MESOAMÉRICA
El actual territorio de México fue el lugar de asentamiento de algunas de las civilizaciones antiguas más desarrolladas del hemisferio occidental. Entre las culturas más prominentes encontramos a la Olmeca, la Teotihuacana, la Maya, la Tolteca, y su sucesora directa, la Mexica (Aztecas), la última civilización aborigen hasta la llegada de los españoles y su conquista de América.
Estas culturas nativas de mesoamérica guardan algunos datos muy curiosos como el abandono de ciudades, el enterramiento de monumentos, la desaparición de su población, entre otros, que hasta el día de hoy no se encuentra una respuesta del todo satisfactoria.
Resulta no menos impactante el asombroso nivel de conocimientos astronómicos, arquitectónicos y constructivos alcanzado por estas culturas, el desarrollo de un lenguaje propio y de un sofisticado estilo artístico, además de un calendario más preciso aún que el de sus coetáneos europeos. Pero más sorprendente aún es, al menos desde mi punto de vista, la similitud de sus mitos fundacionales con los textos bíblicos y sumerios.
Cultura olmeca
El antiguo pueblo de los olmecas del sur del golfo de México originó la más antigua civilización en Mesoamérica (México y América Central), cuyo esplendor se fecha desde el 1200 hasta el 400 AEC aprox. Su área central ocupó unos 18.000 km2, en las pantanosas selvas de las cuencas ribereñas de los actuales estados mexicanos de Veracruz y Tabasco.
Los olmecas, cuyo nombre significa 'país del hule' (del azteca ulli, hule o caucho), fueron los primeros en emplear la piedra en la arquitectura y escultura, a pesar de tener que extraerla de los montes de Tuxtla, a 97 km al este de Tula. Sus obras escultóricas incluyen tanto las colosales cabezas masculinas de basalto de 2,7 m de altura y 25 toneladas de peso como pequeñas estatuillas de jade.
Su sistema de escritura fue el precursor de los jeroglíficos mayas, y es probable que el famoso calendario maya se haya originado en la cultura olmeca. La civilización olmeca dejó establecidos patrones de cultura que influyeron en sus sucesores en los siglos venideros; por ello está considerada como la cultura 'madre' más importante de México.
Cultura de Teotihuacán
El yacimiento arqueológico de Teotihuacán contiene los restos de la ciudad antigua más imponente del continente americano. La ciudad ocupaba una superficie de unos 20 km2 y llegó a estar poblada por 150.000 habitantes, siendo considerada ya en ese entonces una de las ciudades más grandes del mundo.
Los primeros asentamientos en el lugar corresponden al 200 AEC aprox. Entre el siglo III y el siglo VI, Teotihuacán pasó de ser un pequeño asentamiento a convertirse en una verdadera "superpotencia" cultural y económica, con una influencia que se extendería por todos los rincones de Mesoamérica.
Cerca del año 700 la ciudad fue arrasada por el fuego (sus causas son aún poco claras), y cerca de una siglo después, el lugar fue abandonado definitivamente. Sus notables monumentos incluyen las Pirámides del Sol – una de las edificaciones más grandes jamás construidas – y de la Luna, la Ciudadela, el templo de Quetzalcóatl y la Avenida de los Muertos.
Dado que la cultura originaria de Teotihuacán no ha dejado documentos escritos de ningún tipo, no hay información directa que nos hable de sus costumbres o creencias. Más aún, se desconoce quienes fueron realmente los teotihuacanos, cual era su filiación étnica, y hasta como se llamaban a sí mismos, ya que de hecho fueron los Mexicas quienes dieron a la urbe el nombre de Teotihuacán, que en lengua nahuatl significa la "ciudad de los dioses".
Los habitantes de Teotihuacán tuvieron estrechos contactos con la contemporánea cultura maya del Yucatán y de Guatemala, y su cultura ejerció una importante influencia en posteriores civilizaciones mexicanas como la de los Mexicas.
Civilización Maya
El Maya es un grupo de pueblos indígenas mesoamericanos perteneciente a la familia lingüística maya que tradicionalmente han habitado en los estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en regiones de Belice y Honduras. El pueblo más conocido, el maya propiamente dicho, que da nombre a todo el grupo, ocupa la península de Yucatán. Todos estos pueblos formaban parte de una civilización y cultura comunes que, en muchos aspectos, alcanzó las más elevadas cotas de desarrollo entre los indígenas de todo el área mesoamericana.
Los Mayas desarrollaron un nivel de conocimiento sobre matemática, astronomía y astrología de los más avanzados de todas las culturas antiguas. Fueron de hecho los primeros en conceptualizar y utilizar el número "cero". Su calendario solar es el más exacto de todos aquellos que han sido creados, puesto que no presenta más que 17,28 segundos de error con respecto al año tropical.
Durante el siglo IX, extrañamente, en plena expansión de su civilización, los Mayas meridionales abandonaron todo, incluso sus grandes centros urbanos en construcción. Los Mayas tuvieron cierta influencia recíproca con la cultura tolteca.
Cultura tolteca
Los toltecas (en nahuatl, 'maestros constructores'), fueron un pueblo que emigró desde el norte de México, tras la decadencia de la gran ciudad de Teotihuacán en torno al año 700, y que estableció un estado militar en Tula en el siglo X, a 64 km de la Ciudad de México.
El pueblo tolteca, más allá de haber alcanzado un importante poder militar que les permitió dominar a los pueblos vecinos, creó una refinada cultura, que incluía conocimientos sobre la fundición del metal, el trabajo de la piedra, la destilación y la astronomía. Su arquitectura y su arte reflejan influencias de Teotihuacán y de la cultura olmeca.
Los restos de Tula incluyen tres templos piramidales, de los cuales el más grande está rematado por columnas de 4,6 m de altura en forma de estilizadas figuras humanas conocidos como "Guerreros Atlantes". Se cree que estaba dedicado a Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, deidad que los toltecas adaptaron de culturas anteriores y la adoraron como el dios del planeta Venus.
Hacia el siglo XIII la caída de Tula y del poder tolteca abrió el camino para la ascensión de los aztecas.
Civilización Mexica
Los Mexicas (Aztecas) fueron un pueblo que dominó el centro y sur del actual México, estableciendo un vasto imperio altamente organizado. El nombre de 'azteca' proviene de un lugar mítico, situado posiblemente al norte de lo que hoy en día es México, llamado Aztlán, de donde habrían sido originarios el pueblo mexica.
Tras la caída de la civilización tolteca, oleadas de inmigraciones inundaron la meseta central de México, alrededor del lago de Texcoco. Debido a su tardía aparición en el lugar, los mexicas debieron ocupar la zona pantanosa situada al oeste del lago. Estaban rodeados por enemigos poderosos que les exigían tributos, y la única tierra seca que ocupaban eran los islotes del lago de Texcoco, rodeados de ciénagas. No obstante su inicio tan poco esperanzador, los aztecas fueran capaces de consolidar un imperio poderoso en sólo dos siglos. En 1325 fundaron la ciudad de Tenochtitlán, ubicada donde se encuentra la actual ciudad de México, capital del país.
Los mexicas convirtieron el lecho del lago en jardines muy fértiles, construidos con un armazón de troncos que sostenían arena, grava y tierra de siembra, atados con cuerdas de ixtle, para lograr islas artificiales donde se cultivaban verduras y flores y se criaban aves domésticas. Se hicieron calzadas y puentes para conectar la ciudad con tierra firme; se levantaron acueductos y se excavaron canales por toda la ciudad para el transporte de mercancías y personas.
La conquista de los españoles en 1519, con Hernán Cortés a la cabeza, puso fin a la civilización mexica y su dominio en la región.
Es muy interesante encontrar entre su mitología, relatos del diluvio universal, la creación del cielo y la tierra, y la creación de la raza humana, muy similares a las versiones bíblicas y sumerias.
LOS OLMECAS
La cultura Olmeca, conocida como la madre de las culturas de Mesoamérica, se desarrolló entre los años 1200 AEC hasta alrededor del año 400 AEC en los actuales estados de Veracruz y Tabasco, México. Los centros culturales de esta civilización se situaron en San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes.
Pero más allá de donde se situaron, no hay datos ciertos que permitan establecer el origen de su cultura. De hecho, lo que llevó a los arqueólogos a crear la clasificación de "cultura Olmeca", como algo diferente del resto de culturas de mesoamérica, fue el descubrimiento de las colosales cabezas olmecas en pleno siglo XIX, ya que hasta ese momento ni se sabía siquiera de su existencia.
Lo que llamamos cultura Olmeca es, por tanto, la consecuencia del estilo artístico único de estas enigmáticas esculturas.
En esencia se desconoce quiénes fueron realmente los Olmecas, ignorando todo en cuanto a su origen, lengua, y religión.
No sabemos siquiera como se denominaban así mismos, ya que el término "Olmeca" fue acuñado en 1929 por Marshall Saville, director del Museo Indio Americano de NY, y significa en lengua náhuatl (azteca) "gente del país del hule", dado que en estas zonas se extraía el latex de los arboles.
Los Olmecas constituyen el mayor y más antiguo enigma de Mesoamérica, pero más allá de eso, es indudable la influencia que esta cultura tuvo sobre las demás de Mesoamérica, transmitiendo su culto a las montañas, a las cuevas y a la Serpiente Emplumada.
Como la primera de las civilizaciones de Mesoamérica, a los Olmecas se les atribuye y acredita la invención del juego de pelota (ligado a rituales religiosos), sacrificios humanos, y la invención del cero y del calendario mesoamericano, posteriormente adoptado por los Mayas y luego por los Aztecas. Por todo esto es que se considera a la Olmeca, la cultura madre de las mesoamericanas.
Los Olmecas habrían sido asimismo la primer cultura en América en desarrollar un sistema de escritura (jeroglíficos). Se han descubierto símbolos en el año 2002 y en 2006 que fueron datados del 650 AEC y 900 AEC respectivamente, es decir, anteriores a la escritura zapotecas datadas en 500 AEC.
El Bloque de Cascajal, descubierto en 2006 cerca de San Lorenzo, muestra un conjunto de 62 símbolos, 28 de los cuales son únicos, gravados en un bloque de serpentina. La singularidad de esta escritura es que no tiene ninguna semejanza aparente con ninguna otra.
Los Olmecas tuvieron especial predilección por lugares inhabitables, donde construyeron sus grandes centros ceremoniales. La región Olmeca es una zona de pantanos y bosques tropicales, lleno de ciénagas y marismas. Parece casi imposible que el hombre pudiera desarrollar esta notable cultura entre tantas plantas parásitas, lianas, barro, lodos y ciénagas. Es un territorio que impide completamente la agricultura y el posible desarrollo de la economía indígena de la época. Sus ciudades, incluso, tenían dificultades de abastecimiento de agua corriente y de depósitos para su almacenamiento.
La Ciudad de La Venta (900 AEC al 400 AEC) fue la principal ciudad sagrada de los Olmecas, y se construyó en un islote perdido entre pantanos cerca de Huimanguillo. Destaca por tratarse de la primera ciudad de América con un trazo arquitectónico planificado, y sobre todo, porque cuenta con la pirámide más antigua de Mesoamérica, un impresionante montículo de arcilla con un diámetro medio de 128 m y una altura de 31,4 m.
Los Olmecas de La Venta, fueron los primeros mesoamericanos en recoger y procesar el petróleo que brotaba de los yacimientos naturales (asfalto o betún) localizados en las cercanías de esta ciudad.
La ciudad de la Venta, que en su momento de esplendor pudo albergar a unos 18.000 habitantes, fue abandonada hacia el año 400 AEC, al igual que otros centros ancestrales como Gobekli Tepe, Teotihuacán, Caral, Tiahuanaco, Nan Madol, Sanxingdui, entre tantos otros.
Su antecesora, la ciudad de San Lorenzo, corrió la misma suerte o peor, ya que, hacia el 900 AEC, además de ser abandonada, la ciudad fue saqueada y sus monumentos fueron destruidos y laboriosamente enterrados.
Cabezas Olmecas
La herencia escultórica, por excelencia, de la civilización olmeca son las llamadas Cabezas Olmecas. Se trata de enormes esculturas extraordinariamente talladas, de alrededor de 20 toneladas de peso.
En cuanto al método constructivo, como no existían aún los metales duros, deben haberlas tallado golpeando piedra contra piedra. Como lograron semejante nivel de detalle, expresionismo y simetría con tan rústicas herramientas, es un absoluto misterio.
Por otro lado, las colosales cabezas fueron esculpidas en grandes piedras de basalto extraídas de la Sierra de los Tuxtlas de Veracruz, a unos 100 Km de distancia. Como los Olmecas no conocían la rueda, deben haber movido los enormes y pesados bloques a pura fuerza, atravesando los terrenos pantanosos de zona de La Venta. Con que medios se valieron para mover piedras brutas de más de 20 toneladas de peso, es otro de los enigmas que nos plantean los Olmecas.
Cada cabeza tiene un diseño único, tanto de su rostros como su casco y accesorios. Son cabezas que carecen de cuerpo y representan un tipo de raza negroide, con labios gruesos, nariz ancha y plana con ceño fruncido; y con ojos rasgados en forma de almendra más próximos a las razas orientales.
Por la presencia del casco de "batalla" en todos los casos, algunos expertos entienden que las cabezas representan a guerreros. Sin embargo, por el esfuerzo que supone tamaña empresa de cortar y trasladar los enormes bloques por 100 kms y atravesando pantanos, como así también el hecho de honrar al homenajeado tallando su rostro en piedra – demostrando una maestría artesanal inigualable – es pensable que no se tratarían de simples guerreros, sino más bien reconocidas personalidades de la sociedad olmeca, como gobernantes o sacerdotes.
La Cabeza de La Cobata es la cabeza más grande encontrada hasta el momento, con una altura de 3,40 mts. y un peso de 40 toneladas aprox. Tiene los ojos y la boca cerrados, motivo por el cual se cree que puede representar a un gobernante ya fallecido en el momento de su tallado.
Hasta la actualidad, se ha confirmado la existencia de 17 cabezas de piedra, todas dentro del corazón olmeca en la Costa Golfo de México, en los estados de Veracruz y Tabasco.
Si como aseguran los arqueólogos, los africanos jamás colonizaron México ni Centroamérica, en quien se inspiraron entonces los creadores de las cabezas colosales para tallar tipos de rostros que jamás habían visto?
Las cabezas olmecas no pueden ser datadas de un modo preciso, pero sí se pudo determinar que las cabezas de San Lorenzo fueron enterradas alrededor del 900 AEC, indicando que su período de manufacturación fue anterior.
Arte Olmeca
Las principales formas artísticas olmecas que sobreviven son las monumentales obras líticas y las pequeñas obras hechas de piedras preciosas. El arte olmeca es, en su mayoría, altamente estilizado y usa una iconografía que refleja un significado religioso.
