamente, lo que sea que le arrojemos, lo acepta y dice: "Está bien, volveremos a ocuparnos de la situación más adelante". Muy pocas personas vienen con este completo entendimiento, entrega, sinceridad y humildad hacia Él.
Simplemente me abruma que tengamos a alguien como Él en nuestras vidas. De otra manera, hubiéramos sido simplemente animales caminando sobre dos pies, hablando como seres humanos, comiendo y vistiéndonos como seres humanos. No hubiéramos progresado siquiera un poquito. Y Él ha asumido tanto dolor para llevarnos a cada uno de nosotros hacia Él mismo. Podría habernos dejado dondequiera que estábamos, pero no lo hizo.
Ayer, una muchacha que se uniría al Colegio de Medicina, vino por bendiciones. Él estaba hablando con ella cuando le dijo: "No es suficiente si me quieres. Yo también tengo que quererte". No es suficiente que le oremos a Swami: "Queremos estar Contigo". Él también tiene que estar dispuesto a aceptarnos para mantenernos junto a Él. Para nosotros, ha sucedido de ambas maneras. ¡Vean nuestra gran fortuna! Existen millones que les gustaría tener a Swami en sus vidas. Pero, de alguna manera, para este momento, Él ha elegido a unos cuantos de nosotros y nos ha mantenido tan cerca, nos ha dado algo de trabajo para hacer, nos ha dado algunas oportunidades para participar.
Todo el sueño puede desvanecerse en un instante. Él puede hacer eso en muy poco tiempo, sin embargo, nos enseña esta gran lección de entrega, el escondite, un juego que Él juega con nosotros para enseñarnos tantas lecciones. Y se somete a todo con tanta paciencia. Cualquier otro Maestro no hubiera tenido la paciencia para lidiar con cabezas tercas como la mía y la de algunos de nosotros. Pero Él tiene toda la paciencia, todo el amor, toda la bondad y compasión.
- Sri Madhusudan Naidu en 'Tattva Sameeksha' (3 de septiembre de 2018), Sathya Sai Grama, Muddenahalli
('Tattva Sameeksha' es una sesión de Charlas de eminentes oradores para los residentes del Ashram de
Sathya Sai Grama en Muddenahalli)
Fuente: Sri Sathya Sai Vrinda
Nota: Esta es una traducción provisoria realizada por devotos voluntarios, como servicio de difusión. Las traducciones oficiales son efectuadas a su debido tiempo por la editorial Premamruta Prakashana, de Muddenahalli.