Sin embargo, algunas de las obras de arte de los olmecas son sorprendentemente naturalistas, exhibiendo una relativa precisión a la anatomía humana, probablemente solo apenas igualada por el arte mesoamericano de la cultura Maya.
Resulta desconcertante encontrar representaciones de tipos raciales que supuestamente nunca han estado en contacto con los Olmecas. Tal es el caso de "El Luchador", con rasgos claramente caucásicos, y las representaciones de personas con tipología asiática, además de las Cabezas Colosales con los rasgos negroides.
Como se explica que sin conocer estas razas, sin jamás haber visto sus características físicas, puedan haberlas imaginado y luego representado con tal exactitud?
Cosmovisión
Las creencias religiosas de los olmecas estaban sustentadas en el politeísmo, con un gran número de dioses relacionados con la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los volcanes, etc. Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos animales de la zona.
El Dragón Olmeca: Es el dios de la cultura olmeca. Tenía los rasgos físicos de jaguar, serpiente y ave, y es el más visto en objetos como las hachas de jade.
Serpiente Emplumada: Se cree que la representación mitológica de la serpiente que se puede encontrar constantemente en Mesoamérica, tuvo su origen entre los Olmecas.
En tradiciones posteriores, Quetzalcoatl (serpiente emplumada) fue conocido como el inventor de los libros y calendarios, el dador del maíz a la humanidad, y algunas veces como símbolo de muerte y resurrección.
Los Mayas le conocían como Kukulkán; los quiché como Gukumatz. Los Toltecasretrataban a la serpiente emplumada como Quetzalcóatl, el rival de Tezcatlipoca. El arte y la iconografía demuestran claramente la importancia de la deidad de la serpiente emplumada en la cronología mesoamericana, así como en el arte olmeca.
El Jaguar: Existe un mito olmeca que dice que un jaguar copuló con una hembra humana y así dio nacimiento a estos "hombres-jaguar", representados como niños jóvenes y adultos masculinos. En la mitología maya, se creía que los Bacabob eran dioses jaguares. Estos eran los cuatro hijos de los dioses, Itzamná e Ixchel. Los Bacabs sostuvieron el cielo en cada una de las cuatro direcciones.
Sobre la meditación
Es llamativo el hallazgo de estatuillas dentro del área de influencia olmeca, representando situaciones similares a la meditación y el Despertar del Tercer Ojo.
Otra obra, denominada "El Acróbata", perteneciente a la cultura de Tlatilco (la cual estuvo dominada e influida por los Olmecas) remite directamente a la práctica de yoga.
Las estatuas de los "Dignatarios" gemelos parecerían estar haciendo alusión al punto de la frente del Tercer Ojo.
La estatua del Gobernador tiene un accesorio en la cabeza similar al de los "Dignatarios" pero además parece estar en una pose tipo Flor de Loto.
Paralelismos
El detalle del tocado de la cabeza de las esculturas de los "Dignatarios" tiene un gran parecido a los de los faraones egipcios, quienes también resaltaban el punto en la frente del Tercer Ojo.
Resulta asimismo interesante notar que la figura del jaguar/dragón olmeca es muy similar a una representación de Gobekli Tepe, Turquía, de 9.000 AEC.
Existe en La Venta una escultura que contiene a un personaje con un "casco" (que representa las fauces de un jaguar), y que por su espina dorsal pareciera ascender una serpiente, tal como la energía Kundalini. Este personaje tiene además, lo que parecería ser un balde en su mano, cuyo significado en la cultura olmeca no está definido.
Este balde es muy similar a aquellos representados en los relieves asirios, cultura en la que se los denominaba banduddû. En dicha cultura, este balde contendría una suerte de "agua bendita", representando el "Agua de la Vida", el "Caldo de Cultivo" primigenio, y sería utilizado en ritos de purificación.
Este "Agua de la Vida", en la cultura maya, sería parte de la ofrenda ritual para el despertar de la conciencia, permitiendo al hombre recuperar su conocimiento inicial el cual habría sido tomado por los dioses luego de crear al "hombre de maíz", según el Popol Vuh.
Es de destacar que en el yacimiento arqueológico de Jiroft (en la actual Irán) se han encontrado gran cantidad de objetos artesanales, muchos de ellos representando al jaguar y la serpiente, y particularmente, se han hallado varios baldes como el de los relieves y la escultura de La Venta.
Y acaso el balde también podría estar representado en un pilar de Gobekli Tepe:
El culto principal de la civilización Jiroft era a la serpiente y al jaguar, tal como en el territorio de Veracruz y Tabasco, y luego, extendido a todo Mesoamérica.
Pero volviendo a la imagen del balde con el ave apresando a las serpientes, la misma nos remite a la historia de los Mexicas (Aztecas) y a la fundación de Tenochtitlan. Según su mitología, Huitzilopochtli ordenó a su pueblo que sólo fundarían su reino donde vieran un "águila parada sobre un nopal devorando una serpiente".
Por esto es que, en la actualidad, el escudo de México presenta un águila y una serpiente:
Hipótesis heterodoxa
De acuerdo a un libro llamado "Los Olmecas La Civilizacion Sagrada Que Llego Por Mar", que propone como alternativa a la teoría oficial, los llamados Olmecas habrían llegado por mar a Mesoamérica, hace más de cinco mil años, provenientes de Mesopotamia, Medio Oriente. Por más imaginativa que parezca esta idea, no deja de tener algunos puntos atendibles.
La versión sintetizada de esta hipótesis plantea que la historia de los llamados Olmeca se remonta al año 8.000 AEC, como el grupo dominante de su ciudad de origen, Tell Halaf (sede de la Cultura Halaf, en lo que actualmente es Irak y Siria), ciudad a la que llamarían de "los que fueron hechos para adorar". La Cultura Halaf es la antecesora de la cultura de El Obeid, la cual es considerada como el primer estadio de la civilización sumeria.
Estos Olmecas originarios, al igual que los sumerios, se habrían llamado a sí mismos "el pueblo de cabezas negras" (sag–giga), lo que podría explicar la creación de las Colosales Cabezas Olmecas de rasgos negroides en territorio tabasqueño y veracruzano, con el propósito de inmortalizar su raza y orígenes.
Un sector opositor a los "Cabezas Negras" habría iniciado una revolución tomando el poder de Tell Halaf. Ese nuevo grupo gobernante habría sido el origen de la cultura de El Obeid, que evolucionaría luego en la civilización sumeria.
Expulsados de su territorio, los "Olmecas/Cabezas Negra" habrían vagado por el desierto hasta que, en una región de lo que hoy es Irán, iniciaron una nueva ciudad que en los textos sumerios sería Aratta, y actualmente sería justamente la Civilización de Jiroft, en la que se encontraron las artesanías con motivos de serpientes y jaguares.
Posteriormente y probablemente perseguidos, los Olmecas habrían dejado las tierras de Jiroft para embarcarse en una travesía mayor, viajando por mar hasta las costas del actual territorio de México, a donde llevarían todos sus conocimientos, creencias y organización, y la traspasarían a las civilizaciones que la sucederían como la Maya.
Un ejemplo de esta importación de creencias y objetos de oriente podría ser el balde de la escultura de La Venta, idéntico al de las representaciones asirias (herederos de la cultura sumeria), o también los tocados de la cabeza similares a los egipcios.
Los Mormones y los Olmecas
Otra linea de pensamiento, en algún punto similar a la anterior pero incompatible con la misma, propone que el relato de los Mormones (Santos de los Últimos Días o LDS) se basa en la civilización Olmeca.
Su fundador, Joseph Smith, habría tenido una serie de visiones (en la década de 1820) en las cuales se le indicó donde encontrar unos antiguos registros, escritos sobre planchas de oro, que contenían un compendio histórico de la América antigua. En tales documentos se afirmaba que un profeta llamado "Mormón" había trascrito, hacia el año 344, los registros de los descendientes de un grupo de inmigrantes, provenientes de Israel, que llegaron navegando a América en el año 600 AEC y que dieron origen, en todo o en parte, a los pobladores amerindios encontrados allí por los colonizadores posteriores.
Más allá de la cuestión de fe, de creer o no en las visiones de Smith, el punto es que efectivamente se han encontrado en América objetos originarios de distintas regiones de Asia, incluidas placas en hebreo (cuya veracidad está en discusión). Al continuación algunas de ellas:
También se han hallado en la Cueva de los Tayos (Ecuador), láminas metálicas escritas en lenguas indescifrables.
En la misma Cueva de los Tayos se han encontrado cientos de fabulosas piezas arqueológicas de varias regiones de Mesopotamia, incluida una representación del Apkallu asirio con el "balde de la vida":
Por otra parte, se ha hallado en territorio boliviano una vasija, actualmente llamada "Fuente Magna", que en la parte exterior contiene algunos bajorrelieves zoomorfos (de origen tihuanacoide), mientras que en el interior, además de una figura antropomorfa, hay incisos dos tipos de escritura: una es quellca, idioma de la civilización Pukara, antesesora de Tiwanaku, y la otra proto-sumeria.
El Libro de Mormón describe tres civilizaciones densamente pobladas, semialfabetizadas y tecnológicamente avanzadas. El documento describe principalmente a los nefitas y los lamanitas que estuvieron en el continente americano desde el 600 AEC hasta el 400. También describe el ascenso y la caída de la nación jaredita, que existió en América desde la época de la Torre de Babel (que muchos eruditos estrictos de la Biblia datan entre el 3100 AEC y el 2200 AEC) hasta el 400 AEC.
Esto llevó a pensar que civilizaciones mesoamericanas como los olmecas, mayas y zapotecas, que florecieron aproximadamente durante el periodo de tiempo cubierto por Libro de Mormón, pudieron haber sido los pueblos mencionados en dichas obras, siendo los Olmecas el equivalente de los Jareditas.
Los Jareditas fueron descendientes de Jared, su hermano, y otros integrantes justos de su familia. La cronología de su historia es: 2700 AEC Jared, su familia y amigos viajan a las Américas; 2630 AEC Se establece la ciudad de Morón; 2430 AEC La población de Morón es diezmada por causa de las guerras, treinta sobreviven; 2290 AEC Se construyen ciudades; 2160 AEC La sequía disminuye la población; 1070 AEC Una guerra civil divide el reino; 1010 AEC Guerras, hambruna, pestes; 740 AEC Guerra civil; ~600 AEC Batalla final, Éter y Coriántumr únicos sobrevivientes.
Después de la batalla final de los Jareditas, tan sólo dos hombres sobreviven, el profeta Éter y el líder militar Coriántumr. Éter registró la historia de su pueblo y escribió sobre su eventual destrucción. No existe registro de su muerte. Coriántumr, seriamente herido, sobrevivió a la batalla final, y permaneció con el pueblo de Zarahemla por "nueve lunas".
Un grupo de Nefitas encontró el registro de Éter de los Jareditas y lo guardó con los registros del pueblo Nefita. Más tarde, el último de los profetas Nefitas, Moroni, recogió el registro del pueblo Jaredita y lo incluyó en su registro. Cientos de años después, Joseph Smith dijo que fue visitado por el ángel Moroni quien le indicó dónde encontrar estos registros. Joseph encontró estos registros y los tradujo en lo que en la actualidad, es conocido como El Libro de Mormón.
Las similitudes que algunos encuentran entre las civilizaciones Jareditas y la civilización que los arqueólogos llaman Los Olmecas, son:
- Hasta aproximadamente el año 2000 AEC los Jareditas lucharon por establecer su supervivencia. Descubrimientos arqueológicos sostienen que los Olmecas hasta ese momento eran sencillos.
- Desde el año 2000 AEC hasta el año l500 AEC los Jareditas hicieron adelantos significativos, construyeron muchas ciudades y una ciudad capital en las montañas llamada Morón. Existe una ciudad con características similares en el valle de Oaxaca y la arqueología ha encontrado restos de alfarería, áreas de agricultura y villas establecidas correspondientes a este período.
- En el año 1500 AEC los Jareditas construyeron una ciudad llamada Lib. Hallazgos arqueológicos Olmecas han descubierto una ciudad cerca de San Lorenzo que se inicia en el mismo período, con la misma organización social y la hechura de monumentos que coinciden con lo registrado en el Libro de Mormón.
- En el año l070 AEC ocurrió una Guerra civil en el tiempo de Com mencionada en el Libro de Mormón. Esto coincide exactamente con una guerra civil a la que los arqueólogos atribuyen la destrucción de la ciudad de San Lorenzo.
- Los siguientes años de la cultura Jaredita fueron decadentes y de iniquidad. Los Olmecas durante este período desarrollaron una cultura enfocada en riquezas y fortunas. Ellos esclavizaron a mucha gente para construir monumentos gigantescos.
- Por el año 600 AEC la cultura Jaredita fue destruida en una última batalla. Los arqueólogos situaron la destrucción del pueblo Olmeca en el año 601 AEC.
- Se detalla que la última batalla del pueblo Jaredita ocurrió en una montaña. La última batalla del pueblo Olmeca ocurrió en el Cerro Vigía y tiene mucha consistencia con la descripción del lugar dada en el Libro de Mormón.
La pista China
Para sumar una hipótesis más al tema, según varios autores incluyendo al profesor de estudios chinos de la Texas Christian University, Mike Xu, los Olmecas provienen nada menos que de la antigua China.
Según esta corriente, algunos años después de la caída de la dinastía Shang de China (1766 AEC – 1122 AEC), cuando los Zhou derrocaron a los Shang, el hijo del emperador condujo a 25 mil adeptos hacia el Océano oriental. Según Mike Xu, los primeros Olmecas pudieron llegar a la costa americana gracias al curso marítimo natural llamada Corriente Negra. La idea no suena tan descabellada si se tiene en cuenta que la flota marina china era la mas avanzada en aquella época.
Este argumento se apoya en los indicios escritos dejados por los Olmecas en objetos decorativos como jarrones, alfarería y estatuas. Mike Xu encontró que ciertas palabras eran exactas a las usadas en la dinastía Shang tales como "sol, montaña, artesano, agua, lluvia, sacrificio, salud, plantas, riqueza y tierra".
La mayoría de los 146 caracteres usados por los Olmecas son exactamente los mismos a los usados en la escritura china primitiva. De hecho, cuando Xu mostró a algunos estudiantes universitarios que analizaban la primitiva cultura china, los artefactos Olmecas, estos pensaron que era escritura antigua china convencional.
Otro indicio es el hacha hallada en un sitio de ofrendas Olmeca de La Venta, en México. Esta contiene tallados los nombres de varios ancestros de los Shang y de los últimos doce emperadores que gobernaron desde su capital dinástica de Anyang de la ultima época Shang.
Esta hipótesis, que expone el descubrimiento de América 2.500 años antes de Cristóbal Colón, no descarta tampoco la llegada de los vikingos a las costas norteamericanas en el año 1000, ni la llegada de una inmensa flota china lideradas por el capitán Zheng He a las costas americanas en 1421 (70 años antes que Colón).
TEOTIHUACÁN
Teotihuacán, que en náhuatl significa:"La Ciudad de los Dioses" o "El lugar donde se hacen los dioses", es donde los conocimientos espirituales y materiales de los pueblos mesoamericanos generaron la más alta expresión arquitectónica, urbanística y artística del continente americano.
El complejo arqueológico
El complejo arqueológico, el cual tuve la posibilidad de visitar, es en verdad impactante. Si bien Teotihuacán está siendo investigada científicamente desde hace más de un siglo, sólo un 10% de las ruinas ha sido excavada hasta hoy, en un área de unos 20 kilómetros cuadrados aprox.
El complejo demuestra el alto grado de civilización que alcanzó la cultura que lo concibió, dejando como vestigios de la misma, algunas de las edificaciones prehispánicas más impresionantes del mundo, como la Pirámide del Sol (La segunda más grande de México), La Pirámide de la Luna, el Templo de Quetzalcóatl, entre otros, todos alineados alrededor de una gran avenida de más de 2 kilómetros que se ha dado por llamar "La Calle de los Muertos" (debido al gran número de pequeñas pirámides que se encuentran a su paso, lo que hizo creer a los primeros arqueólogos de la zona que se trataba de mausoleos).
Asimismo, además de las impresionantes pirámides, en esta zona arqueológica se encuentra el palacio de Quetzalpapalotl y varios murales muy bien conservados que nos narran la cosmogonía de esta cultura.
La ciudad de Teotihuacán estaba estructurada por amplias calzadas y poseía una eficiente provisión de agua y sistema de desagüe. Las pirámides, los templos y palacios estaban recubiertos de estuco y adornados con murales de colores vivos. Había edificios públicos y administrativos y diversos barrios residenciales.
Su historia
La historia de Teotihuacán se inicia cuando algunas de las pequeñas aldeas agrícolas del Valle de México empezaron a especializarse en la elaboración de diversos productos, que con el tiempo, empezaron a intercambiar con los pueblos vecinos. Se estima que hacia el año 200 AEC, esos pueblos se asentaron en la zona de Teotihuacán, aportando sus respectivas filosofías y conocimientos en la elaboración de joyas, vasijas y herramientas, lo que generó una gran efervescencia cultural y comercial que, con el pasar de los años, motivaría que la influencia de la cultura teotihuacana se extendieran por todos los rincones de Mesoamérica.
La ciudad de Teotihuacán se desarrolló para pasar a ser el centro urbano más complejo y poblado de la región, entre el siglo III y el siglo VI, consolidándose como una verdadera "superpotencia" cultural y económica.
La civilización de Teotihuacán llegó a su fin hacia el siglo VII, período en el cual la ciudad fue arrasada por el fuego, con causas poco claras todavía. Después de este trauma, la ciudad continuó habitada durante un siglo, luego del cual el lugar fue definitivamente abandonado.
Es un misterio las razones por las que abandonaron la ciudad. Las hipótesis sobre la desaparición de su población incluyen un incendio devastador, la invasión de alguna tribu y factores climáticos desfavorables como una sequía.
La enigmática población teotihuacana
La cultura originaria de Teotihuacán no ha dejado documentos escritos de ningún tipo, por lo cual no hay información directa que nos hable de sus costumbres o creencias. De hecho, no se conoce siquiera el nombre de ningún gobernante de Teotihuacán. Todo lo que se sabe de ellos es en realidad una inferencia sobre la base de la interpretación de los objetos que allí se han encontrado, además de otras fuentes indirectas.
Esto contrasta visiblemente con los Mayas, cuya historia y dinastías están bien documentadas. Los Mayas erigieron estelas con inscripciones que glorificaban su gobierno y registraban los acontecimientos sobresalientes de su vida.
Más aún, se desconoce quienes fueron realmente los teotihuacanos, cual era su filiación étnica, y hasta como se llamaban a sí mismos, ya que de hecho fueron los Mexicas (Aztecas) quienes dieron a la urbe el nombre de Teotihuacán, que en lengua nahuatl significa la "ciudad de los dioses" o "el lugar en el que fueron creados los dioses", por el asombro que les generó al descubrirla. Luego, por extensión, a sus pobladores se les denominó teotihuacanos.
Cuando los aztecas llegaron desde el norte al altiplano central de México, en la primera mitad del siglo XIV, encontraron la ciudad ya abandonada y en ruinas. Para ese momento ya hacía muchos siglos que los teotihuacanos habían desaparecido (siglo VII), dejando para siempre a sus templos y a su magnífica ciudad. Aquí sí hay una fuerte similitud con los Mayas, quienes en el siglo IX también dejaron sus centros urbanos.
La Pirámide del Sol
La Pirámide del Sol es el mayor edificio de Teotihuacán y el segundo en toda Mesoamérica, sólo detrás de la Gran Pirámide de Cholula. Se levanta a 65 metros, cuenta con 365 escalones, sobre una base casi cuadrada (222 x 225 m), y está orientada hacia el poniente. Aunque en su cima se piensa que había una especie de templo, hoy en día la superficie de la estructura está vacía, posibilitando una vista de 360 grados.
Casi 2.000 años después de ser construida, la pirámide del Sol sigue siendo un enigma. Nadie sabe con certeza para qué la edificaron, y ni siquiera se conoce cuál era su nombre original.
Cuando los aztecas llegaron a Teotihuacán solo vieron un lugar abandonado. Creyeron que en esta ciudad se había creado el Quinto Sol, o el mundo como lo conocemos hoy, y que para conmemorar este hecho se habían erigido las pirámides que bautizaron como la del Sol y de la Luna.
Al igual que otros monumentos y ciudades ancestrales, como Stonehenge, Gobekli Tepe, La Venta, Caral, Tiahuanaco, Nan Madol, entre tantas otras, la Pirámide del Sol fue cubierta con tierra, presumiblemente antes de ser abandonada. Y así fue que durante mucho tiempo la pirámide del Sol estuvo oculta bajo un montón de tierra y árboles.
Las tareas de remoción, en las que se retiraron miles de toneladas de tierra, llevaron 5 años (1905/1910). Toda la superficie de la pirámide estaba cubierta por una capa de 4 metros de tierra. Según narran las crónicas de la época consultadas por el arqueólogo Rubén Cabrera, durante las primeras excavaciones oficiales, la pirámide parecía un cerro.
En esa época, como parte de la celebración del centenario de la independencia de México, el presidente Porfirio Díaz encomendó al arqueólogo y ex-militar Leopoldo Batres despejar totalmente la pirámide, quien, ante el apuro, decidió usar dinamita para extraer la tierra que cubría la pirámide. A causa de las explosiones, la pirámide se deformó y obtuvo una inclinación de 10 grados en su eje. Además, Batres tuvo la idea de adosarle escaleras a la pirámide para que el Presidente Porfirio Díaz pudiera subir y comprobar los avances de la "restauración".
Durante la exploración de la pirámide encontraron grandes cantidades de mica.La mica es un mineral del grupo de los silicatos, compuesto por unas hojuelas brillantes, elásticas y extremadamente delgadas, muy resistente a la electricidad, convirtiendo a este material en un potente aislante eléctrico. Aprovechando la oportunidad, el arqueólogo hizo desmantelar la mica de la pirámide y la vendió.
Lo extraño del uso que le dieron a la mica es que no se encontraba en la superficie de la pirámide sino capas interiores, por lo que no era visible desde el exterior. Este presupone que no contenía ninguna función estética sino más bien una funcional, y teniendo en cuenta sus propiedades aislantes deja pensando el propósito de toda la pirámide.
Por otro lado, la mica hallada no era de origen local sino que fue importada, y de acuerdo a la composición de los restos hallados, se pudo identificar que su origen es nada menos que Brasil.
En 1971 Jorge Ruffier Acosta encontró un túnel bajo la pirámide, cuyo acceso se encuentra frente a la plataforma adosada. El túnel, de origen artificial (no natural), posee un tiro de 6.5 metros y se extiende unos 100 metros en dirección al centro del edificio, donde termina con una cámara en forma de cuatro lóbulos.
Linda Manzanilla, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que el túnel fue excavado antes de la construcción de la pirámide. Para ella, también está relacionado con la representación del inframundo en las culturas mesoamericanas. Cuando se exploró el túnel se encontraron restos óseos humanos y materiales de origen tolteca y mixteca, grupos que posiblemente saquearon el lugar en épocas posteriores al abandono de Teotihuacán.
Cien años después de los primeros trabajos arqueológicos en Teotihuacán, se siguen realizando descubrimientos, como el caso de la escultura de Huehuetéotl, dios del fuego, que fue encontrado en un pozo oculto sobre la cima de la pirámide en tiempos recientes.
La calzada de los Muertos
La calzada de los Muertos o Miccaohtli constituye el eje norte-sur de la ciudad de Teotihuacán. Actualmente tiene una longitud de aproximadamente dos kilómetros, aunque las investigaciones de Millon indican que podría haber alcanzar los tres kilómetros. Este eje comienza en la plaza de la Luna y se prolonga hacia el sur a La Ciudadela. La anchura de esta gran vía es de 40 metros y su eje está desviado ligeramente hacia el noreste, 15º 30' respecto al norte geográfico.
La pirámide de la Luna
La pirámide de la Luna tiene una altura de 45 metros, pero aún siendo de menor tamaño que la Pirámide del Sol, se encuentra a su misma altura por haber sido edificada sobre un terreno más elevado. La pirámide de la Luna es uno de los edificios más antiguos de Teotihuacán.
El palacio de Quetzalpapálotl
El palacio de Quetzalpapálotl (en náhuatl: quetzalli-papálotl, 'Mariposa-quetzal, mariposa de plumas, mariposa preciosa') es una edificación que fue vivienda de la élite teotihuacana. Más específicamente, se ha propuesto que fue la residencia de los principales sacerdotes de Teotihuacán.
Las columnas de piedra están talladas profusamente con representaciones de mariposas y plumas de quetzal, de ahí el nombre del palacio. En el tiempo que estuvo en funciones esta edificación, los relieves en las columnas fueron policromados.
Templo de Quetzalcóatl
El Templo de Quetzalcóatl, cuya construcción se estima del año 200, es la construcción principal de la plaza de la Ciudadela. Su descubrimiento es de 1920, momento en que el templo se encontraba soterrado por una pirámide de paredes lisas, sin ningún tipo de ornamentación.
Tiene representaciones de Quetzalcóatl y de otra deidad que, según algunos, se trata de Cipactli ("cocodrilo"), personaje muy importante de la mitología ya que con él se representaba el primer día del calendario lunar de 260 días. Estos relieves se distribuyen en los tableros del edificio por sus cuatro costados; el número de las esculturas se relaciona con los días del año.
Magistralmente los cuerpos de las serpientes más cercanas a la escalera quedan de tal modo que sus cabezas emergen en las alfardas de la escalinata.
Este edificio se caracteriza (al igual que la pirámide del Sol) por estar orientado al poniente, con una gran plataforma al frente que lo aísla del resto, dándole así un carácter más privado y constituyéndose en un espacio sagrado en relación con el espacio circundante.
Todo el edificio estuvo pintado de diversos colores (rojo, verde, ocre) y en su totalidad está construido de piedras duras.
Excavaciones arqueológicas demostraron grupos de entierros humanos en los cuatro extremos del monumento, cuyo sacrificio se relaciona con rituales agrícolas. Todos los individuos, hombres y mujeres, tenían las manos atadas a la espalda y algunos llevaban collares con piezas en forma de mandíbulas. En el centro del edificio se encontraron alrededor de veinte cuerpos, un verdadero tumulto funerario.
Desde 2010, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia están explorando un túnel que ha sido hallado frente al Templo de Quetzalcóatl, el cual se ha conservado intacto, tal como ha sido sellado hace 1800 años.
En el mismo se encontraron gran cantidad de objetos a modo de ofrenda ritual. Hallaron unos 60 mil objetos, entre utensilios de barro, conchas marinas y figurillas antropomorfas.
Se desconoce cuándo se cavó el túnel pero sí se sabe que se clausuró hacia los años 200 a 250, es decir, que es preexistente a la construcción de La Ciudadela. El túnel se extiende unos 100 metros, a 18 metros de profundidad, y presenta 3 cámaras que se ubican antes de la ofrenda.
De acuerdo con los investigadores, hay indicadores de que no sólo se trata de un túnel para depositar ofrendas, sino que es una metáfora del inframundo.
Según los mitos prehispánicos, la entrada al inframundo se realiza del Oeste al Este, considerado este último un lugar de abundancia. Basados en esta información, los arqueólogos proponen que en la cosmovisión teotihuacana el Sol sale por el Este, hace su recorrido hasta el cenit y comienza su descenso hasta entrar imaginariamente al inframundo, que sería el túnel, para volver a surgir en la cúspide del Templo de la Serpiente Emplumada.
En 2015 el equipo arqueológico de investigación halló grandes cantidades de mercurio en una cámara ubicada en el extremo del túnel, bajo la pirámide.
Los arqueólogos creen que las características brillantes del mercurio podrían haberle dado un significado sobrenatural para rituales. Se cree que el mercurio pudo haber sido usado para simbolizar un río celestial, una imagen que remite a la Vía Láctea o, en diversas culturas, a ríos del inframundo ligados a los procesos espirituales de la muerte, los cuales debe atravesar el alma para poder conseguir la vida eterna.
Esta concepción, recurrente en culturas prehispánicas y egipcias entre otras, hace pensar que la presencia de mercurio sea en honor a algún antiguo gobernante, cuyos restos bien podrían estar enterrados dentro de la pirámide.
Más allá que anteriormente ya se había encontrado este metal en pequeñas cantidades en otros sitios de América Central (dos mayas y uno olmeca), es realmente asombroso que también se ha encontrado mercurio dentro de la Gran Pirámide del Emperador Qin Shi Haung, en Xi'an, China.
Es difícil imaginar que estas complejas simbologías puedan ser elaboradas idénticamente por ambas culturas, sin ningún contacto entre ellas. Otra muy particular similitud entre ambos casos es que Qin Shi Haung era llamado el Emperador Dragón, que en definitiva, no es otra cosa que una serpiente emplumada, es decir, Quetzalcóatl.
Un video del túnel del Templo de Quetzalcoatl:
Los registros aztecas
Los Aztecas pasaron por Teotihuacán durante su éxodo desde Aztlan (lugar de garzas), buscando un lugar donde establecerse. Para los aztecas se trataba de un lugar sagrado y en su mitología se lo identifica como el lugar donde los dioses se reunieron para dar origen a Nahui Ollin, el Quinto Sol (o época actual). Según el texto "Primeros memoriales", de Bernardino de Sahagún:
Cuando aún era de noche, cuando aún no había día, cuando aún no había luz, se reunieron, se convocaron los dioses allá en Teotihuacán.
Dijeron, hablaron entre sí:
—«¡Venid acá, oh, dioses! ¿Quién tomará sobre sí,
quién se hará cargo de que haya día, de que haya luz?»
De acuerdo con las fuentes coloniales, los nahuas pensaban que Teotihuacán había sido construida por los Quinametzin, una raza de gigantes que habían llegado desde el cielo en tiempos del Segundo Sol. Según el mismo texto de Bernardino de Sahagún:
Y lo llamaron Teotihuacán,
porque era el lugar donde se enterraban los señores.
Pues según decían: «Cuando morimos,
«no en verdad morimos, «porque vivimos, resucitamos,
«seguimos viviendo, despertamos. «Esto nos hace felices»
[…] Decían: «se hizo allí dios», quiere decir que allí se murió.
La alineación del complejo
Otro de los misterios de los constructores de Teotihuacán son los sofisticados conocimientos matemáticos y astronómicos demostrados en la construcción y alineación de sus grandes avenidas y templos, en una cultura que ha sido considerada por los arqueólogos como primitiva y carente de un elemento tan básico para el desarrollo de la civilización como la escritura.
Adrian Gilbert propuso que existiría una posible correlación entre la alineación de las pirámides de la Luna, el Sol y el Templo de Quetzalcóatl con las tres estrellas del cinturón de Orión, tal como sucedería asimismo con las Pirámides de Gizeh en Egipto.
Cholula
Asimismo, los teotihuacanos han dejado su huella en la Gran Pirámide de Cholula, también llamada Tlachihualtépetl ("Cerro hecho a mano" en lengua náhuatl), el cual estuvo dedicado al dios Chiconaquiahuitl (Dios de las nueve lluvias).
Se trata de la pirámide más grande del mundo con 400 metros por lado, y aunque sólo cuenta con 65 m de altura (similar a la pirámide del Sol en Teotihuacán que tiene 64 m) es la pirámide de mayor volumen con 4,5 millones de m3 (la pirámide de Giza tiene "solo" 2.6 millones de m3, con más del doble de altura).
La pirámide de Cholula es en realidad el producto de siete pirámides superpuestas, construidas una sobre la otra, de las cuales los teotihuacanos habrían participado únicamente de la última, siendo las fases anteriores pertenecientes a otras culturas.
La construcción del templo de Chiconaquiahuitl (dios de las nueve lluvias) se realizó a lo largo de varias generaciones. Dio inicio en el siglo II AEC, y concluyó a la caída de Teotihuacán, que fue la última cultura prehispánica que imprimió su sello en el gran basamento (900 – 1100), antes de la llegada de los españoles.
Hacia el año 100, la pirámide de Cholula era utilizada por los teotihuacanos por motivos rituales o ceremoniales, después, la pirámide fue utilizada por etnias Toltecas y Chichimecas, y posteriormente, con el dominio Azteca en México, fue dedicada al culto de Quetzalcóatl.
Se estima que el complejo urbano que se había desarrollado en los alrededores se acercaba a casi 100.000 habitantes hacia el año 200, siendo así la segunda ciudad de Mesoamérica después de Teotihuacán.
La apariencia actual de la gran pirámide es la de un cerro en cuya cima se encuentra una iglesia católica, dedicada a la Virgen de los Remedios, construida en 1594. Debido a que el templo católico ha sido declarado patrimonio histórico de la nación mexicana, la pirámide prehispánica no ha podido ser excavada en su totalidad.
El nombre Cholula deriva del vocablo náhuatl Cholollan, que significa "agua que cae en el lugar de huida", y tiene que ver con la llegada a este valle de los grupos toltecas que fueron expulsados de la antigua Tula, quienes convirtieron a la gran Cholollan en una Ciudad Sagrada y en uno de los más importantes centros ceremoniales de Mesoamérica.
Para el 1300, Cholula fue abandonada por los toltecas y, para principios del s. XVI, los cholultecas eran tributarios privilegiados de tenochtitlan. Hacia 1519, los recién llegados españoles, realizaron la matanza de Cholula, un ataque realizado por Hernán Cortés en su trayectoria a la ciudad de México-Tenochtitlan.
De acuerdo con los cronistas y con el propio Hernán Cortés, se trató de una acción preventiva a la sospecha de una posible emboscada dentro de la ciudad de Cholula. El resultado fue la muerte de 5000 o 6000 cholultecas, en su mayoría civiles desarmados en un período no mayor a seis horas.
Excavaciones arqueológicas encontraron gran cantidad de restos humanos al estilo teotihuacano, además de una notable cantidad de cerámica de las culturas de Tula y Teotihuacán. Hoy el misterio de Cholula sobre quiénes fueron los verdaderos constructores, permanece irresoluto.
Según la mitología, Cholula fue construida por el gigante Xelhua, que logró salvarse del Diluvio. A continuación, un extracto de la obra Cholula 2000 tradición y cultura del escritor Rodolfo Herrera Charolet (1995):
LOS MAYAS
Los Mayas son un grupo de pueblos indígenas mesoamericanos que han habitado en los estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en regiones de Belice y Honduras.
El pueblo Maya propiamente dicho, el más conocido y que da nombre a todo el grupo, ocupaba la península de Yucatán, y junto con otros pueblos como los Quichés, formaban parte de una civilización que, en muchos aspectos, alcanzó las más elevadas cotas de desarrollo entre los indígenas de todo el área mesoamericana.
Los Mayas desarrollaron un nivel de conocimiento sobre matemática, astronomía y astrología de los más avanzados de todas las culturas antiguas. Fueron de hecho los primeros en conceptualizar y utilizar el número "cero". Su calendario solar es el más exacto de todos aquellos que han sido creados, puesto que no presenta más que 17,28 segundos de error con respecto al año tropical.
Curiosamente no conocían la rueda, pero sí fueron grandes arquitectos de pirámides y ziggurats, y sus escribas redactaban la historia y los mitos de su cultura, dejando registro de sus creencias y vivencias en su propia escritura maya, un sistema complejo pero versátil, en parte logográfico y en parte silábico.
Su historia
Los orígenes de la civilización Maya son objeto de discrepancias académicas en virtud de las contradictorias interpretaciones de los hallazgos arqueológicos. El período formativo comenzó, cuando menos, hacia el 1500 AEC.
Durante el período clásico, aproximadamente entre el 300 y el 900, los mayas extendieron su influjo por la zona sur de la península de Yucatán y el noroeste de las actuales Guatemala y Honduras. Se construyeron entonces los grandes centros ceremoniales como Palenque, Tikal y Copán. No se puede hablar de un imperio dado que no se sabe si, al momento de colonizar, impusieron su cultura o si fue un fruto de su organización en ciudades-estado independientes.
Extrañamente, durante el siglo IX, en plena expansión de su civilización, los Mayas meridionales abandonaron todo, incluso sus grandes centros urbanos en construcción, y desaparecieron.
Este acto de desaparición, como el de Keyser Soze en la película Los Sospechosos de Siempre, es comparable con el de los pobladores de Teotihuacán, así como de las ciudades olmecas de La Venta y San Lorenzo. Se habla de un colapso ecológico agravado por cierta sequía, en el que algunos emigraron a Yucatán, pero en realidad nadie tiene ni idea del porqué.
En el período postclásico, desde el 900 hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, la civilización maya tenía su centro en el norte de Yucatán. La migración tolteca de los itzáes, procedentes del valle de México, impactó fuertemente en sus estilos artísticos. Chichén Itzá, Mayapán y Uxmal fueron ciudades esplendorosas.
El Calendario Maya
Los Mayas eran astrónomos consumados, manejaban varios calendarios basados en los movimientos de los astros y lo hacían con tal precisión que eran, de hecho, más exactos que nuestro actual calendario gregoriano.
Un claro ejemplo de esto es que el año sideral, que representa el tiempo que tarda la tierra en completar su órbita alrededor del Sol, es de 365.242198 días, según la ciencia moderna. Mientras que nuestro Calendario Gregoriano requiere correcciones cada 4 años (el año bisiesto) ya que su año contempla 365.2425 días, el Calendario Maya consta de 365.242129 días, solo requiriendo ajustes recién cada 52 años, cuando celebraban la Fiesta del Fuego.
La precisión de sus calendarios deriva del hecho de que se basa en una cuenta continua e ininterrumpida de los días (Kin) a partir de un día inicial "cero", el cual lo ubicaron el 13 de agosto de 3114 AEC, probablemente señalando un evento astronómico significativo.
Para diferentes usos, los Mayas tenían dos calendarios: el Tzolk'in y el Haab.
El Tzolk'in es el calendario sagrado maya, y lo usaban para elegir días propicios para sembrar o cosechar, nombrar a sus habitantes y realizar rituales, entre otros usos. Es un ciclo "mágico" de energías que demarca a cada persona su quehacer, sus habilidades y sus debilidades, sus ciclos positivos o negativos, y en definitiva su propósito de vida.
Tzolkin, en maya significa "distribución de los días " (TZOL: Orden; KIN: Días), y conllevaba una ceremonia que se ejecutaba en el año astronómico nuevo.
El Tzolkin es un calendario de 260 días que surgen de multiplicar los 13 meses (Uinal) del año por los veinte días que tiene cada uno. Algunos sugieren que este calendario estaría relacionado con la órbita que describe el planeta Venus. Asimismo, el ciclo sinódico del planeta Marte es de 780 días, que es justamente 3 periodos de 260 días, es decir 3 tzolkines.
Las cuentas de los días (Kin) se escriben combinando números con glifos:
Los glifos y los nombres de los días (Kin) son:
El Calendario Haab tiene 365 días y consiste, al igual que en la actualidad, en el año solar, es decir, el recorrido de la Tierra alrededor del Sol. El año de 365 días está dividido en 18 meses (Uinal) de 20 días cada uno, y 5 días extras (Uayeb) que se consideraban de mal agüero.
En relación con los planetas como Venus, 104 haabs cuadran con 65 ciclos sinódicos de Venus y con 146 tzolkines. O en relación con Marte, 156 haabs cuadran con 76 ciclos sinódicos y 219 tzolkines.
Cada día se escribe usando un número del 0 al 19 y un nombre del Uinal representado por un glifo, con la excepción de los días del Uayeb que se acompañan de números del 0 al 4. Los glifos y nombres de los Uinal o meses mayas son:
La Rueda Calendárica es la combinación de los 2 ciclos, el tzolkín (de 260 días) y el haab (de 365 días), y consiste en un ciclo de 18,980 días, o 52 años gregorianos.
Los mayas determinaron como fecha de inicio de su calendario el 11 de Agosto de 3,114 AEC, que se correspondería con su mito de la creación. La cuenta de los días transcurridos a partir de esa fecha la denominaron la "Cuenta Larga" o "Serie Inicial". El período de 5,125 años que terminó en Diciembre de 2012 se conoce como el Gran Ciclo, es decir el tiempo total de la Cuenta Larga.
Valga la mención que el inicio de la Cuenta Larga antecede por mucho a la cronología de la cultura maya misma. Para algunos, este hecho sugiere que el calendario sería anterior a la civilización maya y tendría origen en un fuente más antigua, probablemente los Olmecas quienes tuvieron una fuerte influencia en la cultura maya. Asimismo, posteriormente el calendario maya habría sido adoptado por los Mexicas y plasmado en su Piedra del Sol.
Su cosmogonía
Los mitos cosmogónicos mayas conocidos son aquellos que se puede leer en los textos mayas coloniales. Los principales son el Popol Vuh de los Quichés (indígenas de Guatemala) y el Libro del Consejo, el Memorial de Sololá de los Cakchiqueles y los libros del Chilam Balam de los Mayas del Yucatán.
Los mayas erigían estelas para conmemorar fechas e hitos importantes. Durante el período clásico, las estelas fueron sustituidas por códices, que se escribían en papeles de corteza de árbol. Desgraciadamente, la mayoría de esos códices fue quemada por los misioneros y frailes quienes los consideraban paganos.
Después de la conquista se recopiló la tradición oral y se redactaron manuscritos donde se narran los acontecimientos más importantes. Se les conoce con el nombre de Chilam Balam (Chilam significa 'el que es boca' y balam significa 'brujo' o 'jaguar'), que era a su vez un sacerdote adivino de Maní de gran reputación.
Existen varios manuscritos Chilam Balam, siendo el más completo e importante el de Chumayel, donde aparece la famosa profecía del 4 Ahau 3 Kankín, regido por el Dios Sol, noveno Señor de la Noche, cuando se cumplirán 13 ciclos, 0 katunes, 0 tunes, 0 uinales y 0 kines, es decir, una nueva era.
El mito cosmogónico del Popol Vuh, el texto más completo de todos los pueblos maya, relata que los dioses creadores, sentados sobre el agua primitiva indiferenciada, y en un "tiempo estático", un momento de caos, decidieron crear el mundo con el fin de poblarlo con un ser consciente que tuviese por misión venerarlos y alimentarlos.
El proceso de la creación se relata de la siguiente forma:
… todo estaba en suspenso, todo tranquilo, todo inmóvil, todo apacible, todo silencioso, todo vacío, en el cielo, en la tierra... Sólo el cielo existía. La faz de la tierra no aparecía; sólo existían la mar limitada, todo el espacio del cielo. No había nada reunido, junto. … Solamente el agua limitada… Nada existía. Solamente la inmovilidad, el silencio, en las tinieblas, en la noche.
Sólo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, … estaban sobre el agua, luz esparcida. [Sus símbolos] estaban envueltos en las plumas, las verdes; sus nombres [gráficos] eran, pues, Serpientes Emplumadas. Son grandes Sabios. Así es el cielo, [así] son también los Espíritus del Cielo; tales son, cuéntase, los nombres de los dioses. … "Que eso sea. Fecundaos. Que esta agua parta, se vacíe. Que la tierra nazca, se afirme", dijeron. … Así hablaron, por lo cual nació la tierra. Tal fue en verdad el nacimiento de la tierra existente. "Tierra", dijeron y en seguida nació.
Esto guarda un asombroso parecido con los relatos míticos de la creación de una cantidad de civilizaciones ancestrales, particularmente con los de los sumerios, quienes describen que en un consejo de los dioses Anunnaki se decidió la creación del hombre con el único fin de trabajar por ellos y servirles.
Tanto en lo retórico como en el contenido, el texto resulta asombrosamente similar al relato bíblico:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada yvacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche.
Asimismo, es muy parecido a las primeras frases del Enuma Elish, el poema de la creación sumerio:
Cuando en lo alto, el Cielo no había sido nombrado, y la Tierra, abajo, aún no tenía razón: El primigenio Absû, que los engendró y el Caos, Tiamat, la que les dio a luz a ambos, sus aguas se entremezclaron. Cuando los campos no habían sido creados, y los pantanos no eran posibles de vislumbrar. Cuando ninguno de los dioses había sido llamado a existir, al no poseer todavía nombre, los destinos aún no estaban escritos. En ese instante, fueron creados los dioses en el seno de los Cielos.
Luego las divinidades mayas, por medio de la palabra, hacen emerger la tierra y seguidamente, los animales que la pueblan, que al no poder alabarlos ni adorarlos, deciden crear al Hombre. En sucesivas etapas, crean diversos individuos que luego destruyen dado que no resultan de su agrado. Los primeros fueron creados de arcilla, pero los destruyeron al resultar defectuosos físicamente; luego, los dioses crearon a seres de madera, pero al parecer carecían de espíritu y sabiduría, por lo que fueron eliminados por un Diluvio.
El Popol Vuh lo narra así:
De la tierra hicieron la carne. Vieron que aquello no estaba bien, sino que se caía, se amontonaba, se ablandaba, se mojaba, se cambiaba en tierra, se fundía; la cabeza no se movía; el rostro quedábase vuelto a un solo lado; la vista estaba velada; no podían mirar detrás de ellos; al principio hablaron, pero sin sensatez. En seguida, aquello se licuó, no se sostuvo en pie.
… Al instante fueron hechos los maniquíes, los muñecos construidos de madera; los hombres se produjeron, los hombres hablaron; existió la humanidad en la superficie de la tierra. Vivieron, engendraron, hicieron hijas, hicieron hijos, aquellos maniquíes, aquellos muñecos construidos de madera. No tenían ni ingenio ni sabiduría, ningún recuerdo de sus Constructores, de sus Formadores; andaban, caminaban sin objeto. No se acordaban de los Espíritus del Cielo; por eso decayeron. Solamente un ensayo, solamente una tentativa de humanidad. Al principio hablaron, pero sus rostros se desecaron; sus pies, sus manos, eran sin consistencia; ni sangre, ni humores, ni humedad, ni grasa; mejillas desecadas eran sus rostros; secos sus pies, sus manos; comprimida su carne. Por tanto no había ninguna sabiduría en sus cabezas, ante sus Constructores…
En seguida llegó el fin, la pérdida, la destrucción, la muerte de aquellos maniquíes, muñecos construidos de madera. Entonces fue hinchada la inundación por los Espíritus del Cielo, una «gran inundación fue hecha: llegó por encima de las cabezas de aquellos maniquíes, muñecos construidos de madera.
En este caso existe una fuerte analogía con el poema de Enki y Ninmah, el que aborda la cuestión de los prototipos humanos, con versiones "preliminares" fallidas:
Ninmah tomó arcilla de la cima del abzu en su mano, formó de ello primero a un hombre que no podía doblar sus manos, estaban estiradas hacia fuera y eran débiles… Segundo, ella formó uno que se volvió, hacia la luz, un hombre con los ojos constantemente abiertos… no podía pararse ni sentarse, no se podía sostener a sí mismo.
Además, aquí aparece el paralelismo del Diluvio el que podemos encontrar en prácticamente todas la culturas del mundo.
Finalmente, en un tercer intento, los dioses encontraron una materia sagrada, el maíz, que mezclaron con la sangre de la serpiente y del tapir (animales sagrados y simbólicos de la fecundidad y del agua), para formar un hombre nuevo consciente de los dioses y de su misión en la tierra.
Aquí encontramos otro inquietante paralelismo con el relato sumerio en el que la instrucción (por la palabra) para la creación del hombre, y luego de varios intentos fallidos, fue mezclar la arcilla con la esencia de un dios:
"Entonces, se inmolará un dios... Con su carne y su sangre, Nintu mezclará la arcilla: De este modo el dios y el hombre estarán asociados, Reunidos en la arcilla, ¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos! ¡Gracias a la carne del dios, Habrá en el Hombre un "alma".
Cabe agregar que en ambas civilizaciones, sumeria y maya, se consideraba a la serpiente como el linaje de los dioses.
Estos seres de maíz fueron brillantes, y en un primer momento agradaron a los dioses. Pero luego sus Creadores tomaron consciencia de lo sabios que resultaron esos hombres y temieron que aquellos seres pudieran llegar a ser como dioses mismos, por lo que decidieron limitar sus capacidades.
El Popol Vuh narra la creación y limitación de los "individuos de maíz", como sigue:
…los nombres de nuestras primeras madres, [primeros] padres. Solamente construidos, solamente formados; no tuvieron madres, no tuvieron padres;nosotros les llamamos simplemente Varones. Sin [la mujer] fueron procreados, sin [la] mujer fueron engendrados… Solamente por Poder [Mágico], solamente por Ciencia [Mágica], [fue] su construcción, su formación, por los Constructores, los Formadores, los Procreadores, los Engendradores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo. Entonces tuvieron apariencia humana, y hombres fueron; hablaron, dijeron, vieron, oyeron, anduvieron, asieron: hombres buenos, hermosos; su apariencia; rostros de Varones.
La memoria fue, existió. Vieron; al instante su mirada se elevó. Todo lo vieron, conocieron todo el mundo entero; cuando miraban, en el mismo instante su vista miraba alrededor, lo veía todo, en la bóveda del cielo, en la superficie de la tierra… Cuando miraban el mundo veían, igualmente, todo lo que existe en él. Numerosos eran sus conocimientos. Su pensamiento iba más allá de la madera, la piedra, los lagos, los mares. …y después dieron gracias a los Constructores, a Los Formadores. "Verdaderamente dos veces gracias, tres veces gracias. Nacimos, tuvimos una boca, tuvimos una cara, hablamos, oímos, meditamos, nos movemos: bien sabemos, conocemos lejos, cerca. Vemos lo grande, lo pequeño, en el cielo, en la tierra… Acabaron de conocerlo todo, de mirar a las cuatro esquinas, a los cuatro ángulos, en el cielo, en la tierra. Los de lo Construido.
Los de lo Formado, no escucharon esto con placer. "No está bien lo que dicen nuestros construidos, nuestros formados. Lo conocen todo, lo grande, lo pequeño", dijeron. Por lo tanto, celebraron consejo Los Procreadores, los Engendrados. "¿Cómo obraremos ahora para con ellos? ¡Que sus miradas no lleguen sino a poca distancia! ¡Que no vean más que un poco la faz de la tierra!
Serán como dioses, si no engendran, [si] no se propagan, cuando se haga la germinación, cuando exista el alba [?]; solos, no se multiplican. Que eso sea. Solamente deshagamos un poco lo que quisimos que fuesen… fue dicho por los Espíritus del Cielo, Así hablaron cuando rehicieron el ser de su construcción, de su formación. Entonces fueron petrificados ojos [de los cuatro] por los Espíritus del cielo, lo que los veló como el aliento sobre la faz de un espejo; los ojos se turbaron; no vieron más que lo próximo, esto sólo fue claro.
Así fue perdida la Sabiduría y toda la Ciencia de los cuatro hombres, su principio, su comienzo. Así primeramente fueron construidos, fueron formados, nuestros abuelos, nuestros padres, por los Espíritus del Cielo, los Espíritus de la Tierra. Entonces existieron también sus esposas, vivieron sus mujeres. Los dioses celebraron consejo. Así, durante su sueño, [los cuatro] recibieron mujeres verdaderamente bellas, quienes existieron con Brujo del Envoltorio, Brujo Nocturno. Guarda-Botín, Brujo Lunar. Cuando se despertaron, sus mujeres existieron: sus corazones se regocijaron al instante a causa de sus esposas.
Estos párrafos dejan algunas cuestiones en claro sobre la visión Maya respecto de la Creación: los primeros seres fueron engendrados artificialmente mediante el uso de la ciencia/magia (manipulación genética?) por los "Poderosos del Cielo"; estos primeros "ejemplares" tenían ambos órganos sexuales, tanto de hembra como de macho (primeras madres y padres), con capacidad de fecundarse a sí mismos (Serán como dioses si no engendran cuando se haga la germinación?); alcanzaron un alto nivel de conocimiento-iluminación; los Poderosos no tomaron esto a bien y decidieron acortarles la mirada, frenarles el entendimiento y por sobretodo sacarles la capacidad de autoreproducirse; y decidieron crear a la mujer para que la reproducción requiera una dependencia mutua de ambos géneros.
Llamativamente, la Biblia menciona exactamente lo mismo, indicando que Dios creó al hombre y a la mujer en el mismo acto (y se propone que en un mismo ser), para luego volver a crear a la mujer más tarde, a partir de Adán, y casualmente mientras él dormía.
Gén.1.27. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Gén.2.21/24. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre… ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Es interesante observar cómo en ambos casos el hombre es denominado "Varón", y que la creación de la mujer se da a partir de quitarle algo al hombre, para luego tener que ser "una sola carne" en la reproducción.
Por su parte, las interpretaciones místicas de la Cábala sugieren precisamente que Dios creó un ser que era a la vez macho y hembra, para luego separarlos y hacerlos dependientes entre sí. Según el Zepher Zóhar:
Cuando Dios quiso crear todas las cosas, Él empezó creando algo que era a la vez macho y hembra, y a éstos, a su vez, Él los hizo dependientes de alguna otra forma que es la vez macho y hembra.
A su vez, la idea de que haber alcanzado cierto nivel de conocimiento condenó a la humanidad a perder algo vinculado con lo sexual/reproductivo, y por obra divina, está presente en uno y otro texto.
Así como en el Popol Vuh, el haber alcanzado la sabiduría por parte de los hombres de maíz les valió la condena mencionada, en la Biblia hay un caso muy similar.
Cuando Eva y Adán comen el fruto del Árbol del Conocimiento, bajo influencia de la serpiente, acceden al conocimiento prohibido, y el castigo que inmediatamente Dios le impartió a Adán fue:
"Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya…"
Es decir que separará/fraccionará lo que antes estaba en armonía/unido. Además,
"A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos"
Lo que implica que, o bien antes paría sin dolor, o bien que no había siquiera parto. Finalmente, los confina fuera del huerto del Edén.
Los mitos de los Mayas antiguos de Yucatán, contenidos en los libros del Chilam Balam se distinguen por la forma, pero expresan la misma idea cosmogónica, y narran las creaciones y destrucciones cósmicas, transmitiendo las principales ideas cosmológicas de los Mayas.
En todos los mitos quichés como en los de los Mayas de Yucatán, los hombres de la última era, los hombres de maíz, son el resultado de un perfeccionamiento progresivo de prueba y error, en función de la materia con la que trabajaron.
La finalidad de las creaciones y destrucciones sucesivas sería precisamente la evolución de los hombres. Los hombres de la última era son diferentes, no solamente porque llevan en sí mismos otra sustancia sagrada, la sangre de los dioses, sino también por su nueva cualidad, la consciencia, que les revela su misión: subvenir a las necesidades de los dioses.
En las etapas sucesivas aparecen Soles diferentes que, como los hombres, son imperfectos y por esto mismo son destruidos. Por fin junto al hombre de maíz surgen el Sol y la Luna actuales, resultado de la apoteosis de dos héroes gemelos, Hunahpú e Ixbalanqué que habiendo jugado a pelota con los dioses de la muerte, mueren, y resucitan en el inframundo.
Los astros permanecen fijos en el cielo hasta el momento en que los hombres, recientemente creados, les ofrecen sacrificios humanos, entonces se inicia su rotación y comienza el tiempo profano, la historia de los hombres sobre la tierra. Los Mayas entendían que el tiempo era cíclico, como los Hindúes y los Chinos, y que en el orden temporal del universo se alternan períodos de caos y de inmovilidad.
Los Mayas consideran que el universo está formado por tres grandes extensiones: el cielo, la tierra y el mundo inferior, y que el mundo actual era sostenido por cuatro hermanos guardianes llamados Bacabes, localizados en los 4 puntos cardinales.
Los mitos mayas hablan también de Yaxché o Kapok, una gran ceiba verde dispuesta en el centro del universo, la "Gran Madre Ceiba", cuyas ramas se elevaban a los cielos y cuyas raíces penetraban en el inframundo, atravesando los tres planos.
Los Mayas, al igual que todas las demás culturas ancestrales, también tienen su Árbol de la Vida. Esta Gran Madre Ceiba representa el axis mundi, el centro de los 4 puntos cardinales y también representa la conexión entre los tres mundos: el inframundo, la tierra y los cielos. La cruz es el símbolo de este árbol de la vida.
Al desembarcar en Yucatán, los invasores españoles quedaron muy sorprendidos al ver grandes cruces verdes en la parte superior de los templos. Eso probablemente explica la poca resistencia a la imposición de la religión cristiana por los mesoamericanos: la cruz, el objeto de su adoración les permitía practicar su antigua religión al amparo de la fe cristiana.
La Estela 5 de Izapa, con el Árbol Cósmico en el centro, grafica los eventos de la Creación Maya narrados en el Popol Vuh, lo que nos indicaría que el universo mitológico maya perduró por más de 2 mil años.
En la Estela 5 se observa sobre el costado inferior derecho la creación de los seres de barro, junto al pie del árbol los seres de madera que carecieron de rostro y en la parte superior izquierda a un representante de los seres de maíz justo en el momento de recibir sobre su rostro el hálito divino que parcialmente los cegó.
En la escritura jeroglífica, las pirámides mayas fueron nombradas "Witz" y significa Montaña Mágica. Los "Witz" mayas tenían la función de comunicar a los seres humanos con los tres planos existenciales, el Cielo, la Tierra y el Submundo que los mayas nombraron Xibalbá, espacio divino donde germinaba la vida y era habitado por entidades divinas como el Dios Chak Xib' Chaak, el famoso Dios de la Lluvia y de las aguas subterráneas. El Popol Vuh cuenta que la creación de los seres humanos se desarrolló precisamente en un Witz llamado la Mansión de los Peces.
Deidades Mayas
La Religión Maya fue chamánica, sus fundamentos no se establecen con Dioses omnipotentes y castigadores sino con Entidades Divinas que, con la Palabra, crearon a los seres y a las cosas. Estas Entidades Divinas Creadoras tenían relación directa con los seres humanos, y de hecho, crearon a los hombres para que los veneraran y los evocaran. El árbol cósmico de la Estela era considerado como un vaso comunicante con las Entidades Divinas para invocar su presencia o ascender en un "viaje chamánico" al cielo, o descender al inframundo.
Los mayas tenían un Dios creador, al que llamaban Hunab Ku, pero el creador de los hombres era Itzamná, su hijo; un dios bueno, señor de los cielos, del día y de la noche.
Itzamná, también llamado Zamná, su nombre significa "casa de iguanas". Dios creador y supremo entre los mayas yucatecos. Era señor de los cielos, la noche y el día. Se le representa en los códices como un dragón celeste bicéfalo que vierte agua sobre la tierra; y también como un pájaro con rasgos de serpiente. En su forma antropomorfa se le representaba como un anciano de mandíbulas sin dientes, carrillos hundidos, con ojo grande y cuadrangular, nariz aguileña y algunas veces barbado. Se le atribuye la invención de la escritura, del calendario, la medicina y la agricultura, y por tanto, su origen se remonta a los principios de la historia maya. Itzamná era una deidad benévola, siempre amiga del hombre. Nunca se ve asociado con la destrucción o desastre, no aparece en los códices acompañado de los símbolos de la muerte.
Durante el siglo X los Toltecas traen a la región al Dios de la "serpiente emplumada" conocido como Quetzalcoatl, al que los mayas llaman Kukulkán. En Guatemala se llama Gucumatz, palabra idéntica en Quiche con sus otras apelaciones nativas.
Los mayas lo asociaban al planeta Venus y representaba al dios del viento. Es de notar que el nombre de Kukulkán es la exacta traducción de Quetzalcóatl: Kukul es el pájaro quetzal y kan significa serpiente. El nombre que los Tzendales (pueblo de habla maya instalado al Oeste del Yucatán) daban a Kukulkán no deja de llamar la atención: Votan o Uotán, como el dios germano Wotan, Wuotan o Voden, también conocido como Odín.
Inquietudes
No son pocas las inquietudes que nos dejan pensando los Mayas…
- Como lograron un conocimiento tan profundo y avanzado sobre astronomía?
- Cómo calcularon la duración del año tropical con un error de sólo 17 segundos?
- Cómo obtuvieron el ciclo de la órbita de Venus y Marte, que dejaron plasmado en sus calendarios?
- Como lograron la abstracción mental necesaria para definir el nº cero?
- Como pueden haber inventado una cosmogonía tan similar a la bíblica y a la sumeria, sin supuestamente tener ningún contacto con ninguna otra cultura fuera de Mesoamérica?
- Como lograron un estilo artístico tan sofisticado, estilizado y rico?
- Como desarrollaron un lenguaje propio tan gráfico, complejo y versátil?
- Cómo es que algunos elementos resultan tan similares a los egipcios?
Fuente:
- Popol Vuh – Libro del Consejo de Mayas Quichés – Mayas
- https://es.wikipedia.org/wiki/Cuenta_larg
LOS TOLTECAS
Fueron los primeros en hablar la lengua náhuatl, luego utilizada también por los Mexicas. Los Toltecas tuvieron un enlace especial con la cultura mexica, quienes quizás para afirmar su superioridad entre los pueblos de la zona, se proclamaron descendientes directos de los primeros. El nombre Tolteca en nahuatl quiere decir "maestros constructores", que era como los llamaban los Mexicas.
La historia de los Toltecas comienza con una leyenda que los describe como una tribu Chichimeca que viene del norte, a principios del siglo X, conducida por un rey llamado Mixcóatl, y que se establece en Culhuacán. No se sabe con exactitud si Mixcoatl existió o fue sólo leyenda, pero su hijo Topiltzin vivió realmente, y es el primer personaje de carne y hueso que aparece en la Historia de México.
Tras la caída de Teotihuacán, los toltecas convirtieron a Tula en el centro de mayor influencia del Altiplano Central mesoamericano, consagrándolo a su dios Quetzalcoatl. Con 16 km2 de extensión y uno 60.000 habitantes, fue un foco comercial y cultural que ejerció influencia sobre culturas que se ubicaban desde los desiertos de Utah hasta las selvas de Costa Rica, haciéndolas herederas de la tradición tolteca y de su dios Quetzalcoatl.
El pueblo tolteca creó una refinada cultura, que incluía conocimientos sobre la fundición del metal, el trabajo de la piedra, la destilación y la astronomía. Su arquitectura y su arte reflejan influencias de Teotihuacán y de la cultura olmeca. Los toltecas fueron un pueblo de artistas, sabio y culto, pero al mismo tiempo, con un muy desarrollado arte de la guerra, lo que les permitió construir un imperio, dominando a los pueblos vecinos.
La civilización tolteca decayó hacia mediados del siglo XII, cuando los chichimecas invadieron el valle central y saquearon Tula, dando inicio a una agonía que se prolongó durante varias décadas. Los toltecas del sur fueron absorbidos por los mayas, a los que habían conquistado anteriormente.
Hacia el siglo XIII la caída de Tula, y del poder tolteca, abrió el camino para la ascensión de los Mexicas. A la llegada de los españoles solo quedaban ruinas de lo que fuera una magnífica ciudad con plazas, pirámides, palacios y terrazas, canales, drenajes, calles calzadas y puentes sobre el río Tula.
El complejo arqueológico de Tula
El centro de Tula consistía en una gran plaza cuadrada presidida por un gran altar, donde se encuentran dos pirámides de cinco pisos y una cancha donde se practicaba el juego sagrado de la pelota. En la menor de las pirámides, bautizada como Tlahuizcalpantecuhtli (estrella de la mañana) dedicada al dios Quetzalcóatl, fueron encontradas, enterradas en una profunda zanja, cuatro colosales estatuas de casi cinco metros de altura, a las que se denominó "los Atlantes de Tula".
El enterramiento de monumentos ha sido una constante, en casos como las Cabezas Olmecas, la pirámide del Sol en Teotihuacán, los pilares de Gobekli Tepe, los Moais de Rapa Nui, entre otros.
Actualmente reubicados en la cima de la pirámide, se cree que son representaciones de guerreros toltecas. Los Atlantes están ataviados con armas como cuchillos, flechas y un lanza dardos llamados Átlatl (en náhuatl: 'brazo extendido'), que es por lo que se cree recibieron su nombre.
Otra versión se refiere a un mito de la diosa Atlatona, «señora de las aguas» o «la que brilla en el agua», en el cual los cuatro guerreros habrían sido los protegidos de la diosa quien, luego de perder su devoción de manos de Quetzalcóatl – de quien era su concubina favorita – los volvió en piedra.
Esas impresionantes figuras eran utilizadas como columnas para sostener el techo de un templo que se encontraba en la cima de la pirámide.
Llaman la atención algunos detalles de estos colosos. Hay quienes sugieren que, el elemento que cada uno de ellos porta en su mano derecha, se trata de un arma de fuego, otros la identifican con una herramienta automática de trabajo para dar forma a las piedras. En ambos casos hacen alusión a una tecnología muy fuera de su época y de la visión de la arqueología oficial.
Quetzalcóatl y los Toltecas
Quetzalcóatl es el nombre que dieron los pueblos de habla náhuatl al Ser Supremo. Se compone de dos raíces: Cóatl, 'Serpiente', y Quetzal, 'Ave de plumaje precioso'. Pero para los toltecas, como consideraban que todo el universo tiene una naturaleza dual o polar, creían que el ser supremo tenía asimismo una doble condición: por un lado, crea el mundo, y por el otro lo destruye. La función destructora de Quetzalcóatl recibió el nombre de Tezcatlipoca, "su humo del espejo", cuya etimología es la siguiente: tezcatl, "espejo", i, "suyo", poca, "humo".
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca eran dualidad y antagonía, eran las fuerzas opuestas, al punto que Quetzalcóatl es llamado también Tezcatlipoca blanco, en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro. Otros significados de las raíces del nombre "Quetzalcóatl" que ayudan a entender este concepto tolteca, son: "serpiente, doble, gemelo, ombligo, experiencia, generación, masculinidad, inmovilidad, pecado". Este término da origen al aztequismo "coate", "hermano".
La combinación Quetzal-Cóatl contiene los siguientes significados, todos relativos a las funciones de Quetzalcóatl en la teología tolteca: "serpiente con plumas", "doble precioso", "ave de las edades", "gema de los ciclos", "ombligo o centro precioso", "serpiente acuática fecundadora", "el de las barbas de serpiente", "el precioso aconsejador", "divina dualidad", "femenino y masculino", "pecado y perfección", "movimiento y quietud". El era también reverenciado en la civilización teotihuacana.
La leyenda Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóatl – Rey de Tula
Quetzalcóatl es también el nombre nahuatl de los mesías mesoamericanos y el título de los sacerdotes supremos de la religión tolteca. Se manifestó en diversos profetas históricos, el último de los cuales fue Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, Rey de Tula que vivió entre los años 947 y 999. Según la leyenda Cē Ácatl Tōlpīltzin fue el rey sacerdote de la mítica ciudad de Tollan, ciudad que algunos estudios han identificado con la de Tula, en el siglo X de nuestra era.
Tollan-Xicocotitlan (Tula) era la capital de la cultura tōltēca donde Ce Acatl Topiltzin era el principal sacerdote del dios Quetzalcóātl, y tomó de los dioses las artes y ciencias para darlas a los hombres. Se dice que gobernó con justicia y criterio humanista, sustituyendo el sacrificio humano por el de aves, mariposas y otros insectos. Cuenta la leyenda que una vez, después de verse en un espejo que le mostró Tezcatlipōca, consideró que su rostro era horrible, por lo que se dejó crecer la barba y posteriormente comezó a usar una máscara.
Cē Ácatl Tōlpīltzin es considerado como representación de Quetzalcóātl en la tierra, habiendo llevado una vida ejemplar y casta. Si embargo, no todos los habitantes de Tollan-Xicocotitlan lo veían con buenos ojos y comienza a tener enfrentamientos con los adoradores de Tezcatlipōca, quienes por medio de engaños, hacen que se embriague y falte a su celibato.
Debido a su terrible falta, Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóātl debe abdicar y partir exiliado junto con sus seguidores a la Península de Yucatán. Allí fusionan su cultura con la de los Mayas y establecen la ciudad de Chichén Itzá, convirtiéndola en su capital y en un importante centro religioso.
Según la leyenda, Cē Ácatl Tōlpīltzin Quetzalcóātl no muere en el exilio, sino que retornó a las costas del Golfo, fue a la orilla del mar y se inmoló en una pira, convirtiéndose en "la estrella de la mañana", Venus. Otra versión dice que subió a bordo de una balsa de serpientes y desapareció en el horizonte. Pero antes de su desaparición, Quetzalcóātl prometió regresar cierto año, que casualmente coincidió con la llegada de los españoles en 1519, lo que ayudó de sobremanera a éstos en su Conquista de América Central.
MEXICAS (AZTECAS)
Como no podía ser de otra forma, los Mexicas eran cultores de la Serpiente y de las Pirámides, tal como lo fueron sus antecesores de Mesoamérica, los Mayas, Teotihuacanos y Olmecas.
Los Mexicas utilizaron una escritura ideográfica o jeroglífica, esto es, la representación de los objetos en forma directa y por medio de símbolos, para registrar sucesos históricos, religiosos, entre otros tipos. Esta escritura era grabada en papel o piel de animales y aún se conservan algunos de estos escritos llamados códices.
Los Mexicas fundaron su capital, la ciudad de México-Tenochtitlan, asentados en un islote al poniente del Lago de Texcoco, hoy prácticamente desecado, sobre el que se asienta la actual Ciudad de México.
Posteriormente este lugar se convirtió en el centro de uno de los Estados más extensos que se conoció en Mesoamérica, sometiendo a varios pueblos indígenas del centro y sur del territorio actual de México.
Se trató del último pueblo nativo previo a la conquista de los españoles, quienes, en sus esfuerzos de convertir a los Aztecas al cristianismo, destruyeron muchos de los códices (libros con pinturas), con la intención de hacer desaparecer su historia, religión, y cultura. Luego, algunos cronistas interesados en esas tradiciones, separadamente, armaron recopilaciones a partir de distintas fuentes.
Esto originó un conjunto de compendios que aunque son convergentes en su relato central, no suelen coinciden en su totalidad, lo que hace difícil una síntesis consistente de su origen. Las referencias de este mito tenochca se encuentran en escritos de algunos cronistas como Juan de Torquemada, Diego Durán, Fernando de Alvarado Tezozomoc y Cristóbal del Castillo.
Esta es la razón de la complejidad para establecer la historia oficial de los Mexicas (y separarla de los relatos mitológicos), la cual se ha construido en base a una reducción de datos, provenientes de una amplia gama de fuentes, ya sean códices, crónicas u obras compilatorias las cuales narran diferentes versiones de los hechos. El documento clave o más referenciado es la Tira de la Peregrinación, también llamado Códice Boturini.
La historia de la migración
Todas las fuentes indican que los Aztecas eran originarios de una tierra pantanosa llamada Āztlán ("Tierra de garzas"), de donde proviene el gentilicio "Azteca" o "Aztatecas", y que aún se debate su ubicación precisa y su existencia real. La Tira de la Peregrinación señala que Aztlán estaba ubicado en una isla donde había seis calpullis y un gran templo, probablemente dedicado a Mixcóatl.
De acuerdo con la Crónica Mexicáyotl, en Aztlán, el pueblo de los futuros Mexicas habrían sido esclavos de los Aztecas y habrían llevabado su nombre. El mito cuenta que en un determinado momento, – que la historia lo ubica alrededor del año 1.115 – Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, se manifiesta ante su pueblo y les da la orden de marchar rumbo a una tierra prometida en donde hallarían una señal que les indicaría que el lugar para asentarse y fundar su ciudad.
También les instruye que dejen de llamarse Aztecas para pasar a llamarse "Mexicas". Este episodio también es recreado por el Códice Aubin y el Códice Durán. Varios autores derivan el vocablo "Mexica" de Mexihtli, siendo "Mexi" otro de los nombres con el que era conocido Huitzilopochtli. De esta manera "Mexica" sería el "Hijo de Mexi o Huitzilopochtli", y México sería el "Lugar de Mexihtli".
De modo que, cansados de vivir en Aztlán y guiados por su dios, los Mexicas emigran junto con otros ocho grupos, que luego de pasar por Teoculhuacan-Chicomóztoc ("lugar de las siete cuevas"), se separan de ellos por orden de su divinidad y siguen su camino solos.
Según la leyenda, la señal que el dios Huitzilopochtli les indica a los Mexicas que deben encontrar para identificar el lugar asignado, es la de un águila parada sobre un nopal, devorando a una serpiente.
Fray Diego Durán escribió lo siguiente: "(…) pasaron delante a buscar el pronóstico del águila, y andando de una parte a otra divisaron el tunal, y encima de él, el águila con las alas extendidas hacia los rayos del sol, tomando el calor de él y el frescor de la mañana (…)".
A su vez, Cristóbal del Castillo relata en su texto el anuncio de Huitzilopochtli hacia un sacerdote: "yo os iré guiando a donde vayais, iré mostrándome como águila, os iré llamando hacia donde iréis (…) y cuando haya llegado a donde ya me parezca bueno, donde os asentaréis, allá me posaré, allá me veréis, ya no volaré".
Los Mexicas habrían deambulado durante muchos años hasta que se establecieron en Coatepec (Colina de la serpiente en nahuatl), antes de pasar a Tula, antigua ciudad tolteca. Allí los Mexicas construyeron una ciudad y vivieron por unos 20 años, de acuerdo al Códice Boturini.
Posteriormente los Mexicas continuaron con su migración y al arribar a la Cuenca de México encontraron un panorama político complejo con varios pueblos ya establecidos, y de hecho, luego de un tiempo, fueron expulsados de Chapultepec por una coalición de varios pueblos vecinos.
La leyenda cuenta que finalmente, los Mexicas arribaron al lago de Texcoco – la historia ubica este acontecimiento hacia el año 1325 (Teocalli de la Guerra Sagrada y el Códice Mendocino) – y encontraron sobre una roca, el presagio del Águila parada sobre el nopal devorando a una serpiente.
Es precisamente por la señal indicada por Huitzilopochtli que en la actualidad el escudo de México presenta un águila y una serpiente.
Así fue como los Mexicas fundaron la capital de su Imperio, México-Tenochtitlan, cuya historia se mezcla con la leyenda. La tradición legendaria de los nahuas indica que su peregrinación desde su lugar de origen, Aztlán, hasta lo que más tarde sería Tenochtitlan, habría durado unos 210 años, representando 4 ciclos completos de 52 años (Xiuhmolpilli).
Se especula que el gobernante mexica Izcóatl, cuarto tlatoani de Tenochtitlan, alrededor de 1428, reescribiera la historia de la peregrinación en busca de dar un origen común e identidad y con ello cohesionar a varios grupos de poblaciones establecidos en la Cuenca de México.
Similitud entre el mito de peregrinación aztecas y el éxodo hebreo
Resulta asombroso el paralelismo del mito de estos dos pueblos, respecto de la historia de un dios que lleva a su pueblo a través del desierto hacia una tierra prometida. Algunos puntos en común:
- Ambos pueblos salieron de una tierra donde eran siervos: Aztlán/Egipto
- Deambularon por el desierto por muchos años: 210 años los aztecas/40 los hebreos (5,25 veces menos)
- Fueron guiados por su dios: Huitzilopochtli/Yahvé
- Bajo el mando de un sacerdote/profeta: Tenoch/Moisés
- Para llegar a una "tierra prometida": Valle de México/Israel
- Para obtener esa tierra, primero debieron derrotar a sus habitantes originales
La leyenda de Huitzilopochtli y Coyolxauhqui
Según la leyenda, Huitzilopochtli nació de Coatlicue ("la de faldas de serpientes"), quien quedó embarazada con una bola de plumas o algodón azulino que cayó del cielo mientras barría los templos de la sierra de Tollan. Coatlicue en la mitología mexica es la diosa de la fertilidad, patrona de la vida y de la muerte, guía del renacimiento, la madre gestante de Huitzilopochtli.
Sus 400 hermanos al notar el embarazo de su madre y, a instancias de su hermana Coyolxauhqui, decidieron ejecutar al hijo al nacer para ocultar la supuesta deshonra. Pero Huitzilopochtli, al nacer, tomó a la serpiente de fuego Xiuhcoatl entre sus manos, y como si fuera un hacha, le cortó la cabeza a Coyolxauhqui. Según el Códice Florentino, Coyolxauhqui cayó rodando por el cerro Coatépetl (montaña de la serpiente), quedando desmembrada al pie del mismo. El mito prosigue indicando que Huitzilopochtli tomó la cabeza de su hermana y la arrojó al cielo, convirtiéndola en la Luna, siendo Huitzilopochtli, el Sol.
La escultura del cuerpo desmembrado de Coyolxuahqui descansa hoy al pie del Templo Mayor. La pieza, de 3.25 metros de diámetro, muestra a la diosa Coyolxauhqui decapitada y mutilada de brazos y piernas, luego del combate que sostuvo con su hermano Huitzilopochtli.
Tenochtitlan
La ciudad obtuvo su nombre por Ténōch (1299-1363, en náhuatl te-nōch 'Tuna sobre piedra'), sacerdote-caudillo azteca que auspicia la fundación de Tenochtitlan, y con él se inicia la etapa de Huey tlatoanis ("emperadores") mexicas. Los estudios arqueoastronómicos indican que en el mismo año de su fundación, 1325, también ocurrió un eclipse solar, suceso astronómico que pudo ser tomado por los mexicas como un marcador mítico que pudiera legitimar la supuesta relación entre los Toltecas y los Tenochcas.
Tenochtitlan llegó a tener 300.000 habitantes, siendo una de las mayores ciudades del mundo en esa época, y que al igual que Venecia (Italia), era una ciudad construida sobre el agua con muchos canales.
El asentamiento en el entorno lacustre exigió sistemas hidráulicos para el aprovechamiento de los recursos naturales y la contención de las aguas para evitar que la ciudad se anegara con aguas salobres y se abasteciera de agua dulce, así como para cultivos y la propia circulación hacia lo interno y externo de la ciudad.
Se hicieron necesarias entonces obras complejas de control y cultivo (así como de cómputo y conocimiento de ciclos y factores climáticos) que permitieron producir alimentos en volumen para una megaurbe que desarrolló sistemas complejos agrícolas, base de su economía y subsistencia.
Con el fin de unir el islote de México-Tenochtitlan con los poblados de tierra firme, así como para separar las aguas dulces de las saladas, construyeron kilómetros de calzadas artificiales. Dichas calzadas contaban con un ancho promedio de 15 metros y estaban hechas con piedra, arcilla y argamasa, y plantadas en el fondo del lago con pilotes de madera.
Las principales calzadas eran: La calzada México-Tacuba contaba con una distancia de 3.6 km y a lo largo del trayecto tenía al menos 7 puentes levadizos; Calzada de los Misterios: Ésta calzada, ubicada al Norte, conectó a la ciudad con el pueblo de Tepeyacac. Tiene una longitud de 4.2 km; La Calzada de Tlalpan se realizó para comunicar el islote donde se asentaba la capital mexica de Tenochtitlan con las riberas del lago de Texcoco.
El Templo Mayor
Una vez asentados, construyeron el Templo Mayor y las edificaciones anexas, que constituían el centro de la vida religiosa, política y administrativa de México-Tenochtitlan.
Los templos gemelos que coronan la base piramidal son un reflejo de la visión cosmológica de los pares opuestos, y estaban dedicados al dios Huitzilopochtli – dios de la guerra, donde se encuentra el monolito de Coyolxauhqui, y a Tláloc – dios de la lluvia, donde está el Chac Mool (al lado de este se encuentra la piedra de los sacrificios).
El Templo Mayor era la mayor estructura de la ciudad y tenía unos 60 metros de alto. El Recinto del Templo Mayor era un cuadrado de 500 metros de lado (250.000 m²) que se situaba en el centro de Tenochtitlan, capital del imperio.
El templo mayor fue construido en siete etapas y tuvo cuatro ampliaciones, estas sucesivas construcciones se iban amontonando una sobre otra de forma que cada una recubría la anterior. De la primera etapa no queda ninguna evidencia debido a que habría sido levantada con un material perecedero. La segunda etapa se sabe que es anterior a 1428, siendo la última del 1521.
Piedra del Sol – Calendario Azteca
Los Mexica dejaron plasmada su cosmogonía y su culto solar en la Piedra del Sol (también llamada calendario Azteca), un disco de basalto de 3,65 metros de diámetro y unas 24 toneladas de peso. Dentro de éste monolito los Mexicas exponen su calendario y su cosmovisión sobre las eras de la humanidad.
La figura central se trata del Quinto Sol (Ollin), representado por Tonatiuh (Dios del Sol), siendo las cuatro figuras que lo rodean, la representación de los cuatro soles (eras) que lo antecedieron. Cada Sol se refiere a un ciclo de creación/destrucción del mundo y de la humanidad, que terminó con una catástrofe que da nombre a dicha era.
De acuerdo al Códice Chimalpopoca, dice sobre la Leyenda de los Soles que:
- El 1er Sol Jaguar (nahui ocellotl) fue de 676 años [13 períodos de 52 años]. Estos que aquí moraron la primera vez, fueron devorados por los tigres.
- El 2do Sol Viento (nauhuecatl) fue de 364 años [7 períodos de 52 años]. Estos que por segunda vez moraron, fueron llevados por el viento, y en cuanto desaparecieron, se volvieron monas.
- El 3er Sol Lluvia (nahui quiyahuitl) fue de 312 años [6 períodos de 52 años]. A los que vivieron en el tercer Sol les llovió fuego y se volvieron gallinas.
- El 4to Sol Agua (nahui atl) fue de 676 años [13 períodos de 52 años]. Los que aquí vivieron fueron destruidos por las aguas (hubo agua durante 52 años) y se volvieron peces.
De esta forma, la tierra habría pasado por cinco etapas o periodos diferentes desde su creación, regidas cada una por un Sol. En la mitología mexica el Quinto Sol, el Sol del movimiento, fue creado por los dioses en la antigua ciudad de Teotihuacán, abarcando un período de 5.125 años, desde 3.113 AEC hasta el 2.012, año en que el mundo tendría que haber finalizado con un cataclismo de terremotos.
El anillo de símbolos que le sigue está formado por los pictogramas de los 20 días del calendario sagrado azteca (se leen en sentido antihorario), que en combinación con los 13 números sagrados se forma el año sagrado de 260 días llamado Tonalpohualli (equivalente al Tzolkin del Calendario Maya). El año civil de 365 días se denominaba Xiuhpohualli en náhuatl (Haab para los Mayas). Los trece días sagrados son: 1 lagarto, 2 caña, 3 casa, 4 lagartija, 5 serpiente, 6 Muerte, 7 Venado, 8 conejo, 9 agua, 10 Perro, 11 Mono, 12 hierba torcida, 13 caña.
Los siguientes elementos alrededor de los días representan la tierra, el cielo, los puntos cardinales, signos de Venus y otros elementos del cosmos a los que el Sol lleva su calor. Dominan este escenario 8 figuras en forma de "V" que simbolizan los rayos vivificantes del Sol, además de indicar los puntos cardinales.
En el extremo exterior de la piedra, se abren las fauces de dos Xiuhcóatl ("serpientes de fuego"), para que asomen dos deidades contrapuestas: Tonatiuh y Xiuhtecuhtli en una representación de la dualidad, del día y la noche; del bien y el mal. Las serpientes que enmarcan la piedra tienen sus cuerpos están divididos en 52 secciones, representando los ciclos Xiuhmolpilli de 52 años, que es el período de encuadre entre el calendario tonalpohualli, de 260 días, y el xiuhpohualli, de 365 días.
Esta sucesión infinita de períodos de 52 años, o 18.980 días (el mínimo común múltiplo de 260 y 365), llamada "Xiuhmolpilli" (que en náhuatl significa anudación de los años), se denomina también "rueda calendárica". Para conmemorar dicho evento, cada 52 años las culturas mesomericanas realizaban importantes ceremonias, que en el caso de los mexicas era la llamada "ceremonia del fuego nuevo".
En la parte superior del monolito, un cuadrado tallado entre las colas de las serpientes representa la fecha Matlactli Omey-Ácatl ("13-caña"). Esto se supone que corresponde a 1479, año en el que se celebró el Fuego Nuevo durante el reinado de Axayácatl, y a la vez, el año en que este calendario fue labrado. Esta cronología del calendario es prácticamente calcada de los Mayas, que a su vez se cree que es de origen Olmeca.
El mito del diluvio/inundación
El Códice Chimalpopoca cuenta que el 4to Sol, el "mundo" anterior al nuestro, fue destruido por un diluvio/inundación, tal como en los relatos bíblicos. Más aún, describe que una deidad le avisa a un hombre que construya un navío para que se salve él y su mujer de la inundación:
"Acabando el año de ellos, Titlacahuan llamó al que tenía el nombre de Tata y a su mujer llamada Nene, y les dijo: "No queráis nada más; agujerad un ahuehuetl muy grande, y ahí os meteréis cuando sea la vigilia (toçoçtli) y se venga hundiendo el cielo." Ahí entraron; luego los tapó y les dijo: "Solamente una mazorca de maíz comerás tú, y también una tu mujer." Cuando acabaron de consumir los granos, se notó que iba disminuyendo el agua; ya no se movía el palo."
La cultura mexica es una más de las muchas que replicaron esta catástrofe, que habría azotado a la tierra hace varios milenios, en la que unos pocos humanos, liderados por un hombre justo, se salvaron con ayudados por una deidad.
Los gigantes Quinametzin
En la mitología de Mesoamérica, particularmente entre los pueblos nahuas, los Quinametzin son una raza de gigantes que según la Leyenda de los Soles de la mitología mexica, fueron la "humanidad" creada durante el Sol de Lluvia.
A Tláloc le correspondió ser el sol que alumbró durante la tercera época cosmogónica, que concluyó cuando Quetzalcóatl hizo que lloviera fuego y los Quinametzin murieron quemados. Según Fernando de Alva Ixtlixóchitl (1568-1648), Tláloc fue rey de los Quinametzin, y por cuyos valerosos méritos los hombres lo convirtieron en dios. Este cronista profundizó sobre las tradiciones nativas, y en su obra dice que:
"…tuvieron otra destrucción los de esta tierra, que fueron los Quinametzin, Gigantes, que vivían en esta rinconada que se dice agora Nueva España, la cual destrucción fue de un gran temblor de tierra, que los tragó y mató reventando los altos montes volcanes…"
De acuerdo a las leyendas nahuas, a los Quinametzin se les atribuía ser los constructores de la ciudad de Teotihuacán y del Tlachihualtépetl sobre el que se levantó el principal templo a la Serpiente Emplumada en Cholula. Los tlaxcaltecasrelataban que, en tiempos cercanos a la Conquista española, ellos mismos habían luchado contra los últimos Quinametzin.
El gigante Xelhua es, según la mitología, quien luego de salvarse del diluvio universal, construyó la pirámide de Cholula. A continuación, un extracto de la obra "Cholula 2000, Tradición y Cultura" de Rodolfo Herrera Charolet (1995):
"… En la época del diluvio moraban sobre la tierra los gigantes, muchos perecieron sumergidos en las aguas, algunos quedaron convertidos en peces ysólo siete hermanos se salvaron en las grutas de la montaña Tlaloc… Xelhua el gigante fue al sitio que después se llamó Cholollan y con grandes adobes fabricados en Tlalmanalco, sitio muy distante, y conducidos de mano en mano por una fila de hombres tendida entre ambos puntos comenzó a construir la pirámide en memoria de la montaña en donde fue salvado. Irritado, Tonacatecutli, padre de todos los Dioses, que la obra amenazaba con llegar a las nubes lanzó el fuego celeste y con una gran piedra en forma de sapo mató a muchos de los constructores dispersándose los demás, y no pasó adelante la construcción…"
El mito de la creación de la humanidad
Luego, el códice continúa con el mito de la creación de la humanidad actual, el 5to Sol, a cargo de Quetzalcóatl, quien dio vida a los huesos de los muertos mezclándolos con su propia sangre/semen.
Se consultaron los dioses y dijeron: "¿Quién habitará, pues que se estancó el cielo y se paró el Señor de la tierra? ¿quién habitará, oh dioses?" … Luego fué Quetzalcóhuatl al infierno (mictlan, entre los muertos); se llegó a Mictlanteuctli y a Mictlancíhuatl y dijo: "He venido por los huesos preciosos que tú guardas." Y dijo aquél: "¿Qué harás tú, Quetzalcóhuatl?" Otra vez dijo éste: "Tratan los dioses de hacer con ellos quien habite sobre la tierra."…
Subió pronto, luego que cogió los huesos preciosos: estaban juntos de un lado los huesos de varón y también juntos de otro lado los huesos de mujer… Luego los juntó, los recogió e hizo un lío, que inmediatamente llevó a Tamoanchan. Después que los hizo llegar, los molió la llamada Quilachtli: ésta es Cihuacóhuatl, que a continuación los echó en un lebrillo precioso. Sobre él se sangró Quetzalcóhuatl su miembro; y en seguida hicieron penitencia todos los dioses: Apanteuctli, Huictlolinqui, Tepanquizqui, Tlallamánac, Tzontémoc, y el sexto de ellos, Quetzalcóhuatl. Luego dijeron: "Han nacido los vasallos de los dioses."…
El nombre de este Sol es naollin (movimiento). Este ya es de nosotros, de los que hoy vivimos. Esta es su señal, la que aquí está, porque cayó en el fuego el Sol en el horno divino de Teotihuacan. Fué el mismo Sol de Topiltzin (nuestro hijo) de Tollan, de Quetzalcóhuatl. Antes de ser este Sol, fué su nombre Nanáhuatl, que era de Tamoanchan.
Similitud del mito de la creación de la humanidad con el sumerio
Este relato de la creación mexica resulta muy similar al de los textos cuneiformes sumerios. En el relato mítico Enuma Elish, Enki (el paralelo a Quetzalcóatl en la narración) se propone crear al hombre mezclando sangre y huesos, para que esté al servicio de los dioses:
"Entretejeré sangre y ensamblaré huesos.
Suscitaré un ser humano, Hombre será su nombre.
En verdad, construiré al ser humano denominado Hombre.
Estará encargado del servicio de los dioses; que ellos puedan estar en paz.
En el Poema de Atrahasis, Enki continúa describiendo la fórmula "mística" de la creación del Hombre, y así como el texto mexica dice que "se sangró Quetzalcóhuatl su miembro; y en seguida hicieron penitencia todos los dioses", en el texto sumerio se lee que tomaron la sangre de un dios, la mezclaron con arcilla y luego todos los demás dioses escupieron sobre ella:
Entonces, se inmolará un dios,
Antes de que los dioses sean purificados mediante la inmersión.
Con su carne y su sangre, Nintu mezclará la arcilla:
De este modo el dios y el hombre estarán asociados, reunidos en la arcilla,
¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos!
(…) Después de que Enki hubiese amasado esta arcilla,
Llamó a los Anunnaku, los grandes dioses,
Y a los Igigu convertidos, ellos también, en grandes dioses,
Que escupieron sobre la arcilla.
Todo este proceso estuvo a cargo de la diosa Nintu, así como en la tradición mexica quien se ocupó de moler los huesos y mezclarlos con la sangre de Quetzalcóhuatl fue Quilachtli/Cihuacóhuatl.
Cihuacóatl (en náhuatl: "mujer serpiente"; cihuatl, mujer; coatl, serpiente) en la mitología mexica es una diosa del nacimiento, patrona de los médicos, de los sangradores, de las parteras, de los cirujanos y de los que daban remedios para abortar, guía recolectora de las almas. También era llamada Quilaztli, Yaocíhuatl (mujer guerrera y amante de los guerreros), Tonatzin (nuestra madre) y Huitzilnicuatec (cabeza de colibrí).
Por su parte, Nintu ("Dama del alumbramiento") es la diosa sumeria de la fertilidad, dadora de vida de dioses y del Hombre. También era llamada Ninhursag (Dama de las montañas sagradas), Ninmenna (Dama de la tiara), Ninmah (gran Dama), Belet-Ili(Dama de los dioses – en acadio) y Mammu o Mami, antecesora de «mamá».
El relato sumerio prosigue con el inicio de la "producción en masa" de humanos, y detalla la diferenciación de la materia prima (la arcilla) para hacer hombres y para hacer mujeres, de forma similar al texto mexica, que enuncia "estaban juntos de un lado los huesos de varón y también juntos de otro lado los huesos de mujer":
Habiendo sido reunidas las matrices,
Ea amasa la arcilla ante la mirada de Nintu,
Quien repite la fórmula Que Ea, sentado ante ella, le dictaba.
Cuando ella terminó dicha fórmula, separa catorce pedazos de pasta,
Coloca siete a su derecha y los otros siete a su izquierda:
Después levanta entre ellos una pared de ladrillo.
[…] De las catorce matrices Reunidas por la sabia experta:
Siete produjeron machos y las otras siete hembras.
El mito de la creación del mundo y los cielos
En la mitología mexica, Quetzalcóatl y su hermano Tezcatlipoca dieron origen al mundo, pues en el principio de los tiempos sólo existía el océano primigenio y nada más. Tlaltecuhtli/Cipactli, el Monstruo de la Tierra, moraba en ese único mar. El mito dice que Tlaltecuhtli fue traída del cielo por los dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, siendo una especie de pez-lagarto hembra llamado Cipactli. Era un caos venerado, un ente sagrado "llena de ojos y bocas con las que mordía como bestia salvaje".
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, dioses masculinos, se dijeron que era menester fundar la tierra, por lo que se transformaron en dos serpientes gigantes y de forma violenta la atacaron, asieron a la criatura por las extremidades y la estiraron hasta desgarrarla por la mitad. En otra versión de este mito, las deidades se introducen en el cuerpo de la diosa y la desgarran desde adentro, en una simbología más explícita de una violación.
De la mitad para abajo, su cuerpo se convirtió en el cielo, la parte masculina, y de la mitad hacia arriba se transformó en la tierra, el lado femenino. A esto se le conocía como el Tlalticpac, que los mexicas consideraban literalmente como la tierra, el lugar en el que vivían los seres humanos, animales y plantas.
El ultraje tan desgarrador y violento que se le hizo a la diosa Tlatecuhtli causó horror a los dioses viejos quienes decidieron, como para compensar el dolor de la diosa, que de su cabeza germinara todo lo bueno para que los seres humanos pudieran habitar en la tierra, así hicieron de sus cabellos, árboles y flores y yerbas; de su piel, yerba muy menuda y florecillas; de los ojos, pozos profundos y fuentes y pequeñas cuevas; de la boca, ríos y cavernas grandes; de la nariz, valles y montañas.
La pareja primigenia, Oxomóco y Cipactónal, a petición de Quetzalcóatl, inventaron asimismo la medición del tiempo y crearon el calendario en honor a Cipactli, cuyo primer mes de los dieciocho que lo conformaban, llevaba precisamente el nombre de este legendario animal. Desde entonces, el cocodrilo sagrado simboliza la Tierra flotando en las aguas primordiales; y sus enormes fauces son las puertas de entrada al Inframundo.
Tezcatlipoca, el Espejo Humeante – Señor de los Cielos y la Tierra, encarnación de la Muerte y la Noche – y Quetzalcóatl, "Serpiente Emplumada", eran dos de los hijos deOmetéotl, el dios creador del universo.
Ometeótl, es el dios de la dualidad, a la vez masculino y femenino, también llamado in Tonān 'nuestra madre', in Totah 'nuestro padre'. Reside en Ilhuicatl-Omeyocan (en náhuatl: 'el cielo donde está la dualidad') que, a su vez, ocupa el más alto lugar de los cielos. Suministra la energía cósmica universal de la que todas las cosas derivan, así como la continuidad de su existencia y sustento. Provee y mantiene el ritmo oscilante del universo, y le confiere a cada cosa su naturaleza particular. Es en virtud de estos atributos que se lo/la llama "El Uno Mediante Quien Todos Vivimos" y el/la que "es el verdadero ser de todas las cosas, preservándolas y nutriéndolas".
Entre los nahuas, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son dualidad y antagonía, tanto que Quetzalcóatl es llamado también Tezcatlipoca blanco, en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro. Ometéotl, engendró cuatro hijos: el primero fue Xipe (Tezcatlipoca rojo), el segundo fue Tezcatlipoca (negro), el tercero fue Quetzalcóatl (Tezcatlipoca blanco), y al cuarto le llamaron Huitzilopochtli (Tezcatlipoca azul o colibrí izquierdo).
Paralelismos de Cipactli/Tlaltecuhtli en otras culturas
De acuerdo con el mito mexica, Cipactli/Tlaltecuhtli es un monstruo marino que vivió en el océano después del cuarto diluvio, como una encarnación del caos que asolaba antes de su creación. Cipactli era una voraz, primitiva y monstruosa criatura marina, mitad cocodrilo y mitad pez que estaba siempre hambrienta. Su cuerpo esta dividido en dieciocho partes articuladas, cada una provista de una boca.
Dios de naturaleza dual, Cipactli/Tlaltecuhtli era un ser macho y hembra a la vez, y simboliza las contradicciones de la naturaleza: noche-día, maldad-bondad, odio-amor, fecundidad-muerte. Por ello podía ser llamado Cipactli, "lagarto" (aspecto femenino), o Tlaltecuhtli, "señor de la tierra" (en náhuatl: 'tlalli, tierra; tecuhtli, señor'). Aunque el nombre de la deidad es una forma masculina en la lengua náhuatl, la mayoría de las representaciones de Tlaltecuhtli exponen claramente las características femeninas, y se representa a menudo en la posición de parto característica de una mujer al dar a luz.
Paralelamente, en los textos bíblicos (en los libros de los profetas y los escritos ) existen diversas menciones que hacen referencia a un monstruo marino, la Gran Serpiente, llamado "Leviatán" ("Taninim" en hebreo):
Sal.74.13/14. Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas. Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los moradores del desierto.
Isa.27.1. En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.
Asimismo el libro apócrifo de Enoc menciona:
7. Ese día {el día del juicio del Señor} se harán salir separados dos monstruos, unos femenino y otro masculino. El monstruo femenino se llama Leviatán y habita en el fondo del mar sobre la fuente de las aguas.
Uno de los mitos fundamentales del hinduismo cuenta que, al principio de los tiempos, Vasuki era el Rey de los Naga (deidades serpientes), una gigantesca serpiente que fue utilizada para batir las profundidades del océano de leche (kshirodadhi), enroscada en el monte Mandara, para que así los devás (dioses) y a los asuras (demonios) pudieran extraer el amrita (el elixir de la inmortalidad).
En la mitología egipcia, Apofis era una gigantesca serpiente/cocodrilo que habitaba en las aguas del Nun (la primera sustancia abstracta, el elemento caótico que contiene el potencial de la vida, simbolizado como el «océano primordial» que ocupaba todo el universo). Indestructible y poderosa, Apofis era el símbolo del caos universal. Representaba a las fuerzas maléficas del Duat (o Amenti, era el inframundo) y su función era romper el orden cósmico ("Maat"), interrumpiendo el recorrido nocturno de la barca solar de Ra. Apofis era hija de Neith, quien la crea a partir de un escupitajo que arroja a las aguas primordiales.
En la mitología babilónica, Tiamat ("Ti" significa vida y "ama", madre) es la diosa del Caos y la Creación; una diosa-monstruo primitivo, un dragón hembra maléfico. Tiamat es el principio femenino, el mar, el agua salada, representación de las potencialidades del caos prístino. Al principio de los tiempos, antes de que el Cielo y la Tierra tuvieran nombre (es decir que no existían), sólo existían las aguas primordiales, el Apsu (el agua dulce) y Tiamat (el agua salada).
De su unión con Apsu nacieron los dioses, que en su tercera generación dieron lugar a Enki. El Apsu (en acadio: apsû; en sumerio: abzu; que significa literalmente: "ap"o "ab"=océano, y "zu"=conocer o profundo), era el nombre dado en el poema Enuma Elish al principio primordial masculino, el agua dulce de los acuíferos subterráneos sobre la que flota la tierra, en la interpretación cosmogónica de las mitologías sumeria y acadia. Los lagos, manantiales, ríos, pozos u otras fuentes de agua dulce obtendrían su agua del abzu/apsu.
En cuanto a la creación del mundo, el mito babilónico de la creación Enuma Elish retrata asimismo un acto de violencia en el que la diosa Tiamat es asesinada por el dios Marduk, y luego la desmembra para crear el mundo con sus hemisferios:
(…) Tiamat y Marduk, los más sabios de los dioses, avanzaban uno contra otro…
Cuando ella abrió la boca, Tiamat, para devorarlo
él le clavó el Viento del Mal para que no cerrara los labios.
Los feroces Vientos de tormenta cargaron entonces su vientre;
su cuerpo se dilató; la boca se le abrió aún más.
A través de ella le disparó él una flecha, le desgarró el vientre;
le cortó las tripas, le desgarró la matriz.
Teniéndola así sojuzgada, su aliento vital él extinguió…
Dividir al monstruo él, entonces, ingeniosamente planeó.
Después, como un mejillón, la desgarró en dos partes.
El Señor puso su pie sobre la parte posterior de Tiamat;
con su arma le separó el cráneo; cercenó los canales de su sangre;
e hizo que el Viento Norte lo llevara a lugares que habían sido desconocidos.
La otra mitad la levantó como pantalla para los cielos:
encerrándolos juntos, como vigías los estacionó…
Dobló la cola de Tiamat para formar la Gran Banda como un brazalete.
Poniendo la cabeza de Tiamat en posición, él elevó las montañas encima.
Abrió manantiales, y torrentes para sacar el agua.
De los ojos de ella dejó salir el Tigris y el Eufrates.
Con sus ubres formó las altas montañas,
perforó manantiales para pozos, para sacar agua.